Por Carlos Mesa Espinosa.
Lavapiés es uno de los barrios de Madrid que más me fascina. En sus calles se respira cultura y cualquier espacio es bueno para llevarla a cabo, hasta un antiguo prostíbulo. Esta fue la apuesta que hizo Doriam Sojo, actor, director y dramaturgo venezolano, hace ya cuatro años cuando abrió la sala El burdel a escena.
Cuando entras por primera vez en El burdel a escena no sabes muy bien qué sucederá allí dentro. El público se acomoda en la ‘sala principal’, con una capacidad máxima de 18 espectadores, donde tendrá lugar la mayor parte de la representación. A partir de ese momento todo es dejarse llevar: comienza la función.
Doriam Sojo no se quería quedar únicamente en la experiencia cercana para 18 espectadores, sino que quiso ir más allá y darle uso a las que anteriormente fueron las habitaciones de las chicas. En todas las obras llega un punto en el que el público se divide en dos grupos, uno para cada habitación, ofreciendo una experiencia única al espectador, que absorve sin ningún filtro la interpretación de los actores.
Ángela Tejedor e Iván Marín protagonizan una historia de amor y desamor escrita y dirigida por el propio Sojo, a la que también se une Virginia Moreno como maestra de ceremonias, enlazando las distintas escenas a base de canciones.
La historia que nos cuenta Cretinos no resalta por la originalidad de su trama, pero sí por la originalidad de su planteamiento escénico y por su giro final que sorprende al espectador. Pero, sin duda, es una de esas historias de las que se disfruta el camino y con la que más de un espectador se sentirá identificado. El miedo a enamorarse y el morbo por lo prohibido. Una propuesta que combina el diálogo con el monólogo que roza lo poético y que cala en el espectador como cuchillos de realidad. ¿Qué sentimos cuandos nos enamoramos? Y, peor aún, ¿qué sentimos cuando nos enamoramos pero nos negamos a caer rendidos a las flechas de Cupido?
Además de las orgánicas interpretaciones de Tejedor y Marín, resaltar la participación de Virginia Moreno que, a pesar de dar vida a un personaje irrelevante en la historia, es un regalo para el espectador poder disfrutar en directo y a una distancia tan reducida de una voz tan potente como la de Moreno.
Un total de cinco producciones propias se pueden disfrutar de martes a domingo en la sala, entre ellas El casting para mayores de 18 años, su obra más longeva (con la que se inauguró la sala) y que sigue triunfando después de cuatro años en cartel con estupendas críticas. Próximamente se estrenará Celebración, un espectáculo unipersonal protagonizado por Verónica Aguilera, con dirección de Doriam Sojo y texto de Sojo y Aguilera. En Celebración, y como sello de la casa, se mezclará el humor, la música y el aire cabaretero que sacará a relucir las emociones.
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