Un libro de relatos solidarios: ‘Luces al anochecer’ de Enrique Palomo Atance

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Luces al amanecer

 

Luces al anochecer, la primera obra de ficción de Enrique Palomo Atance, Doctor en Medicina y especialista en Pediatría, es una colección de nueve relatos que acontecen en La Gran Ciudad, un lugar que representa nuestro mundo actual, y que a pesar de su esplendor y su poderío ya ha comenzado su declive.

P. Enrique, Luces al anochecer es un libro compuesto por nueve relatos. ¿Cómo se fueron construyendo? ¿Hiciste una criba entre una serie de relatos que ya tenías anteriormente? ¿Fueron surgiendo solos?

R. Los fui reuniendo poco a poco. Inicialmente quería hacer un relato más descriptivo, que fuera un retrato a vista de pájaro de La Gran Ciudad, como una metáfora de nuestro mundo actual, y a partir de ahí quise centrarme en aspectos puntuales con el resto de relatos. No hice ninguna criba sobre textos que ya tuviera hechos, sino que fue una elaboración muy meditada.

P. En el primer relato, La Gran Ciudad, haces una exhaustiva descripción de la formación y el estado actual de esta metrópolis. Seguro que el lector encuentra muchas familiaridades con muchas ciudades de nuestro mundo actual… ¿Te has basado en alguna o algunas?

R. La Gran Ciudad no pretende ser un retrato de una ciudad en concreto, pero está claro que he tomado referentes de algunas de las ciudades que más conozco: sobre todo Madrid, mi ciudad, pero también Nueva York, París o Berlín. También he querido imaginarme algunas de las urbes emergentes en los últimos años, como Shangai, Dubai, Hong Kong o Singapur, y que reflejan a mi parecer el crecimiento desaforado e insostenible de nuestro mundo (como le sucede a La Gran Ciudad).

P. En tu libro también hablas del tiempo… ¿Qué es el tiempo para ti?

R. Para mí el tiempo es cambio: implica maduración, auge y decadencia. He querido centrarme más en esta última, porque creo que representa mejor a nuestro mundo actual.

P. Me gusta especialmente Dos extraños en el metro, la historia del enamoramiento de un chico y una chica en este medio de transporte que forme parte del ADN de la mayor parte de personas que viven en una gran urbe. ¿No será autobiográfico?

R. Ojalá fuera autobiográfico, solo es una fantasía mía que he imaginado cientos de veces mientras viajaba en un vagón atestado de gente. Hubiera sido imborrable vivir en persona esa historia en un lugar tan frío desde el punto de vista humano como es el metro de una gran ciudad.

P. Luces al anochecer es toda ella una gran metáfora de nuestro mundo. La Gran Ciudad es una megápolis en decadencia. ¿Ese es nuestro destino?

Yo creo que nos ha tocado vivir un periodo de transición hacia un mundo que en veinte años no se va a parecer en casi nada al actual. A mi parecer, estamos inmersos en uno de los mayores cambios de la historia de la humanidad. Es la decadencia de lo que conocemos.

P. También hay un pequeño homenaje a Charles Dickens en tu obra… Cuéntanos sobre ello.

R. Cuento de Navidad es el primer libro que me leí. Era una edición ilustrada muy bonita cuya historia me dejó fascinado. En Luces al anochecer hay un cuento de Navidad, pero que es muy distinto al contenido del relato de Dickens, muy crítico con la forma actual de vivir la Navidad. No es por casualidad que en la dedicatoria haya puesto la frase de Mr. Scrooge “Sobrino, celebra la Navidad a tu manera que yo la celebraré a la mía”.

P. En Canción de primavera, nos haces reflexionar sobre la extinción de especies…

R. Es un relato de nuestra vida desde los ojos de la última mariposa. Y no salimos bien parados.

P. ¿Tienes algún relato que sea tu favorito? ¿Alguno con una dedicación especial o una historia real detrás que merezca ser contada?

R. No tengo ningún relato favorito, cada uno tiene sus cualidades y sus defectos. Respecto a historias que haya detrás, en “El recibimiento” me basé en la historia de una actriz de un pequeño teatro infantil de Madrid cuando acompañé a mi hijo: me pareció que retrataba el éxito con una gran autenticidad creando un espectáculo sencillo, pero mágico y sorprendente. En “Al otro lado de la ventana” me inspiré en un tiovivo movido a pedales que hay en la plaza de Bib-Rambla de Granada, y al que he llevado muchas veces a mis hijos. En “El actor” pueden encontrarse referentes en varios dirigentes mundiales de los que vemos en los telediarios. Por último, en relatos como “Confesiones de un biólogo molecular moribundo” o “Sin nombre” me baso en experiencias adquiridas como médico.

P. Y… ¿Hay algún relato que te haya costado más escribirlo?

R. Todos por igual porque intento escribir de una manera muy minuciosa, y espero que eso el lector lo pueda apreciar.

P. ¿Te has planteado crear una novela sobre La Gran Ciudad? ¿Estás escribiendo alguna otra cosa ahora?

R. Me encantaría crear un universo que fuera reconocible por los lectores y seguro que La Gran Ciudad formará parte de él. Actualmente sigo escribiendo relatos cortos. He sido seleccionado para participar en 2021 en la web Los 52 golpes para publicar 52 relatos en 52 semanas. También estoy escribiendo una novela distópica, que espero acabar en uno o dos años.

 

 

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