Entrevista a Andrea Weiss: «Hubo algo mágico e inexplicable en ese tiempo y lugar»

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«La Orilla Izquierda me atraía y todavía me atrae y me retiene. No podría irme de aquí ni en sueños, sería imposible, sería como si un órgano pudiera irse a otra parte del cuerpo.»

Adrienne Monier, mecenas literaria y propietaria de La Maison des Amies des Livres.

 

Paris era mujer es el retrato colectivo e ilustrado de una comunidad única de mujeres que llegó a ser conocida como «Mujeres de la orilla izquierda». Las escritoras ColetteDjuna Barnes Gertrude Stein, las poetisasH. D. y Natalie Clifford Barney, las pintoras Romaine Brooks Marie Laurencin, las editoras BryherAlice ToklasMargaret Anderson y Jane Heap, las fotógrafas Berenice Abbott y Gisèle Freund, las libreras Sylvia Beach y Adrienne Monnier, y la periodista Janet Flanner formaban parte de este grupo legendario.

El texto de Andrea Weiss, iluminado con fotografías, cuadros, dibujos y fragmentos literarios, muchos inéditos hasta ahora, nos ofrece una visión sin par de la extraordinaria trama de mujeres para quienes París no era ni amante ni musa, sino otra clase de mujer.

Hablamos con Andrea Weiss una reputada cineasta y escritora, doctorada en Historia de la Cultura Americana. Ganó un Premio Emmy por su documental Before Stonewall y varios galardones más en festivales de todo el mundo con otras producciones cinematográficas posteriores, como la adaptación de su propio libro París era mujer. Es autora de Vampires and Violets: Lesbians in Film (Penguin, 1993) y The Shadow of the Magic Mountain: The Erika and Klauss Mann Story (University of Chicago Press, 2008), traducidas al francés, alemán, coreano, sueco, japonés y croata.

P. Incluso antes de abrir el libro, sabemos que, al final, estaremos de acuerdo con Rick, el personaje de Casablanca: «Siempre nos quedará París». ¿Qué significaba el París de la época para las mujeres? ¿Por qué despierta tanto interés, incluso ahora?

R. Creo que el París de principios del siglo XX nos sigue fascinando porque era el centro del arte y la literatura, y eso es lo que atrajo hasta allí a tantas mujeres interesantes. Fue la primera vez que las mujeres (o, al menos, las mujeres blancas de clase media en Occidente) tuvieron la oportunidad de dejar a sus familias o a sus maridos, viajar lejos de casa y vivir una vida independiente.

Desde luego, hacerlo exigió de ellas un enorme valor. Creo que muchas mujeres que hoy en día tratan de vivir vidas independientes continúan viendo a esa comunidad como un ideal o un modelo para sus propias vidas. Todavía no hay tantos ejemplos de mujeres que se nieguen a encajar en el molde de la sociedad. Hay, por supuesto, algunas mujeres en la historia, pero esa fue una comunidad excepcional de mujeres que forjaron un camino y siguen inspirando a las mujeres de hoy en día.

P. ¿Qué combinación de circunstancias hizo posible esa explosión de libertad?

R. Un factor importante fue la Primera Guerra Mundial, que en la mentalidad estadounidense hizo que Europa no pareciera tan lejana como parecía antes; además, fue la primera vez que las mujeres estadounidenses pudieron realmente viajar a gran escala sin contar con esposos o padres.

La fortaleza del dólar frente a las divisas europeas después de la guerra también lo hizo posible, a los estadounidenses les resultaba más barato vivir en Francia que volver a casa. Y como es bien sabido, París atrajo a muchos artistas masculinos de todo el mundo, así como a mujeres artistas que no estaban especialmente involucradas en la comunidad que describo en mi libro. En muchos sentidos, fue liberador para ellos estar lejos de su tierra natal y en compañía de otros muchos artistas.

Para las mujeres de París era mujer, otra consideración importante es la relajación de las normas sociales después de la Primera Guerra Mundial, que hizo posible que algunas rompieran con las exigencias del matrimonio y la maternidad.

P. Pero la pregunta era: ¿qué hizo posible esta explosión de libertad?

R. Pues bien, ese «qué» es más grande que la suma de todos estos factores y circunstancias: es imposible responder plenamente. Simplemente, hubo algo mágico e inexplicable de ese tiempo y lugar. Repasamos lo que esas mujeres hicieron, y la modernidad de sus vidas y sus obras, y aún impresiona…

Creo que la modernidad es una gran parte de la fascinación cultural que siguen provocando. No es sólo lo que lograron individualmente, sino también, o más aún, lo modernas que eran en su forma de vestir, su discurso, su estilo de vida… tanto, que continúan interpelándonos hoy. Estuvieron muy por delante de su tiempo.

P. ¿Hay hoy en día un París en el que las mujeres revolucionarias se puedan refugiar?

R. No lo creo. Fue un momento y un lugar únicos, y no creo que haya habido nada igual desde entonces.

P. El libro está profusamente ilustrado: fotografías, dibujos, cartas…. ¿De dónde procede esta información gráfica?

R. Cuando el libro fue publicado por primera vez, en 1995, coincidió con el estreno de un documental, París era mujer, que había escrito, investigado y producido. La mayoría de las imágenes proceden de la investigación que hice para la película en archivos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Durante esa investigación encontré muchas historias interesantes que no encajaban en la película, y así es como surgió la idea de hacer el libro.

P. De todas las mujeres que aparecen en el libro, ¿con cuál se quedaría?

R. Si me pregunta con cuál querría encontrarme, la respuesta es Gertrude Stein. Era un genio y lo sabía, lo que le dio seguridad para confiar en su propio juicio. Y debido a eso, con su comprensión y la promoción del arte moderno, y con sus experimentos radicales con el lenguaje y la literatura, marcó el comienzo del Modernismo y cambió el siglo XX.

Si me pregunta qué mujer querría ser, la respuesta sería Janet Flanner. Ella parece haber tenido una vida maravillosa llena de grandes amistades, un trabajo que amaba, un ingenio afilado, más influencia en el mundo de lo que nunca sospechó, y una gran joie de vivre.

Paris-era-mujer_altaP. Sospecho que el ejercicio es inútil, pero ¿puede imaginar qué dirían estas mujeres si vieran en qué situación están las mujeres occidentales hoy en día? ¿Y si supieran lo que les pasa a las mujeres en otras partes del mundo?

R. Apenas el año pasado, el Parlamento francés votó a favor de aprobar el matrimonio gay / lésbico y la adopción por parte de padres del mismo sexo, una medida que pone a Francia en el mapa como uno de los países más destacados del mundo en lo relativo a los derechos LGBT. A veces me pregunto qué hubieran hecho las mujeres de este libro, casi todas ellas lesbianas, al conocer esas noticias…

Es difícil saber, teniendo en cuenta que algo así era inimaginable en aquellos tiempos, pero voy a aventurar una conjetura. Cambiaron las vidas ordinarias de esposa y madre que les aguardaban en sus ciudades de origen por las extraordinarias, inesperadas vidas que pudieran vivir en París. Eligieron vivir fuera del paradigma social, y puedo imaginar que algunas de ellas, sin duda Janet Flanner o Natalie Barney, rechazarían incluso estos papeles reinventados de madre y esposa, por muy duramente ganados y muy bienvenidos que hoy nos parezcan esos triunfos legales. Por otro lado, otras como Gertrude Stein o Sylvia Beach mantenían relaciones sentimentales que en muchos aspectos repetían los roles de género consagrados (pero siempre con un toque personal). Voy a especular aún más: si hubieran aceptado tal progreso social en su propio tiempo (ojo, es una formulación anacrónica), y si al hacerlo hubieran logrado acceso pleno a la sociedad en general, lo más probable es que hoy no supiéramos nada de ellas.

París era mujer. Retratos de la orilla izquierda del Sena de Andrea Weiss. Editorial Egales, 2014. Rústica, 286 pp., 22.95 €.

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