Relato: ‘Capítulo VIII… y medio’ de Andrés Arteaga

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GiganteDe Andrés Arteaga, 17 años. Ganador de la XI edición.  www.excelencialiteraria.com

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.Habiendo pasado Don Quijote la aventura de los molinos, encontrábase Sancho intentando insuflar ánimos en él.

-Mire vuestra merced –le decía el escudero- que no es menester que siga pensando más en lo sucedido. Alégrome yo de que todo quedara en unos rasguños.

-¡Válgame Dios, Sancho! –respondió el hidalgo- ¿Qué clase de hazaña caballeresca acometeré ahora, si perdí mi honor a causa de unos molinos bastardos?

-No se ofusque, mi señor, que alguna ocasión hallaremos por estos parajes que sea digna de elogio.

-Callad, hermano Sancho Panza, callad… Mi único consuelo es que mi amada Dulcinea no presenció tal desventura. ¡Qué pesar el mío si tanta fermosura como la suya hubiera sido testigo de tan desaforado hecho!

En esto, descubrieron unos gigantes que había en aquel campo plácidamente conversando, y así como Sancho los vio, dijo a su amo:

-Señor, señor… ¡Mire!

-¿Qué clamas, amigo Sancho?

-¡Allí! Tras las colinas… ¡Veo gigantes!

-Déjate de locuacidades, Sancho. ¿No te das cuenta de que aún me pesa haber hecho batalla contra unos molinos, y que los mismos salieran victoriosos en la contienda?

-No, señor mío… -desesperaba-. ¡Que ahí mismo veo unos gigantes, merecedores de un escarmiento!

-¡Es suficiente Sancho! –alzó la mano-. Eso que allí se ve son molinos. No quiero oír ninguna más de tus gracias o serás tú el que reciba escarmiento.

-Mas, señor…

 Andrés Arteaga
Andrés Arteaga

-Ni más ni menos, Sancho. Como amo tuyo te ordeno que ceses. Y así lo harás si eres prudente.

-Como vuestra merced siga.

-Bien, eres prudente pues.

Y alejáronse despaciosamente Don Quijote y Sancho Panza de los gigantes que allí se solazaban.

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