Reseña LIJ: ‘Héroes por casualidad’ de Laura Gallego

Héroes por casualidad de Laura Gallego. Editorial Bruño, 2016. Tapa dura, 176 pp., 12.50 €.

Por José R. Cortés Criado.

Laura Gallego vuelve con otro libro de dragones, magos, enanos, duendes, elfos, brujos, espadas mágicas que hablan y piensan, reyes, reinas, princesas y demás elementos de ese mundo mágico que ya expuso en la anterior obra con los mismos protagónistas, Mago por casualidad.

En esta ocasión la oronda reina está preocupada por la díscola de su hija, la princesa Griselda y la ausencia de novio a la vista, por lo que apremia al rey para que le busque un marido a su retoño.

La princesa gusta de salir en busca de dragones, estar con sus amigos: Ratón, aprendiz de mago que ocupa la plaza del titular de palacio por un incidente que los lectores descubrirán nada más comenzar la lectura del libro; y con Lila, jovencita que viste como un chico y se dedica a robar a toda persona que se le acerca.

El rey accede a buscar un príncipe para su hija y no se le ocurre otra cosa más que convocar a todos los jóvenes deseosos de convertirse en reyes, para ello solo les pide que le traigan el centro del Gran Brujo del País de los Espantos.

Numerosos pretendientes acudieron a palacio, la mayoría ni siquiera inició la empresa, solo quedaron un hombretón bruto y corto de luces, un elfo que hablaba en verso, un enano gruñón, un anticuado caballero y un misterioso caballero vestido con armadura negra que ocultaba su cara. Este es el preferido de la princesa Griselda, esta le pidió a sus amigos, Ratón y Lila, que lo acompañasen y le ayudasen en su empresa.

Todos partieron con muchas ganas y hubieron de superar numerosas pruebas hasta conseguir el cetro, atraviesan lugares con nombres tan mágicos como el Bosque-Tan-Peligroso-Que-De-Él-No-Vuelve-Nunca-Nadie o el País de los Espantos; el caballero negro y sus acompañantes se enfrentan al dragón Colmillo-Feroz, rescatan de sus garras a la princesa Bellaflor, a la que llaman Bellorona por sus llantos; al Conde Ramiro de afilados colmillos y gustos vampirescos; a la bruja Adefesia, y hasta a los esbirros y a los esbirrios.

Laura Gallego desborda grandes dosis de imaginación y de ironía. Los diálogos entre los personajes son directos y desenfadados, cuando se enfrentan a una bruja o a un dragón rozan la hilaridad.

Los lectores disfrutarán de la aventura, pues en cada capítulo hay algún problema nuevo que solventar y la gracia de los diálogos no decaen hasta el final, cuyo desenlace sorprenderá al lector, sobre todo cuando se descubre la verdadera intención del rey cuando impuso como condición conseguir el cetro del Gran Brujo.

Es un libro mágico muy del estilo de Laura Gallego, donde la realidad y la fantasía cabalgan de la mano desde el principio hasta el final.

 

Redacción

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