‘El secreto de las patatas fritas’ de María Rosal y Noemí Villamuza

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El secreto de las patatas fritas
El secreto de las patatas fritas

El secreto de las patatas fritas de María Rosal. Ilustraciones de Noemí Villamuza. Editorial Edebé, 2020. 130 x 195 mm., 156 pp., 9,60 €, (+ 10 años)

Por José R. Cortés Criado.

“Pocas cosas hay más rica en la vida que una bolsa de patatas fritas para mí solo. Mi padre me las tiene prohibida porque engordan y el colesterol ese, que no sé si es el bueno o el malo. Pero yo siempre me las compro.” María Rosal: El secreto de las patatas fritas.

Isaac es un niño normal, al que le gusta comer más de la cuenta, pero salvo eso, no tiene nada extraordinario, ni nunca le ha sucedido algo importante en la vida.  En casa le regañan por lo mucho y mal que se alimenta, casi siempre chucherías, patatas fritas de bolsa y demás fruslerías; tal es su afición que a veces se las come a escondidas.

Pero cierto día le ocurrió algo novedoso. Se encontró dentro de una bolsa de patatas un dedo humano, casi se lo come. ¡Qué asco y qué susto! Como no sabía qué hacer, fue en busca de su mejor amiga, que además es muy lista, y cuando lo vio empezaron a elucubrar acerca de su origen. Que si de un operario que lo perdió en el trabajo, que si una señal para pedir el rescate de un secuestrado…

Isaac estaban aterrado. No se atrevía a decirlo por temor a que pensaran que él cercenó del dedo, que si lo considerarían un secuestrador, que si…, por ello lo dejó en su dormitorio antes de ir a la cocina.

Estaban comiendo cuando su perro se presentó con el dedo en la boca y lo depositó a la vista de los demás y se armó una buena en la casa. Su madre se puso muy alterada, su hermana no daba crédito y su padre estaba de viaje de trabajo.

Tras el susto, la reacción. Hay que denunciar, hay que ir al juzgado de guardia, hay que…, al final la madre terminó en un programa vespertino de televisión contándolo, y para mostrar al pobre niño, que sufrió un trauma enorme, mostró la fotografía de la primera comunión de su hijo.

El protagonista quiso morir al verse en esa foto tan horrible en la pantalla. Su madre se sintió feliz, por primera vez salió en la televisión, y aprovechó su momento de gloria, anima por su amiga que la obligó a comprar ropa y calzado para tal evento.

Este hecho insólito rompió la monotonía familiar. Ya nada fue igual. Las relaciones familiares cambiaron. La madre volvió a otro programa de más público, su suegra también quería ir para promocionar sus buñuelos, cosa que hizo al colocarse delante de la cámara con una camiseta diseñada por su nieto, una tía de Isaac también acudió a la tele y después de múltiples peripecias, cuando el padre regresó a casa se aclaró toda esta historia.

Simpática trama que mezcla lo insólito con la realidad y nos muestra la vida de unas personas anónimas que, por mor del destino, se sienten importante por un hecho llamativo, sobre todo cuando su poder se amplifica por un estudio de televisión.

Al final vuelve la vida sencilla, pero la experiencia ya marcó a todos por la situación que vivieron.

El lenguaje empleado, unas veces viene cargado de humor, otras de cercanía familiar o de ironía, que acercan al lector una realidad propia de cualquier familia. Los diálogos y las acciones forjan unos personajes creíbles y convincentes.

El texto está acompañado de ilustraciones creadas por Noemí Villamuza en blanco y negro que, de forma realista, con múltiples detalles y sombreados, nos muestra a los diferentes personajes de esta historia.

Esta entretenida novelita hará pasar un rato agradable a los pequeños lectores.

 

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