Entrevista a María Oruña, autora de ‘Puerto escondido’: “A veces, para escapar, hay que volver a casa”

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maríaoruña“Decidí investigar la situación cultural y social de aquella época, para entender cómo una persona “normal” podía haber traspasado el límite de la cordura de una forma tan brutal y radical”.

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Por Carmen Fernández Etreros.

 

Comenzamos este otoño con toda una revelación: la novela Puerto escondido de María Oruña. Un thriller ambientado en las misteriosas cántabras que está sorprendiendo a todos sus lectores. Su autora María Oruña es gallega y ejerce de abogada laboralista en Vigo, pero desde pequeña ha veraneado con su familia en Cantabria y ha disfrutado descubriendo parajes desconocidos como las playas de Suances, cuyos acantilados hacen intuir un pasado tan bello como tenebroso.

P. ¿De dónde surge la idea para escribir Puerto escondido? ¿En qué te inspiraste?

R. Me inspiré en un antiguo crimen de los años 50 que había sucedido en la costa cántabra, aunque Puerto Escondido no desarrolla este hecho ni es el que en puridad relata, ni mucho menos. Sin embargo, al conocer la existencia de este crimen decidí investigar la situación cultural y social de aquella época, para entender cómo una persona “normal” podía haber traspasado el límite de la cordura de una forma tan brutal y radical. Comprendí que, en situaciones extremas, las personas recuperamos nuestros instintos básicos, desechando formalidades impuestas por la costumbre, la educación o los valores aprendidos, y pensé que sería extraordinario posicionar unos personajes en una situación límite, para ver cómo traspasaban esa línea invisible entre lo socialmente aceptado y lo denostado. Añadí un elemento esencial: una persona con un perfil de psicopatía evidente; si llegaba a traspasar esos límites, especialmente en una situación tan extrema, los resultados podrían ser imprevisibles.

P. ¿Por qué elegiste Cantabria como escenario de la novela, y concretamente la localidad de Suances?

R. Elegí Cantabria por dos motivos básicos: el primero, que el hecho que me llevó a investigar sobre la forma de vida de la Guerra civil española y la postguerra fue el crimen que antes comentaba, y éste había ocurrido allí, en un paraje espectacular, además.

El segundo, que gran parte de la labor de documentación sobre esta voz del pasado me hizo descubrir que las anécdotas históricas de aquél momento de la historia de España eran muy diferentes según la zona geográfica de la que hablásemos, y yo ya disponía de mucho material sobre el que trabajar procedente de esa zona, porque que mis abuelos cántabros me habían relatado muchas veces anécdotas de su infancia, de cómo se comía, de cómo eran los bombardeos, del terror que les daba el silbido de los obuses.

En Suances, además, he pasado algunos veranos desde mi infancia, de modo que conozco la zona bastante bien. Y nada mejor que escribir sobre lo que se conoce: los paisajes, los olores, las personas,… Todo se entiende mejor cuando lo has visitado más de una vez y en distintas circunstancias.

“Oliver decide descubrir la verdad, pero mientras realiza ese camino comprende que no puede escapar de sus demonios, que tiene que ir a buscarlos y enfrentarse a ellos, porque habitan dentro de sí mismo. A veces, para escapar, hay que volver a casa”.

P. ¿De dónde nace un personaje como Oliver Gordon, ese hombre que se encuentra con un pasado desconocido al que no sabe cómo enfrentarse?

R. Oliver Gordon es una metáfora en sí mismo. Para huir de una realidad triste, que no le agrada, regresa, escapa, a un lugar que sólo destila buenos recuerdos, que no está matizado por nada negativo. Sin embargo, nada más llegar, se posiciona junto al lector, asombrado, descubriendo que algo terrible se esconde bajo su refugio seguro. Él decide descubrir la verdad, pero mientras realiza ese camino comprende que no puede escapar de sus demonios, que tiene que ir a buscarlos y enfrentarse a ellos, porque habitan dentro de sí mismo. A veces, para escapar, hay que volver a casa.

P. ¿Y el de la teniente Valentina Redondo, esa mujer aparentemente tan dura?

R. Valentina es el claro reflejo de la dualidad que presenta la novela: todas las historias tiene dos lados. En Puerto Escondido hay dos voces narrativas para poder entender unos mismos hechos desde dos puntas de vista diferentes, no para justificarlos, pero sí para comprenderlos.

Valentina también tienes dos facetas, dos roles, dos lados. Su yo femenino, tímido, inseguro incluso, guardado con celo para hacerla invulnerable, reservando un demonio particular de su pasado, que ha configurado su curiosa forma de ser y su constante lucha contra el mal. Y después, tiene esa imagen que ofrece a sus compañeros de trabajo: fría, rigurosa, extremadamente perfeccionista, constantemente alerta. Para mí resultaba interesante resaltar esa dualidad que todos tenemos ante los distintos roles que debemos adoptar en nuestras vidas: nuestra ropa, nuestra forma de hablar, nuestra actitud… todo cambia, incluso radicalmente, según el contexto en el que nos encontremos, y posicionar a una mujer como Valentina, con su peculiar situación personal, en un rol militar de exigencia extrema, me pareció muy interesante.

P. En la novela la investigación policial es bastante compleja, ¿cómo te documentaste para escribir sobre este tema?

R. Tuve que leer y estudiar unos cuantos ejemplares de medicina forense y criminología, entre otros. Sin embargo, tal y como se indica en los agradecimientos finales de Puerto Escondido, no sólo conté con colaboración de la Comandancia de Cantabria en Santander, sino también con personal del Cuartel de Suances y con la inestimable ayuda de Jesús Pastor, de la UCO de la Guardia Civil en Madrid. Yo preparaba todos los movimientos de investigación, y después contrastaba con ellos si lo que yo había urdido era o no posible, y en su caso lo matizaba o corregía. Nunca les facilitaba mis textos, de modo que la primera vez que han leído el resultado de sus colaboraciones ha sido con la publicación de la novela.

De igual forma, y a efectos forenses, me asistió Pilar Guillén del IML de Cantabria en Santander: yo le planteaba lo que pensaba hacer, y ella me confirmaba si era o no factible.

Sí tengo que aclarar que, de forma previa a escribir el libro, yo no conocía a nadie en la Guardia Civil ni en el campo  de la medicina forense, de modo que tuve mucha suerte, porque contacté con estos profesionales sin atreverme casi a auto-clasificarme como escritora (sólo les decía que escribía un libro), y ellos fueron muy generosos y amables conmigo, ya que debemos tener en cuenta que quien les planteaba preguntas estrafalarias era una completa desconocida.

puerto-escondido_maria-oruna_201506291130P. ¿Cuáles son tus planes de futuro como escritora? ¿Vas a escribir una segunda parte de Puerto escondido?

R. Puerto Escondido no tiene una segunda parte. Es una historia autoconclusiva, con un final cerrado. Sin embargo, es cierto que una pequeña subtrama, que no tiene que ver con la principal, queda ondeando en el aire, esperando resolución. Sí va a haber un nuevo libro, con una nueva trama independiente, en el que, además, se resolverá ese pequeño soplo de misterio que quedó latente.

Lo que venga no conformará en ningún caso una trilogía, ni una segunda parte, sino un libro nuevo, independiente, aunque ambientado también en Cantabria y con la teniente Valentina Redondo al frente de la investigación. Sí puedo adelantar algo de la nueva trama: arranca, visual y literariamente hablando, de forma rotunda y espectacular. Y no digo más…

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