Llega a librerías ‘Primer padre’ de Joan Llensa, la novela más cruda y con más dilemas morales del verano

Este 18 de julio, la editorial Grijalbo ha publicado una de las novelas más bestias del verano, de uno de los escritores, también, considerados como de los más crudos, Joan Llensa. La novela está destinada para todos los amantes de lo sangriento, pero también para aquellos que quieran profundizar en la maldad, en los monstruos (reales) y en los dilemas morales.
P. El monstruo interior que se esconde dentro del ser humano… Háblame sobre esto.
R. Cuando se habla de monstruos tendemos a pensar en los clásicos de las películas o en entes paranormales (y no digo que no existan), pero los que son terroríficos son precisamente aquellos que habitan en nosotros. Cada persona es y tiene en sus adentros un ángel y un demonio. Unos nos impulsa a ser buenos y se alimenta de las buenas emociones. Sin embargo, el otro nos tienta a ser malos, a disfrutar haciendo el mal y se alimenta de odio, resentimiento… Dicho de este modo parece muy simple pero no loes para nada. Cada uno de nosotros se enfrenta a situaciones que lo ponen al límite y la opción se nos presenta sin apenas ser conscientes de ello. Con lo cual, el aprendizaje de entender lo que nos sucede a modo emocional e introspectivo, nos afecta directamente a como nos enfrentamos a las situaciones, los retos, dificultades… Por este motivo tengo muy claro que llegar a ser un monstruo puede serlo cualquiera ya que el mal reside y es parte de nuestra esencia como humanos.
P. ¿Te ha permitido Primer padre profundizar sobre la Maldad?
R. Muchísimo. La psicología de un criminal me parece fascinante. Muchas personas dicen «no haría eso por nada del mundo», «Qué cruel, que sanguinario…». Y tienen razón. Pero siempre olvidan que esas personas se han visto sometidas a unas vivencias, maltratos, vejaciones y tantos factores que me llevan a preguntarme si alguno de nosotros estaría dispuesto a hacer lo mismo. Y cuidado, que no digo que se justifiquen los actos de estos monstruos, simplemente le doy al lector el factor de que pueda llegar a meterse en su cabeza, en su vida y le deje pensando «pues oye, quizá yo hubiera actuado igual».
Esta parte psicológica es esencial en mis historias y mis protagonistas. Más allá de los hechos. Incluso en alguna historia sabes quién es el asesino desde el principio y algún lector no lo entiende, pero lo que quiero es que lo conozcas, que sepas qué lo impulsa y mueve para hacer lo que hace.
Primer padre es una novela cruda y dura, sí. Y no me canso de decir que las noticias diarias lo son más.

P. En Primer padre asistimos a brutales asesinatos, como, por ejemplo, de una pareja de ancianos. Un poco fuerte, ¿no?
R. Fuerte, macabro y no por ello ficticio. La realidad nos deja noticias mucho más terribles e impactantes que tendemos a olvidad tan pronto como apagamos el televisor. Sin embargo, entra en juego lo que te contaba de la mente del asesino, su vivencia y sus motivos para cometer dicho crimen. Por mal que esté cometerlos, ¿qué lector está libre de juzgar? ¿Cuál no haría, quizá lo mismo, cuando sepa el fondo de la cuestión?
Estamos hablando de criminales, pero también de personas rotas, troceadas, destruidas… y el foro interior es muy importante en todo lo que va sucediendo.
P. ¿Cómo es tu proceso de escritura, Joan?
R. Acostumbro a tener una idea de lo que quiero transmitir o de qué quiero hablar. Luego hago la estructuración de la trama y las subtramas que me permitirán construir unos personajes lo máximo parecidos a personas como tú y yo. Mezclo ideas, géneros… voy viendo que me parece que funciona mejor donde el punto de vista que como lector me gustaría leer o sorprender.
Luego… tras un reposo, llega la hora de plasmarlo todo. Y aquí entran en juego directo los protagonistas. Les confiero una libertad casi absoluta para que conduzcan la historia y tramas. Les he tenido que poner freno en más de una ocasión, pero me gusta saber que son ellos los que toman decisiones sobre qué contar en cada momento o qué mostrar.
P. ¿Te gustaría dedicarte a escribir? ¿Cómo sería tu vida si esto ocurriese?
R. Mi sueño era escribir como Stephen King. Cuando logré terminar mi primer relato no podía creerlo. Siempre me habían negado luchar por algo así. Debía tener un trabajo, pasar horas en él, que te hicieran creer que era tu familia y, al final, obtener una jubilación y punto final.
Romper con esta doctrina fue duro y en ocasiones aún lo es, pero me hizo el mejor de los bienes. Ahora ya no concibo una vida sin la escritura, una vida sin transmitir lo que me hace vivir.
Poder vivir de la escritura es muy difícil. Se publican más de tres mil títulos mensuales y destacar entre ellos y ganarse una legión de lectores fieles es muy complicado. Ojalá llegue a suceder algún día. Mientras, sigo intentando dar lo mejor que se y agradeciendo cada instante que me regala la vida. No creo que llegado el momento pueda cambiarme. Tengo los pies en el suelo, la mente el los sueños y el ego muy dormido.
P. Tus novelas son muy adictivas, Joan. Primer padre no es una excepción. ¿Cómo se consigue mantener en tensión y pegado a las páginas al lector?
R. Escribo lo que me gustaría leer y del modo que me atraparía a mí. No me recreo en descripciones que no sean necesarias o personajes que no aporten. Me irrita mucho leer un libro de quinientas páginas en las que sobran doscientas. Y esto intento que no me suceda. Mi reta es mantener la atención del lector en cada frase o suceso, plantearle situaciones e ir desmenuzando a un ritmo constante lo que va descubriendo.
La verdad es que tengo unos lectores y lectores que valen oro.
P. El final de Primer padre… ¿Lo conocías desde el inicio de la novela o llegó a ti después, a medida que la escribías?
R. El principio y el final lo tenía muy claro. De hecho, creo que tanto uno como el otro son los más cortos que he leído en un libro. A medida que escribía surgían nuevos retos que abrieron otras puertas que aún no han sido abiertas. Irina Pons es insaciable y tiene tanto por decir que con un libro no es suficiente. Y ya que me preguntas así directamente, el final lo pone siempre el lector. Quiero que se quede pensando en lo que ha sentido durante la lectura, pero al final, quien tiene el poder de decir si es o no el final de los personajes es el lector. Y así os dejo, con un cliffha