La magia de la vida cultural de Innsbruck

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Conocida por los deportes de invierno, Innsbruck es una ciudad mágica que cuenta también con una gran vida cultural. Esta localidad austriaca capital de la provincia del Tirol está encerrada entre montañas y recorrida por el río Inn. Pero no solo destaca por sus posibilidades para la práctica del patinaje sobre hielo y el salto en esquí, sino que cuenta con unos monumentos históricos impresionantes.

La ciudad de Innsbruck estuvo estrechamente vinculada con los Habsburgo, en particular con el emperador Maximiliano que la consideraba su ciudad predilecta. Gracias a él podemos contemplar en la actualidad el famoso Goldenes Dachl o el Tejadillo de Oro y la emblemática Altstadt o Ciudad Vieja.

Sus extraordinarios monumentos históricos se encuentran en el casco antiguo de Innsbruck y ningún visitannte puede perderse su visita. Un espacio mágico en el que se combinan los elementos medievales con modernas avenidas como Maria-Theresien-Strasse.

Un recorrido con historia

En una visita a Innsbruck nunca puede faltar el clásico recorrido del Tejadillo de Oro, la Iglesia de la Corte y el Palacio Imperial muestran la huella de ese pasado mágico de la historia de la ciudad. Allí podremos encontrar también tiendas de grandes marcas internacionales y también pequeños comercios con encanto.

El Tejadillo de Oro y su mirador fueron construidos bajo el reinado del emperador Maximiliano I y fueron testigos de terribles luchas de caballeros. Tras visitarlo una buena idea es pasear por el Palacio Imperial donde se celebraron lujosas fiestas en otras épocas gloriosas. El Palacio Imperial es considerado uno de los tres edificios más significativos culturalmente en el país, junto con el Hofburg de Viena y el Palacio de Schönbrunn, también en Viena. El Hofburg es el edificio principal de un complejo residencial antiguamente usado por los Hansburgo. El palacio original fue construido a partir de varias edificaciones preexistentes por el alrededor de 1460.El palacio se fue expandiendo durante los siguientes 250 años y reformado conforme a los gustos de cada momento histórico.

Además se puede contemplar la belleza del castillo de Ambras admirado por los visitantes de todo el planeta. Su atalaya avisaba  hasta el siglo XX de peligros como incendios, tormentas o tropas enemigas que podían amenazar a los habitantes de la ciudad. En la actualidad podemos encontrar en Innsbruck numerosos edificios de arquitectura moderna como las elegantes estaciones del funicular Hungerburgbahn. Un moderno diseño urbano que mejora la calidad de vida de los habitantes de la ciudad. Para moverse por la ciudad nada mejor que el autobús turístico The Sightseer desde el que se puede contemplar todo la ciudad y bajarse en cualquier de sus paradas para recorrer sus calles.

La emergente vida cultural de Innsbruck

Innsbruck es una ciudad abierta a la cultura y cuenta en su calendario con un montón de eventos. Sus pintorescas aldeas sorprenden por su variada oferta cultural como festivales de música antigua, conciertos de música pop y celebraciones folklóricas. También incluye también exposiciones, mercados navideños y grandes fiestas de Fin de Año. El Tiroler Landestheater teatro regional de repertorio, propone para sus temporadas óperas magníficas.

Además la ciudad austriaca cuenta con un gran número de teatros y una variada oferta musical. El Kongress Innsbruck, que consta de un espacio para conferencias y  una sala de conciertos próximo a la Altstadt, tiene un movido calendario de música sinfónica y de cámara, a cargo de la Orquesta Sinfónica del Tirol y artistas visitantes, como la Camerata Académica de Salzburgo.

Otra buena idea es visitar el Museo de Arte Popular Tirolés donde se exhiben objetos artísticos y de uso doméstico de diversos siglos. Destaca en este museo los Stuben, unas reconstrucciones completas, en madera, de antiguos vestíbulos. También se puede contemplar el magnífico trabajo de los maestros campaneros de la fundición Grassmayr. Estos artesanos hacen campanas desde 1599 y resulta interesante verles trabajar y escuchar como suenan sus campanas.

 

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