Desde el otro lado de Carmela Trujillo. Editorial Kuei Ediciones, 2019. 248 pp., jóvenes, adultos, 15 €.

Por José R. Cortés Criado.

 

Carmela Trujillo sabe llevar al lector a un mundo entre la realidad y el deseo, entre una vida y otra, entre la vida y la muerte de forma sencilla, placentera, onírica, reflexiva, irónica, pero siempre vital y esperanzadora.

Todo comienza una noche de lluvia, en la que la protagonista, Blanca de los Ríos, sufre un accidente mortal que la transporta a un lugar de paso a otra dimensión.

No sabe qué hace allí ni cuánto tiempo ha de permanecer en ese lugar, pero aprende rápido y empieza a comprender su nuevo estado gracias a sus novedosos conocidos y a los espejos de los aseos.

Su nueva vida transcurre entre unos apartamentos, unos restaurantes y una comisaría; dependiendo del lugar sus vivencias cambian y los espejos le permiten ver cómo transcurre la vida de las personas amadas a este otro lado, en esa vida que dejó y así sabe cómo continúan sus existencias terrenales.

El vínculo especial que la unía a su madre sigue teniendo una fuerza enorme y ese enganche le permite a ambas notar sus respectivas presencias y afrontar sus vidas con mucha paz.

Es asombroso cómo la fallecida nos habla con suma naturalidad de su paso por la vida terrenal y va repasando sus vivencias, ya sea para rememorar sus amores y desamores, con sus momentos dulces, chascos inesperados y vuelta a empezar.

Capítulo aparte merecen las amigas, desde esa perspectiva que da la distancia y el tiempo. Ahora las conoce mejor y sabe qué pensaban de ella y el porqué de ciertos acontecimientos, como el hecho llevado a cabo por su amiga más íntima, Anabel.

Y más especiales son los diálogos con las personas que se encuentra en ese lugar de espera hasta que llega el desenlace, una carambola que nos deja buen sabor de boca y nos indica que la vida tiene sus buenos y malos momentos que compensan nuestras acciones.

También destacan las dos carpetas que abre la finada, una roja y otra azul. La primera recoge opiniones, recuerdos y pensamientos que le producen dolor; la azul es para anotar todos los que son dulces, tiernos y amorosos.

La autora sabe mezclar recuerdos, retazos de la memoria con la noche y la lluvia, unas constantes que acompañan los pensamientos de la protagonista hasta llegar a analizar su alma de forma placentera.

La lectura de esta novela es muy amena, de vez en cuando saltan chispas de humor que te hacen sonreír, otras de solidaridad que te emocionan, otras de ironía mordaz que te hace reflexionar, otras de casualidades que salpican cualquier vida, y todas, tienen algo en común, no te dejan indiferentes.

Sin duda una novela para recomendar a los buenos lectores, ya sean jóvenes maduros o adultos.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *