Nasario de Ricardo Alcántara. Ilustraciones de Albert Asensio. Editorial Bambü, 147 x 210 mm., 104 pág., 8 €, 2018. (+ 9 años)

 

Por José R. Cortés Criado.

Increíble historia donde la dura realidad de la vida y lo absurdo de la misma se unen para narrar las peripecias de un pobre chico que vive en un mundo que no es el suyo y donde se suceden escenas surrealistas a cual más disparatada.

Es que llamarse Nasario como todos los hombres de su familia que le antecedieron, ser tan feo que ni su madrina quiere bautizarlo, miope y encima pobre, pues tiene todas las papeletas para ser un infeliz.

Así crece en su pueblecito rodeado de miseria y desprecio. En su soledad busca consuelo sobre el tejado de su humilde vivienda y allí se hace una firme promesa, será millonario y algún día todas las tierras que divisa desde su tejado serán suyas.

A los catorce años abandona la casa paterna y comienza a andar en busca de la fortuna, pero las buenas personas, honradas y justas, difícilmente se enriquecen en poco tiempo.

Pasó por oficios varios, en un circo donde todos mienten, con un charlatán de feria que vende brebajes maravillosos, intenta ser policía pero no lo consigue por miope, tampoco llega a ser socorriste por no saber nadar, llega a ser millonario con ciertas condiciones que no le terminan de satisfacer, llega a una ciudad donde la vida se repite día tras día sin una sola alteración de los hechos cotidianos, conoce a un chico tímido al que le gusta escribir, fue panadero, sus sombras estuvieron unidas un año…y cada vez estaba más lejos de alcanzar su sueño.

Estando un poco cansado de recorrer mundo sin éxito y de conocer gente variopinta, un antiguo compañero de colegio le comunica que su padre falleció. Apenado regresa a casa donde su madre lo aguarda y tras los saludos subió al tejado donde se desahogó llorando y comprendió que al fin era dueño de todas las tierras que divisaba desde su tejado una vez que se quitó las gafas.

Comprendió que era una persona rica, no en dinero, sino en otros valores, y, a partir de entonces, la vida le sonrió y fue feliz y a sus hijos no se le ocurrió ponerles Nasario.

Bonita historia con una trama muy buen hilvanada de disparate en disparate pero con u hilo conductor único, llegar a ser feliz y como la vida da muchas vueltas, Nasario lo fue por otro camino distinto al que soñó.

Ricardo Alcántara comienza diciéndonos que la vida de Nasario había de todo un poco, aunque en la suya había más de poco que de todo y finaliza diciéndonos que ahora en su vida hay más de todo que de poco. Y es verdad.

Pues la vida es un gran aprendizaje y si se viaja, más. Nasario conoció lugares y personas diversas y lo enriqueció más que si hubiese permanecido en su pueblo siendo objetivo de burlas, chanzas y desprecios tanto por sus condiciones físicas como económicas.

La vida le enseñó a valorar lo importante y dejar de lado habladurías e intereses materiales que seguramente no lo hiciesen tan feliz como lo es en su nueva situación.

Un acertado libro que divertirá a los lectores a la par que los hará reflexionar sobre los prejuicios, valores y sentimientos de nuestra sociedad.

El texto se ve acompañado de unas bellas ilustraciones en blanco y negro de trazos firmes de Albert Asensio que reflejan algunas escenas de la obra.

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