Soy una nuez de Beatriz Osés. Edebé, 2018. Ilustraciones de Jordi Sempere. Rústica, 128 pp., 13 x 19,50 cm., 8,95 €.

Por José R. Cortés Criado.

 

Original y entrañable historia la que cuenta Beatriz Osés en este libro. Un niño llamado Omar es una nuez y como cayó del árbol del jardín de una señora abogada, esa nuez, Omar, es de su propiedad, según una antiquísima ley.

El juez Panatta no sale de su asombro, cómo una prestigiosa abogada que no ha perdido nunca un caso se presenta con semejante argumento ante el tribunal.

La señora Marinetti, abogada amargada y temida por todos, no se retrae y sigue argumentando a favor de la identidad del pequeño niño refugiado, para ella es una nuez y presenta sus testigos para argumentar su defensa.

Primero es el chico, él se reconoce como hijo de un jardinero y de una madre que olía a canela y que es una nuez.

Así pasan por el estrado un botánico, al que Omar enseñó a tratar las plantas,  que reafirma que el niño es una nuez; una señora especializa en tejidos con un tacto muy especial que no duda en afirmar que es una nuez porque su rugosidad, su tacto inconfundible, su dureza y, al mismo tiempo, su fragilidad así lo confirman, lo que no dice es que echa de menos a su nieto y Omar le hace compañía; otro vecino que tiene fama de ser el mejor olfato de la zona, lo confirma porque huele como una nuez, también le gustan los pasteles que le hace Omar; otro que si…

Es que la forma de vivir de todos ellos, incluida la abogada, cambió a bien desde que ese niño entró en sus vidas.

El juez, cada vez más alucinando, no podía entender qué les pasaba a todas esas personas que defendían que el niño era una nuez caída del nogal de la abogada en su jardín y, en consecuencia, era de ella; a pesar de que estos testigos estaban enemistados con la abogada por haber sido denunciados por cosas absurdas.

Hasta el fiscal cambió de opinión cuando Omar recuperó su gatito de un tejado. En realidad todos defienden la falsa identidad del pequeño porque con su trato ha conseguido conquistar los corazones de todas las personas que trató. Tiene la facultad de convertir en mejores personas a todas aquellas que conoce.

Mientras tan asombroso juicio tiene lugar, Omar va relatando quién es, cuenta cómo huyó de su país en guerra, cómo murieron ahogados sus padres al atravesar el Mediterráneo y cómo se escapó del centro de acogida en Italia.

Sin duda una historia agridulce; por un lado un juicio surrealista cargado de humor e ironía; por otro, unos personajes que viven en soledad, unas personas que han de abandonar su país por culpas de la guerra, un sistema judicial injusto, unas denuncias de la señora abogada por temas absurdos, muchas dificultades para poder adoptar a un niño refugiado… y un juez que hace caso de la abogada defensora y del fiscal y dictamina que ese niño es una nuez, dándole así al joven la posibilidad de iniciar una nueva vida mejor que la anterior.

Interesante historia la que nos cuenta con suma sencillez y humor Beatriz Osés para acercarnos las dificultades que tienen algunas personas para vivir en paz y lo absurdo que puede llegar a ser un sistema judicial que da más importancia a temas insustanciales que a las vidas de las personas.

El texto está ilustrado con muchas nueces y algunas escenas de la trama por Jordi Sempere, que reflejan la sorpresa de la abogada al recibir como regalo unos botines rojos, el mar embravecido, la entrega de ropa de la vecina al niño o el mimo con el que trata las plantas.

Con este libro la escritora ha conseguido el Premio Edebé de Literatura Infantil 2018.

 

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