Tal y como su nombre indica, los retenedores dentales retienen o hacen de contención para las piezas dentales, de forma que se mantengan en su sitio, bien alineados. Normalmente se utilizan después de un tratamiento de ortodoncia cuando las piezas dentales han quedado débiles o para reforzar dicho tratamiento.
Por otro lado, la tendencia de los dientes es volver a su posición anterior al tratamiento, por este motivo, los retenedores son de máxima importancia, independientemente del tipo de ortodoncia o tratamiento dental que se haya recibido. Ahora bien, pueden ser fijos o removibles. De eso saben mucho los profesionales que trabajan con el Dr. Javier Ortiz de Urbina Hidalgo CEO de Clinica Dental Urbina.
La clínica dental o el dentista será quien aconseje el uso de una de las dos opciones principales: fijos o removibles. No obstante, es el paciente quien deberá elegir el aparato que mejor se adapte a sus circunstancias personales y sus necesidades más inmediatas. Aunque la mayoría de las veces, el criterio de los profesionales y de los pacientes coinciden.
Tal y como aconsejan el Dr. Javier Ortiz de Urbina Hidalgo CEO de Clinica Dental Urbina y su equipco, en el caso de los retenedores dentales extraíbles, este tipo de dispositivos tiene la ventaja de no requerir ningún cuidado especial. Solo hay que limpiarlos al extraerlos o quitarlos de los dientes. En ese momento, se han de lavar en agua fría con jabón neutro. En ningún caso se debe utilizar pasta de dientes sobre estos dispositivos sean del material que sean.
En el caso de los retenedores fijos, al estar fijados a los dientes, no hay que hacer nada especial, salvo acudir al dentista como mínimo dos veces al año para llevar a cabo una limpieza dental exhaustiva y evitar así que se acumulen bacterias, tanto en las piezas dentales, como en los propios alambres del retenedor.
Lo ideal sería utilizarlos permanentemente, es la forma más segura de garantizar que las piezas dentales no se muevan. Ahora bien, si se opta por un tipo de retenedor extraíble, lo aconsejable es utilizarlo o llevarlo puesto al menos durante 22 horas al día, durante el primer año. Después de dicho período, se podrá prescindir de él durante las horas de sueño.
En el caso de los retenedores fijos, se pueden usar durante años si fuera necesario. Como no causa molestias, una vez y el paciente se acostumbra a llevarlos no notará su presencia, de manera que pueden pasar hasta 20 años con los mismos retenedores. Eso sí, cumpliendo con las medidas de higiene necesarias y las visitas regulares al dentista.
Ahora bien, dependiendo de la posición inicial de las piezas dentales, o de si se trata de un paciente que está en edad de crecimiento, el especialista será quien valore el tiempo que se necesitará llevar puesto el retenedor y el tipo de dispositivo más adecuado para cada paciente en particular.
Sea como fuere, y al margen de este tratamiento, cuidar la salud bucodental es algo esencial si se quieren evitar problemas de salud general. Sea para un tratamiento de ortodoncia, una endodoncia o una simple limpieza dental de mantenimiento, acudir con la suficiente frecuencia al dentista es una costumbre que se debe seguir de manera firme.
La primera regla es la higiene, pero, además de esa regla básica para la buena salud dental, también se debe acudir al especialista ante cualquier dolor, sangrado o síntoma de que algo no va correctamente. Luego ya, si por estética se quiere corregir la posición de los dientes, se quiere hacer un blanqueamiento u otro tratamiento, también está bien hacerlo.
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