Entrevista a Eva Guillamón, autora de ‘Quiero oírte decir mi nombre’

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“En estos tiempos de ruido, lo preciso, lo esencial, es muy necesario.”

Esta semana hemos entrevistado a Eva Guillamón (Albacete, 1978) es periodista, escritora, actriz, directora de teatro y cantante. Parece mucho, pero no era suficiente: ahora, puede presentarse también como poeta. Publica su primer poemario, Quiero oírte decir mi nombre (La Lucerna) y lo hace convencida de que no hay mejor manera de combatir la algarabía en la que nos desenvolvemos que servirse de la palabra certera.

P. Éste es tu primer poemario. ¿Por qué la poesía, y por qué ahora?

R. Llevo escribiendo poesía mucho tiempo, o poemas que luego se convierten en canciones para Dúa de Pel, mi grupo de música. La poesía es la palabra en su sentido más certero. En estos tiempos de ruido, lo preciso, lo esencial, es muy necesario.

P. Quiero oírte decir mi nombre comprende seis capítulos encabezados con titulares de prensa referidos al asunto que abordas…

R. Soy periodista, y me interesa lo que le pasa al mundo. Algunos de los capítulos del libro, como el primero, Los que no tienen nombre, o el quinto, Lo que no tiene nombre, son crónicas de dos hechos sociales que me conmueven y ante los que no puedo pasar de largo. Los titulares de prensa contextualizan los poemas. Yo pienso que lo que me ocurre es personal; pero si eso mismo le ocurre a más gente ya es un sentir colectivo; es decir, político.

P. ¿La prensa es una buena fuente de inspiración? Lo debes saber bien, has trabajado en los medios… 

R. Los creadores estamos sumergidos en un universo tan propio que a veces corremos el riesgo de desconectarnos del alrededor. Para mí el periodismo es un cable a tierra, una manera de estar conectada con el exterior.

P. Eres una artista polifacética: escritora, actriz, directora de teatro y cantante. ¿No basta con tocar un palo para expresarlo todo?

R. Igual que no voy vestida de la misma manera para una fiesta que para pintar mi casa, ni utilizo el mismo lenguaje y tono de voz para hablar con mi madre o ante un auditorio, no siempre una disciplina en particular es útil para comunicar una u otra cosa. Me valgo de las herramientas que necesito en cada momento. La creación para mí es un misterio inmenso. Nunca sé por dónde va a salir. Yo sólo sé que quiero comunicar algo.

P. No es infrecuente verte subida a un escenario, exponiéndote al público. Un libro se escribe lejos de los focos… ¿Cómo vives el tránsito entre la exposición pública y la intimidad?

R. Escribir es siempre un oasis donde descansar de la exposición física. Una compensación del escenario. Ante el público eres un canal a través del que circula tu energía y la del público, que haces tuya. Una vez escuché a Israel Galván confesar que para él salir al escenario era una guerra: o te ganas al público o el público acaba contigo. Escribir es otra cosa. Escribir soy yo contra mí, o yo conmigo, depende del momento, pero sólo yo.

P. Gran parte de tus estudios y de tu actividad artística se han desarrollado fuera de España. ¿Oxigena, el viajar tanto?

R. Yo me fui porque en España no podía estudiar lo que quería, pero agradezco el sacrificio, económico y afectivo, porque conocer otras realidades te hace más empática con lo desconocido, con el Otro. La mía, mi cultura, es una más.

P. En los últimos años hemos asistido a una avalancha de poetas jóvenes, muy mediáticos, muy activos en las redes, que han devuelto a muchos el gusto por la poesía. ¿Atraviesa la poesía un buen momento en España?

R. El año pasado tenía una sección de poesía en A media luz, un programa de radio, y ésta era una pregunta que hacía constantemente a los poetas invitados. En momentos como éste, donde hay pocas cosas tangibles y estables en las que sostenerse, la poesía se ha erigido como una receta rápida y efectiva que nos ayuda a reconocernos.

P. El mundo editorial no es fácil en general, en el género poético es más difícil todavía. ¿Qué esperas del libro?

R. La primera edición se agotó en poco más de una semana. Más allá de otros sueños, lo que más ansío ahora mismo es que llegue de nuevo a las librerías y pueda caminar a su ritmo. En estos momentos Quiero oírte decir mi nombre es lo que soy, y confío en él. La poesía es discreta, avanza despacio pero nunca se detiene.

 

 

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