El asombroso caso de las sombras equivocadas de Carlos Salem. Editorial Edebé, 2017. Ilustraciones de María Simavilla. Rústica, 244 pág., 9,95 €.
Por José R. Cortés Criado.
La editorial Edebé comienza con este ejemplar una nueva colección que lleva por título Minerva Watson, y como su apellido indica es descendiente de tan conocido personaje, que según ella existió realmente, no es un ser de ficción creado por sir Arthur Conan Doyle, y nada mejor para demostrarlo que la lectura del diario de la personal que le dio el apellido.
Minerva es hija de un científico más preocupado por sus descubrimientos que por su sustento y de una importantísima arqueóloga que anda de una punta a otra del mundo en busca de nuestro pasado, en resumen dos genios a los que admira mucho.
Y es que algo no va bien cuando las sombras no siguen a sus propietarios y toman caminos divergentes y actúan a su libre albedrío, Minerva tiene que echar mano de todo su poder de deducción, que es mucho más de lo que ella cree, para alcanzar el nivel de su abuelo y salvarnos a todos de Moriarty, malvado entre las malvadas sombras que desean conseguir el cuarto rubí para poner en marcha la máquina infernal.
A lo largo de las páginas Minerva tendrá una hermana que la madre trae de la Patagonia, Ayelén, pequeña muy inteligente, observadora y muy directa en sus comentarios; además de su amigo Hipólito que va en silla de ruedas, y se enfrentará a las clases, al concurso de baile, a un jovencito guaperas que le gusta, pero sobre todo, a ese mundo tan peligroso de las sombras.
De forma amena el lector se va introduciendo en la historia que coge cuerpo conforme avanza y nos tiene pendiente de su desenlace por el pesimismo de la protagonista y el devenir de los acontecimientos.
Al final nuestra heroína da la talla y demuestran que tiene dotes de detective como sus antepasados y una inteligencia muy superior a lo normal.
La presentación del libro está muy cuidad, desde las ilustraciones de cada capítulo hasta las letras capitales de los mimos, los diferentes tipos y tamaños de letra empleados y los símbolos al final de cada capítulo.
Las ilustraciones son de María Simavilla, están editadas en blanco y negro y muestran su fuerza desde la presentación inicial de todos los personajes en los nueve retratos de ellos.
Buen libro de Carlos Salem que tendrá larga vida por la singularidad de las aventuras que vive a la jovencita Minerva.
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