Entrevista a Alfonso Domingo autor de ‘La balada de Billy el Niño’

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la balada de Billy el Niño«Pat Garrett fue considerado un traidor al código del Oeste por la manera con la que había acabado con Billy, que en un tiempo fue su amigo».

Desde que Pat Garret acabara con él, el 14 de julio de 1881, una noche de luna llena, en Fort Sumner, Nuevo México, la leyenda de Billy el
Niño no ha hecho más que crecer y agigantarse. Los hechos confusos de su muerte, su intensa vida, marcada por la violencia, los reflejos de
un código, el del viejo oeste, y las necesidades de mito, han resaltado sus facetas de ángel o demonio.

Esta novela, cuyo tiempo trascurre desde su fuga de la cárcel de Lincoln hasta su muerte, algo más de dos meses después, repasa asimismo la vida y peripecias del joven –no llegó a cumplir 22 años– Billy The Kid, hombre en busca de un lugar en el mundo o una buena muerte. Billy fue cometa que brilló con luz propia y cuya estela perduraría, sobre todo entre los hispanos, que siempre le protegieron y ayudaron. No en vano «El chavito» hablaba el español arcaico de Nuevo México.

La balada de Billy el Niño narra uno de los últimos episodios de aquel salvaje Oeste que periclitaba con el final del siglo XIX. Y sin embargo, está anclada en una actualidad perpetua, ya que en ella danzan, como sombras, las grandes constantes de la condición humana, en un diálogo entre el narrador y los protagonistas, aunque algunos estén muertos y sea conversación ésta entre tumbas. Enmarcada en unos paisajes naturales duros y grandiosos, los de Nuevo México y Arizona, tiene la historia de Billy connotaciones de un héroe clásico: el amor, la libertad, la dignidad, la amistad, la traición, la muerte.

Su autor Alfonso Domingo (Turégano, Segovia, 1955) ha trabajado en prensa escrita, radio y televisión. Periodista especializado en información internacional y reportero de guerra, también es autor de doce series documentales: en total más de cien trabajos documentales, algunos doblemente galardonados. Especialista en la Guerra Civil española y la postguerra, ha publicado ensayos de historia oral como El Canto del búho (2003), Retaguardia (2004), Historia de los Españoles en la II Guerra Mundial (2009), así como la novela biográfica El ángel rojo (2009). Es coautor de El vuelo del Cuatro Vientos (2003) y autor del libro La serpiente líquida (2005), sobre mitos, ritos y chamanes del Amazonas.

Su primera novela, La Madre de la Voz en el Oído, ganó el premio Feria del Libro de Madrid. La Estrella Solitaria (2003) obtuvo el VII premio de novela Ciudad de Salamanca. Con El espejo negro obtuvo el Premio Ateneo de Sevilla y con El enigma de Tina, el LIX Premio de
Novela Ciudad de Valladolid. Ahora nos vuelve a apasionar con una historia del viejo Oeste.

P. ¿Por qué Billy el Niño? No deja de ser un tema curioso para un autor español, que nos queda un poco lejano.

R. Bueno, es una historia que para mí tiene muchos atractivos. Crecí con los mitos del oeste, con El coyote y El zorro entre otras lecturas adolescentes, héroes hispanos en lo más profundo del lejano oeste. Siempre ansié conocer esos paisajes, y cuando tuve una oportunidad
y un tiempo, hace algo más de diez años, me fui a vivir a Nuevo México una buena temporada. Volví también otra vez. En principio pensaba escribir otra novela, que se quedó a medias, sobre una tribu de indios navajos que fueron traídos a Castilla en el siglo XIX. Pero se atravesó Billy. Me di cuenta que los escritores norteamericanos, en su mayoría anglos, no habían tocado apenas los archivos hispanos. Y que había una historia que contar, desde ese punto de vista, el de los hispanos, los perdedores, junto con los indios.

P. También tocó el tema Ramón J. Sender en su “bandido adolescente”.

R. En efecto, y le rindo también mi particular homenaje, utilizando al final su corrido de Billy. Esta sería la segunda novela escrita en español sobre Billy, y es bastante diferente. Primero, porque Sender utilizó como base el libro de Pat Garrett, que es en una gran parte una invención muy novelesca –solo escrito a medias por el comisario– que tenía como intención demonizar al joven pistolero. La balada de Billy el
Niño se asienta en datos contrastados, por una parte, en cosas que ahora se conocen, en mi propia investigación y en una recreación libre del carácter de Billy, de sus coétanos, amigos y enemigos, y de la época que le tocó vivir, donde aún imperaba el código del Oeste.

P. ¿El código del Oeste?

R. Algo que funcionaba en las praderas y las sierras, en los desiertos, con fuerza de ley. Yo mantengo que viene de la época de la caballería. El oeste no se concibe sin caballos, ni a su manera, sin “caballeros”, aunque fueran cuatreros. Había violencia, bien es cierto, pero no había tiroteos a todas horas ni todos los días. Un arma era cara. El código protegía a los más débiles, daba máxima importancia a la lealtad y la amistad, al valor, y a adelantarse a quien te quería “madrugar”, pero siempre de frente. Los hombres lo respetaban. Pat Garrett fue considerado un traidor al código por la manera con la que había acabado con Billy, que en un tiempo fue su amigo.

P. ¿Y qué de nuevo tiene esta novela que no conozcamos ya? ¿Por qué novela y no un ensayo?

R. Aparte de datos de esa investigación, hay diferentes voces narrativas. No sólo está el narrador omnisciente en tercera persona, sino cada uno de los personajes que intervienen –muchos, la mayoría, hispanos– que cuentan en primera persona su relación con Billy, diversos aspectos
que nos ayudan a conocer al personaje. También aquí he realizado mi particular homenaje a Juan Rulfo, con diálogos entre tumbas. Eso, que puede pensarse fantástico, es normal en aquella tierra. Los muertos y los vivos conviven sin problemas.

P. ¿Y qué retrato sale de Billy?

R. El de un joven al que no le dejaron crecer. Un pistolero más, cuatrero, que en realidad no mató directamente más que a cuatro personas –y fue en defensa propia si descartamos entre ellas la de los carceleros de Lincoln, en su último escape–. Las demás muertes en las que fue involucrado no intervino solo, sino con otros y no se le pueden achacar directamente. Un joven huérfano que, como todos en aquel tiempo, quiso abrirse paso y tener su propio rancho, pero que tenía la virtud de desobedecer, de ser rebelde y al que unos y otros, amigos y enemigos, vieron como un símbolo. Para la mayoría de los hispanos fue un héroe, porque los defendió muchas veces, porque eran los débiles. Un joven muy hábil con las armas, en un universo violento, en el que la violencia estaba en el aire y había que superarla todos los días para seguir viviendo.

alfonso domingoP. Resulta curioso que ahora Billy siga siendo todo un símbolo, pero un símbolo turístico, elevado a la categoría de mito.

R. El hecho es que ha sido una figura que ha generado ríos de tinta, decenas de canciones, películas, y hasta un ballet. Algo debía de tener, o además, tal y como yo interpreto, su historia lleva implícitas las grandes cuestiones de la condición humana, que danzan a su alrededor: amistad, amor, familia, ambición, poder, dinero, violencia, justicia, muerte. Desde ese punto de vista es como de una tragedia clásica, casi shekeasperiana. Puede parecer un poco exagerado, teniendo en cuenta que cuando murió, según los datos, no había cumplido los 23 años. Pero al igual que los elegidos de los dioses mueren jóvenes, esa es quizá la primera condición para la leyenda. Y claro, ahora está el sacrosanto turismo, y todos los lugares que  uvieron que ver con Billy intentan sacar partido del hecho.

P. ¿Por qué es una novela con música de frontera?

R. Porque en la música fue lo único en que funcionó más o menos la fusión, el mestizaje, y en aquella vida y aquel tiempo era muy importante. Era lo que les volvía civilizados, el baile. Porque casi todas las músicas de aquel territorio estaban compuestas para bailar, para la alegría. Bastante dura era ya la tierra. Cada capítulo lleva una canción por eso: hay inditas, canciones vaqueras, alabados: toda la riqueza de una tierra, como la de Nuevo México, en la que aún suena el español del siglo XVIII o XIX. Un lugar fascinante y una cultura fascinante.

La balada de Billy el Niño de Alfonso Domingo. Algaida Editores, 2014. Rústica, 376 páginas. A la venta el 25 de septiembre.

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