Estando allí Beto recibe un mensaje en el móvil de su propia mujer, aparentemente por error, y descubre que le es infiel. La inevitable separación lo lleva a una catarsis existencial en la que entrará en juego otra mujer, Helga, que le dobla la edad y que le hará replantearse muchas cosas.
Llena de emotivas instantáneas del amor perdido, bajo una escritura afilada por el sentido del humor, los personajes parecen deslizarse dentro de un reloj de arena. Porque será la reflexión sobre el discurrir del tiempo lo que conduzca al protagonista hacia una mujer de otra edad, Helga, en un encuentro intergeneracional que es el corazón del relato. Pegado a los pensamientos de Beto, el lector no dejará de preguntarse a cada momento por lo que le espera en la página siguiente. ¿Y ahora qué?
La respuesta se esconde en esta narración destilada, la esperada nueva novela de David Trueba tras Saber perder, que se alzó con el Premio de la Crítica en 2008.
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