‘Genios. El eco fantasma de sus voces’ de María Jesús Lorente Navarro

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Genios. El eco fantasma de sus voces de María Jesús Lorente Navarro. Ilustraciones de Antonio Lorente Navarro. Editorial Edelvives, Club Contempla, 2018. 300 x 225 mm, 96 pág., 22,33 €. (+ 14 años)

Por José R. Cortés Criado.

 

Es una maravilla de álbum ilustrado que te atrapa desde la portada. Una vez que atraviesas la puerta no puedes volver atrás, la genialidad de los dibujos se ve ampliada por la calidad literaria de los textos.

Este libro nos presenta veinte genios por orden cronológico de su existencia. Muchos son conocidos del gran público, otros lo son menos, incluso diría que casi desconocidos, pero todos tiene algo en común: sobresalieron de entre sus coetáneos.

Unos pintaron, otros dibujaron, otros escribieron o crearon cómics o bailaron o cantaron y ninguno dejó indiferente a su entorno.

La lista de los convocados es la siguiente: Camille Claudel, Isadora Duncan, María Blanchard, Pablo Picasso, Coco Chanel, Federico García Lorca, Ernest Hemingway, Walt Disney, Salvador Dalí, Frida Kahlo, Bette Davis, Julio Cortazar, Billie Holiday, Chavela Vargas, María Callas, Gabriel García Márquez, Hugo Pratt, Alejandra Pizarnik, Rudolf Nuréyev y Freddie Mercury.

La mitad de los genios son mujeres y su presencia se nota, dándole al libro un tinte feminista, ya que hasta las dos páginas dedicadas a Cortázar están narradas desde la óptica de su novia relatando ese último viaje de treinta y tres días que se podía haber hecho en ocho horas.

O la pasión de Picasso por su penúltimo amor, la joven Sylvette, que ocupa casi todo el texto, junto a las reflexiones del pintor que insiste en que siempre pintó lo que vio, y que dijo: “Ojalá pudiéramos quitarnos el cerebro y usar solamente nuestros ojos”.

Los textos no reflejan la biografía del personaje, esos datos se presentan sucintamente en las últimas páginas. Lo que el lector lee trasciende más allá de la vida del genio, se adentra en sus pensamientos, en sus deseos, en sus relaciones y en todo lo que marcó sus azarosas vidas que dejaron de ser corrientes como la de todos los mortales.

Es triste leer la carta de Camille Claudel desde el manicomio donde estuvo encerrada casi toda su vida por ser distinta; muy curiosa la narración de un admirador de Frida Kahlo que se adentra en su casa natal para sentirse más cerca de ella; irónica la preparación de su despedida de Mercury y mágica la conversación de Hugo Pratt con su personaje Corto Maltés.

También hay alguna relación entre ellos, por ejemplo María Blancard estuvo enamorada de Diego Rivera, gran amor de Frida Kahlo; la poeta Alejandra Pizarnik tuvo relación directa con Cortázar; luego no solo son genios sino que algunos compartieron amistad y todos los frutos de sus miserias y genialidades frente a una sociedad que los adoró o despreció en determinados casos.

Leer cómo Lorca se empapaba de historias sobre hijos ilegítimos en la cocina de su casa de boca de las criadas; como cantó por primera vez Billie Holiday “Strange fruit”, canto contra la esclavitud en un café de New York; como María Callas dejó de ser una mujer romántica y apasionada para convertirse en una diva caprichosa e insoportable, te acerca más a la persona que al genio.

Si bellos son los textos de María Jesús Lorente, no se quedan atrás las imágenes de su hermano Antonio. Una mezcla entre fotografía y cómic que nos trae unos personajes fascinantes en una escena de sus vidas que refleja su forma de ser. Cada lámina es una narración visual al margen de los escritos por su hermana.

El ilustrador ha buscado complicidad con los lectores para mostrarnos a una Camille Claudel haciendo una peineta dirigida a Rodin, que quiso mandarla al olvido y no lo consiguió; o un Federico García Lorca adulto dialogando con su imagen infantil.

Y lo mejor, las reflexiones de estos genios que dicen mucho de sus formas de vida: “Para ser irremplazable, uno debe buscar siempre ser diferente”, Coco Chanel. “El hombre puede ser destruido, pero no derrotado” de Ernest Hemingway. “Si puedes soñarlo, puedes hacerlo” de Walt Disney o “Soy la maldita mejor dama que ha existido” de Bette Davis.

Entre reflexiones, anécdotas y dibujos discurre una plácida lectura que te hace reflexionar y detenerte a valorar la genialidad de sus protagonistas.

No cabe duda de que estamos ante un álbum ilustrado sin edad de lectura. Si el lector tiene madurez suficiente para comprender el texto disfrutará con el libro. Los adultos son los destinatarios que más lo disfrutarán.

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