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Dejarse llover de Paula Farias. SUMA, Colección Conspicua, 2015. Tapa blanda con solapa,  136pp, 9.90 €.

Por Carmen F. Etreros.

 

Esta semana os recomendamos Dejarse llover de Paula Farias, la novela que ha inspirado la película Un día perfecto, del director Fernando León de Aranoa, que ha sido aclamada por la crítica en el festival de Cannes 2015 y que se estrena este viernes en nuestros cines. Una novela que nos habla de la guerra y sus consecuencias desde un punto de vista muy diferente: el de los cooperantes que acuden a ayudar cuando ha terminado y tienen que ayudar a una población que ha tenido que huir  o a la que han destruido sus viviendas y su vida. Cooperantes que ofrecen comida y agua a los supervivientes, que trasladan a los viejos abandonados en los pueblos, que intentan potabilizar los pozos… Y que son héroes pero también personas que sufren con el dolor ajeno, con el sufrimiento, con las minas, con los pozos que contaminan cadáveres.

Su autora Paula Farias es médico y conoce muy bien la actividad de las ONGs ya que entre los años 1998 y 2001 fue marinero-médico a bordo de varias expediciones de Greenpeace. Desde 1999 pertenece a la ONG Médicos Sin Fronteras y ha ejercido su labor en catástrofes, emergencias y conflictos como la guerra de Kosovo o de Afganistán, el terremoto de Guyarat, en India, el de Bam en Irán, o las epidemias de cólera en Guinea Bissau en 2002 o de fiebre amarilla en Venezuela en enero de 2004.

La novela comienza cuando un grupo de cooperantes de la brigada de Transición Pacífica intentan recuperar un cadáver en descomposición del fondo de un pozo. El problema es que esa pequeña localidad se abastece de ese pozo y sin él se quedarían sin agua potable. Y el cadáver pesa unos cien kilos y no tienen una cuerda que pueda aguantar ese peso. Además los cooperantes se encuentran además en un  valle plagado de minas escondidas y trabajan con el miedo de que explote alguna de un momento a otro debajo de sus pies o bajo las ruedas de su land rover.

Aunque al principio es una tarea sencilla, al final se convierte en una odisea debido a las dificultades para sacar al hombre del pozo, los trámites burocráticos y una tremenda tormenta. En esos tiempos de espera el protagonista, B. y Dardan el contador de cuentos, reflexionarán sobre lo que han vivido estos meses, los horrores de la guerra, las partidas de ajedrez, las estrellas fugaces y los cantos del gallo.

Dejarse llover es una novela corta pero inmensa, hermosa pero cruel, cargada de silencios y reflexiones sobre la guerra. Y Paula Farias construye este relato bajo un parágüas de ironía que golpea al lector en cada una de sus páginas y le hace pensar en el dolor y la soledad de los que sufren en una guerra y también de los cooperantes que intentan ayudarles. Y además es una novela positiva que te deja con esa ilusión de  que aunque todo vaya mal siempre una buena lluvia lo puede cambiar todo. porque «la lluvia es solo agua que cae, que no sabe de guerras ni de iras, ni de justicias o injusticias, que solo moja y así va dejando su huella. Ojalá las cosas muchas veces fueran así de sencillas. Ojalá lloviera más a menudo.». Una novela que hay que leer.

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