Reseña: ‘El comensal’ de Gabriela Ybarra

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El comensal de Gabriela Ybarra. Editorial Caballo de Troya 6, 2015. Tapa blanda, 176 pp., 15.90 €.

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Por Carmen F. Etreros.

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Esta semana os voy a hablar de un libro especial: El comensal de Gabriela Ybarra. Una novela autobiográfica en la que la protagonista principal es la muerte y todo lo que la rodea y deja sin resolver. Una novela sobre el dolor, la angustia, la rabia, la aceptación de las muertes incomprendidas… Una novela en la que su protagonista siente la necesidad de volver con los años a pisar los caminos de los bosques y recorrer los pasillos de los hospitales para comprender y aceptar.

Gabriela Ybarra trata de comprender su relación con la muerte y la familia a través del análisis de dos sucesos trágicos de su vida: el asesinato de su abuelo en 1977 a manos de ETA y el fallecimiento de su madre en 2011 por un cáncer.  Un relato que sorprende por su tono tranquilo, objetivo, neutral que desafía al lector desde la primera página.

En la primera parte de El comensal la autora va reconstruyendo el secuestro y el asesinato de su abuelo el empresario español Javier de Ybarra, quien también fue alcalde de Bilbao y presidente de la Diputación de Vizcaya durante el régimen franquista. Pero lo hace recogiendo testimonios de sus familiares, recortes de los periódicos, fotografías que encuentra por Internet… La detención de su abuelo delante de sus cuatro hermanos a los que esposaron a una cama de hierro, el intento por parte de ellos de conseguir el millón de euros de rescate, los mensajes que les dejaban los secuestradores en un buzón destartalado… Un asesinato del que ella no se entera hasta que tiene 7 años de manera casual pero que obliga a sus padres y a sus hermanos a abandonar el País Vasco y convivir con un escolta. La autora lo va recomponiendo de una manera frío, expositiva sin sentimientos ni reproches.

En la segunda parte analiza el proceso de la enfermedad de su madre que todavía joven sufre un cáncer muy agresivo que acaba con su vida en menos de seis meses. Cuatro años después la autora intenta buscar en las conversaciones con los médicos en las consultas, en los pasillos y habitaciones del hospital americano, en las charlas con su familia, el momento en el que se estropeó todo. Y la autora lo cuenta sin victimismo, sin autocompasión, intentando reconciliarse con la enfermedad y asumir cuatro años después el vacío y la tristeza.

Un momento en el que su padre al sufrir la enfermedad de su madre vuelve a hablar de la muerte de su abuelo: “De vez en cuando, mi padre hablaba sobre mi abuelo. Comparaba una muerte con otra”.

Para mí el valor de esta novela radica en su forma de intentar entender la muerte mirando, volviendo al lugar donde ocurrió todo la habitación del hospital donde murió su madre, el bosque donde murió su abuelo. Sin reproches, sin consejos. “Mi madre era calor y presencia. Bondad y luz. Mi madre era muchas cosas que se suelen decir sobre la gente muerta, pero en su caso todas eran verdad”, señala la autora.

Una forma de investigar el pasado compleja que le obliga a ir a google a buscar a los asesinos de su abuelo o los que enviaron un paquete bomba a su casa cuando ella era una niña: “Miro fotos de etarras e investigo sus vidas. Me cuesta aceptarles, porque asumir su humanidad significa que yo también podría llegar a hacer algo así. Mi conciencia estaba más tranquila cuando imaginaba que eran locos o que no eran personas”.

El comensal comienza con una silla vacía que acompaña a la familia en cada comida y que a lo largo de los años sigue ahí recordando la ausencia. Una silla vacía que la autora intenta comprender en este libro. Una silla vacía que nos acompaña a todos en algún momento de nuestras vidas y a la que tarde o temprano nos tenemos que enfrentar e intentar comprender.

2 pensamientos sobre “Reseña: ‘El comensal’ de Gabriela Ybarra

  1. Personalmente «El comensal» no me gustó nada, de hecho me decepcionó mucho, me pareció un libro sin alma, insípido, y, sobre todo, muy mal escrito… Me temo que la popularidad que ha alcanzado se debe más al tema que trata (el del terrorismo etarra, que sigue vendiendo mucho en este país) que a sus verdaderas dotes literarias, prácticamente inexistentes (ya que se asemeja más a una crónica periodística que a un relato literario). Hay una novela que trata el mismo tema del duelo y que es, a mi juicio, todo lo contrario: «La pertenencia» (la autora se llama Gema Nieto y también es una chica muy joven). Me pareció brillante. Lírica, honesta, valiente y conmovedora. Trata infinidad de motivos con un manejo sobresaliente del estilo: el dolor de una familia rota, el descubrimiento del amor… todo contado de manera bellísima. Impresionante, de verdad, de lo mejor que he leído últimamente, me ha marcado. Viene avalada además por Belén Gopegui y Alberto Olmos. Desde que la devoré la recomiendo encarecidamente a todo el que puedo, así que aquí dejo mi apunte, que espero que no caiga en saco roto porque de verdad es un libro que vale la pena. Un saludo.

  2. Caballo de Troya promete con tan buena selección de autores noveles. Creo que si lo cuida podrá convertirse en un sello de referencia en España, pero también en el extranjero. Echaré un vistazo a sus publicaciones. Gracias por la recomendación

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