Maria Oruña vuelve a sorprender con su tercera novela ‘Donde fuimos invencibles’

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«Nos sentíamos invencibles porque amábamos la vida. Sin pensarla como los ancianos, sin ignorarla como los niños. La juventud estaba en nosotros. ¿Qué más podíamos pedir?»

 

La escritora María Oruña regresa a las librería con su tercera novela Donde fuimos invencibles. En ella vuelve a crear una intriga fabulosa en tierras cántabras. Una historia llena de claves donde todos los personajes tienen algo qué contar y ocultar.

En 2015, con su primera novela Puerto escondido, María Oruña creó el personaje de la teniente Valentina Redondo, oficial de la Guardia Civil a cargo de la UOPJ (Unidad Orgánica de Policía de Investigación Judicial de Cantabria en Santander). Una carismática mujer de treinta y tantos, fuerte de carácter, un tanto obsesionada por el orden y el control de las situaciones. Pero a la vez, intuitiva y dotada de notable sensibilidad –o incluso, inteligencia emocional–, no en vano graduada en psicología. Dualidad que se hacía evidente en un rasgo físico característico del personaje, la heterocromía del iris. Redondo tiene un ojo verde y otro café.

La sabueso de mirada bicolor no tardaría en cautivar a los lectores de género primero, y al público en general después, a través del boca oreja y, sobre todo, del impacto en las redes sociales. Redes en donde el nombre de la autora gallega circulaba como una contraseña, para obtener poco después con el segundo caso de la teniente, Un lugar a donde ir, la confirmación de la crítica. Había nacido un fenómeno oculto –u escondido, mejor dicho, para hacer justicia al enigmático paraje original del pequeño pueblo costero cantábrico de Suances donde la serie sigue creciendo–. Un fenómeno que ahora sale a la luz y se consolida sin ambages con el tercer caso de la teniente Redondo, Donde fuimos invencibles, porque la serie ya suma más de 100.000 ejemplares vendidos, trece reediciones de la primera entrega y cuatro de la segunda.

Abogada laboralista en actividad, María Oruña despliega en sus tramas un agudo conocimiento criminalista y una notable precisión a la hora de narrar procedimientos policiales y forenses. Pero a la vez, la autora gallega también es una apasionada de la historia y la arqueología que escarba en el pasado de sus personajes –no en vano se define como una arqueóloga del crimen– hasta exhumar una trama inquietante.

Donde fuimos invencibles

La muerte vuelve a visitar el tranquilo y apacible pueblo costero de Suances, pero esta vez ya entrado agosto, cuando la teniente Valentina Redondo apura el verano en servicio y se apresta a coger unas merecidas vacaciones. El viejo jardinero de la Quinta del Amo, un antiguo y señorial palacio construido a principios del siglo XX y ubicado a metros del Ayuntamiento, aparece una mañana tendido sobre el césped. Hacia allí se dirige Redondo junto a su equipo, el subteniente Santiago Sabadelle y el sargento Riveiro, y lo que parece el mero trámite de una muerte natural, probablemente a causa de un ataque cardíaco, comienza a revelar señales misterio. Un misterio relacionado a sucesos inexplicables ligados al viejo caserón habitado por extrañas presencias.

De ellas habla Carlos Green, un joven escritor estadounidense que se ha refugiado en la Quinta o Palacio del Amo desde comienzos de junio para acabar la novela que trae entre manos y, de paso alimentar el recuerdo sobre el que construye su historia, porque allí pasó los mejores veranos de su juventud. Tras la muerte de su abuela, Green ha recibido en herencia el caserón, mucho tiempo deshabitado, y se dispone a venderlo una vez finalizado su libro, cuando la muerte del jardinero y las inexplicables presencias que alteran la paz de la finca ponen a prueba su incredulidad.

La autora

María Oruña (Vigo, 1976), gallega de padre cántabro, desde pequeña visita con frecuencia Cantabria. Allí ha ambientado sus tres novelas hasta el momento, todas publicadas en Destino: Puerto escondido (2015), un exitoso debut en el género negro que ha sido traducido al alemán, el francés y el catalán; Un lugar a donde ir (2016) y su último libro, Donde fuimos invencibles (2017). En todas estas historias, los protagonistas son los paisajes cántabros y el equipo de la teniente Valentina Redondo, que se ha ganado el cariño de miles de lectores. Además, María Oruña es abogada y actualmente compagina esta profesión con la escritura.

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