Portishead en Madrid

 

Exhuberancia sonora

Por Óscar Charneco.

 

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Llevábamos 20 años esperando que Portishead tocara en Madrid y esa sensación se palpaba en los gestos del público que anoche llenó el Palacio de Deportes de la Comunidad. El escenario aparecía repleto de instrumentos, solo una pantalla en su parte posterior rompía una puesta en escena sobria, una declaración de intenciones en la que el sonido se convertiría en el protagonista absoluto.

Los acordes de Silence pusieron en marcha un espectáculo vibrante en emoción y apabullante musicalmente, 4 músicos acompañaron a la banda de Bristol para ofrecer una descarga sonora con una producción técnica  pocas veces vista en este recinto. Ya desde el inicio la voz de Beth Gibbons sentó las bases de lo que sería la (breve) noche, en una atmósfera saturada de sonidos e instrumentos plenos de matices, en nuestra memoria quedará grabada para siempre su voz a ratos desesperada, suplicante, intensa y delicada.

En el recorrido por su universo sonoro pudimos disfrutar los teclados sobrenaturales de Mysterons o una minimalista The Rip, preciosa en su puesta en escena. Sour Times precedió a una vibrante e intensa Magic Doors, para ofrecernos a continuación una versión casi acústica de Wandering Star, de una belleza etérea. Y para que nadie pudiera bajarse del carrusel de emociones Machine Gun nos devolvió al centro de la explosión sonora, con un final in crescendo épico y poderoso.

Se sucedían las canciones con imágenes de la banda en blanco y negro entre producciones animadas, juegos de luces o geometrías hipnóticas. Apenas hubo concesión alguna hacia el público, salvo un par de gracias obtenidos a duras penas. Siempre el mismo mantra gestual, Beth de espaldas hasta el momento en el que desataba su voz frágilmente poderosa, para terminarlas, de nuevo, en la misma posición.

Y al final, mientras We Carry On atronaba vibrante, por fin, como si ya hubiera liberado toda la tensión, Gibbons bajó a la pista para tocar al público entregado, primero nos había acariciado y golpeado indistintamente con su voz, luego dejó que unos pocos comprobaran que también es de carne y hueso. Y así terminó una experiencia sonora emocionalmente intensa que apenas duró 80 minutos, dejándonos con el deseo de volver a disfrutar de su directo, sin que sea posible aceptar que puedan pasar otros 20 años.

Set list:

Silence

Nylon Smile

Mysterons

The Rip

Sour Times

Magic Doors

Wandering Star

Machine Gun

Over

Glory Box

Chase the Tear

Cowboys

Threads

Roads

We carry On

Carmen F. Etreros

Ver comentarios

  • Qué buena crónica! Estuve allí y fue así como lo cuentas, desesperada, intensa, sutil, frágil... Vaya grupo, vaya voz!

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