Antes del fin del mundo de Emilio Calderón. Editorial Ediciones Versátil, 2019. 140 x 220 mm., 160 pp., 12,90 €, (+ 12 años).

Por José R. Cortés Criado.

 

“…el amor es la verdad. La vida una gran mentira”.

Antes del fin del mundo de Emilio Calderón

Una verdadera historia de amor entre dos personas a las que les espera un mismo final semejante aunque no lo puedan sospechar, todo en un mundo distópico donde la especie humana está a punto de desaparecer.

La trama transcurre en el año 2120 en el planeta Tierra, que ya no es lo que era, atrás dejó la civilización actual y la civilización cibernética donde todo estaba controlado por un superordenador Deus, ubicado en la cara oculta de la Luna, que dirigía la vida de las personas desde antes de nacer, cuando le instalaban un dispositivo electrónico colocado, al que se le añadían nuevas órdenes y directrices a lo largo de su vida, así como implantes óseos para formar superhombres y supermujeres o dotarlos de alguna cualidad especial.

Ante el deterioro mediambiental, la contaminación, la destrucción del planeta y demás acontecimientos negativos, los hombres peces decidieron salir del mar y controlar lo que queda de la Tierra, anulando todo vestigio tecnológico, incluido Deus.

Los humanos supervivientes se refugian en los desiertos más inhóspitos del planeta, lejos de ríos y mares. Además de los hombres peces, están los supervivientes del mundo organizado por Deus y los que se rebelaron contra ese control a base de algoritmos de las personas, y los llamados “piel limpia” que nacieron tras el cataclismo y no llevan implantes tecnológicos que los controlen y le dirijan sus vidas.

Jan Drake, un “piel limpia” nacido en la época postecnológica, en sus manos tiene la salvación de la humanidad a través de la escritura, es de los pocos amanuenses existentes y gracias a ellos se intenta recuperar la memoria perdida; quieren volver a tener subjetividad, imaginación, libertad y un alma humana.

Él encontró el amor en Tea Dunne, no fue programado para ser emparejado por Deus. Son la esperanza de la nueva civilización en un mundo mejor; les une su amor y la poesía además de los deseos de transformar la sociedad.

Ambos han de llegar a un nuevo planeta donde empezar desde cero, una vez aprendida la lección de lo sucedido en nuestra sociedad. Es una peligrosa misión pero son conscientes de que el amor, el diálogo, el respeto al medio ambiente y la poesía son armas fundamentales para alcanzar su objetivo.

Tea tiene más claro quién es y lo que desea, Jan tarda más en comprender cuál es su papel en esa nueva aventura, no exenta de peligros, una vez atravesados desiertos y llegar a una nave carga de esperanzas.

Emilio Calderon escribe esta distopía con suma habilidad. Nos hace avanzar por un mundo que intenta sobrevivir al gran cataclismo tecnológico cargado de sombras y esperanzas, siempre ofreciendo información verosímil sobre los acontecimientos que destruyeron nuestro planeta.

La poesía es la que mantiene unidos a los dos jóvenes y su amor los hace indestructibles. Las cartas que Jan escribe a Tea son de gran emotividad, a él y al lector le sirven de escudo protector ante la dureza de la sociedad en la que viven, siempre atemorizados por los hombres peces.

Entre sobresalto, miedo y nuevas posibilidades de sobrevivir, el lector avanza página tras página conteniendo el aliento cuando ve transformarse a las personas en peces, cómo estos son capaces de avanzar tierra adentro y arrasar a las personas y cuando Jan es capturado e ignora cuál es el destino que le aguarda más allá del desierto.

Seguro que a los jóvenes les gustará y les hará reflexionar sobre el calentamiento global, la contaminación, la vida en otro planeta, la poesía y el amor; además conocerá algunos mitos, recordarán a Julio Verne, a Mark Twain y a Lovecraft.

 

 

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