Uno de los lugares con más encanto de Francia es la ciudad de Burdeos. Conocida como la ciudad del vino, la ciudad de Burdeos cuenta con un centro histórico Patrimonio Mundial de la UNESCO que enamora a todos los que llegan por la ciudad.
Burdeos es una ciudad perfecta para pasear por la orilla del río Garona y disfrutar de sus barrios más antiguos, sus cuidados parques y productos de su gastronomía como esos deliciosos dulces llamados canelés. En uno o dos días se puede recorrer la ciudad y disfrutar de lugares como el Museo de Arte Contemporáneo de Burdeos.
La plaza de la Bolsa está situada a orillas del Garona y fue construida entre 1730 y 1755. En ella se encuentra el Palacio de la Bolsa (la actual Cámara de Comercio e Industria), el antiguo edificio de la Aduana (el actual Museo Nacional de Aduanas) y una fuente dedicada a las Tres Gracias. Es conocida por ser un ejemplo de la belleza de la arquitectura clásica francesa del siglo XVIII y por las esculturas de las fachadas que rodean la plaza donde se pueden ver dioses como Minerva, Mercurio, Neptuno y Baco.
Es uno de los pocos accesos a la ciudad vieja de la Edad Media que se conservan y está situada al lado de la iglesia de San Eloi. Destaca el campanario del antiguo ayuntamiento con sus dos torres de 41 metros de altura y una campana de casi 8 toneladas.
Este museo se encuentra en el barrio de Chartrons, entre los muelles del Garona y el Jardín Público. Fue fundado en 1973 que al principio era el Centro de Artes Plásticas Contemporáneas y se convirtió en el Museo de Arte Contemporáneo de Burdeos en 1984. Este museo ofrece todo el año un variado programa de exposiciones temporales, espectáculos y diversos eventos culturales.
La Catedral de Saint André fue construida a finales del siglo XI, pero de su estilo románico solo de puede observar en los muros interiores de la nave central después de su reconstrucción entre los siglos XII y XVI. Ahora destaca por su estilo gótico y se ha convertido en Patrimonio de la Humanidad al formar parte del Camino de Santiago de Compostela. Destaca la obra del Juicio Final de la Puerta Real y las dos torres con agujas, en especial la Torre Pey Berland.
Es una de las seis puertas que se conservan de la ciudad medieval amurallada y tuvo la función de arco de triunfo por el que pasaba la realeza y también de fortaleza defensiva. Esta torre de estilo gótico-renacentista fue construida a finales del siglo XV para celebrar la victoria de Carlos VIII en la batalla de Fornovo.
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