El viaje del calígrafo de Arianna Squilloni. Ilustración de Samuel Castaño. Editorial Juventud, 2019. 250 x 190 mm., 40 pp., 14 €, (+ 7 años).

Por José R. Cortés Criado

 

“Miedo de estar solo, de no llegar, miedo a no ser acogido o a llegar tarde. Pero también de la esperanza de hallar un lugar donde quedarte, de la emoción de un nuevo inicio”. Arianna Squilloni: El viaje del calígrafo.

Bonito álbum apaisado cargado de lirismo. Nada más abrirlo te atrapa una sinuosa línea muy sutil de tinta negra que te arrastra página tras página en una historia sin fin cargada de novedades y emociones nuevas.

El calígrafo vivía en una cabaña en medio de un jardín. Todos los días seguía un mismo ritual: aseo, desayuno, aspirar la fragancia del día y coger el pincel.

Era muy sabio, conocía bien las estaciones del año y, además, escribía palabras no solo transmitían sonidos o significados sino que también aportaban la vida del ser nombrado.
Cansado de estar siempre en el mismo lugar decidió viajar y ver qué había más allá del río, del monte o del llano. En su peregrinar descubrió un mundo maravilloso lleno de sorpresas, y poco a poco la gente fue dándose cuenta que no eran los únicos en el mundo y todos comenzaron a desplazarse por tierra y mar.

Este calígrafo fue el que trazó los caminos del mundo, su cuerpo fue el pincel que dibujó las palabras, esas que hablan de inquietud, de curiosidad, de reencuentro, de alegría, sorpresa…y dibujó la emoción de tan singular viaje.

Si miras con atención las ilustraciones, te dejarás llevar por los trazos negros de la tinta, las hojas secas de diferentes formas y tamaños, los recortes de papel o tela, las alas de mariposas, las ramas, las flores, las setas, los árboles, las hormigas, los peces, los pájaros, los recortes de periódicos y la silueta del calígrafo que viaja sobre todos estos elementos que constituyen el collage de las ilustraciones.

Arianna Squilloni nos habla en su libro de viajes, de esos que se realizan físicamente y de los que hacemos con la imaginación, las palabras o las imágenes; muestra de ello son las palabras poéticas del texto y la magia de los sencillos trazos del ilustrador y diseñador colombiano Samuel Castaño Mesa.

Gracias a la habilidad de este, el lector se encuentra con imágenes sencillas cargadas de magia que hacen que los textos de la escritora nos transmitan con sumo placer las emociones de los viajes, del tipo que sean, y nos crea deseos de aventuras, descubrimiento y nos transforme ante la posibilidad de acoger o ser acogido en nuestro viaje particular.

Sin duda, un bonito álbum ilustrado, que te atrapa por sus palabras y por sus imágenes, dirigido a todo tipo de público aunque se recomiende para lectores de más de siete años.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *