La Fundación José Manuel Lara publica la historia de Marga Gil Roësset y de su amor imposible por Juan Ramón Jiménez

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Marga

 

La Fundación José Manuel Lara inaugura el año con la esperada edición de uno de los proyectos más queridos de Juan Ramón Jiménez, nunca hasta ahora llevado a efecto. Se trata de la publicación de la hermosa, dramática y conmovedora historia de Marga Gil Roësset y de su amor imposible por Juan Ramón, que quedó recogida en una serie de textos y  documentos en buena medida desconocidos, entre los que destaca el ‘Diario’ donde la propia Marga reflejó su pasión no correspondida.

El volumen se abre con una introducción de Carmen Hernández-Pinzón, representante de los herederos del poeta, seguida de una semblanza de la artista a cargo de su sobrina, la escritora Marga Clark. Las palabras de la artista se presentan acompañadas de ilustraciones, fotografías y recortes a los que se añaden poemas, textos en prosa y apuntes de Juan Ramón o de su esposa, Zenobia Camprubí. La edición de ‘Marga’ ofrece a los lectores un valioso testimonio que es,
también, todo un homenaje.

La obra

Por primera vez se publican todos los textos y documentos, así como el diario personal de Marga Gil, en esta edición de la Fundación Lara, que ha sido posible gracias a la colaboración de los herederos de Juan Ramón Jiménez, que guardaban este material tan esperado, uno de los proyectos más querido de Juan Ramón Jiménez que nunca hasta ahora se había llevado a cabo, si bien la publicación parcial a finales de los años noventa ya causó un enorme impacto y tuvo gran repercusión en los medios.

Es la historia de Marga Gil Roësset (1908-1932) y de su amor imposible por Juan Ramón Jiménez, una relación truncada porque la artista nunca fue correspondida y por su muerte prematura. Dibujante y escultora de vanguardia, su vida está marcada por su temprano suicidio a los 22 años de edad a causa de este amor que no nunca tuvo recompensa. De temperamento rebelde y personalidad decidida –”ejemplo de vitalidad exaltada, de voluntad constante, de capricho enérjico”, en palabras de Juan Ramón Jiménez–, Marga se había declarado sin éxito al poeta, que contaba entonces 50 años y que posteriormente lamentó la muerte de su admiradora, a la que no olvidaría nunca. También la recordaría su mujer, Zenobia, de quien aquella modeló un busto. Rescatada del olvido en los últimos años, la escasa obra conservada de Marga ha sido celebrada por su carácter precursor y por una originalidad que la equipara a las principales artistas europeas del período.

Juan Ramón Jiménez guardó las emociones y reflexiones de Marga en una carpeta junto con otros papeles asociados a su vida y muerte, incluidos varios borradores de un índice con los contenidos que llevaría el libro, inédito hasta ahora, dedicado a su memoria. Las palabras de la artista se presentan ahora en ‘Marga’ acompañadas de ilustraciones, fotografías y recortes a los que se añaden poemas, prosas y apuntes de Juan Ramón o de su esposa, Zenobia Camprubí. “Si pensaste al morir –leemos en ‘Españoles de tres mundos’– que ibas a ser bien recordada, no te equivocaste, Marga. Acaso te recordaremos pocos, pero nuestro recuerdo te será fiel y firme”.

Es precisamente Carmen Hernández-Pinzón, que representa a los herederos del poeta y conoce en
profundidad los entresijos de esta historia, quien nos da algunos datos más acerca de este libro. “Juan Ramón dejó preparado para su publicación este libro que ve la luz ahora. De esta forma se cumple su deseo de rendir un merecido homenaje a la mujer que se quitó la vida por él. Tanto él como Zenobia quisieron escribir esta trágica historia, para que se conociera como ocurrieron realmente los hechos y no se tergiversaran los acontecimientos. El exilio y el robo de este manuscrito en el asalto de su casa de la calle Padilla en 1939, hicieron imposible cumplir ese deseo del matrimonio”, explica.

En los últimos años de la vida de Juan Ramón, durante la convivencia con el padre de Carmen (Francisco Hernández-Pinzón), le manifestó a éste su gran interés y preocupación por recuperar esa carpeta amarilla que contenía todo lo relacionado con Marga, así como la posibilidad de llevar a cabo tan deseado homenaje a la artista. La muerte de Zenobia, así como el declive y fallecimiento de Juan Ramón hicieron imposible cumplir sus deseos. “Pero mi padre, al que va dedicado este libro –recuerda la autora del prólogo-, intentó por todos los medios, como sobrino, albacea testamentario y velador de su legado, llevar a cabo lo que el Nobel y su esposa no pudieron, pero muchas circunstancias se lo impidieron. Fue lo primero que me encargó cuando empecé a trabajar con él, dejando constancia de ese ferviente deseo, como se puede apreciar en las propias páginas de este manuscrito con una emotiva y bella dedicatoria que se transcribe en el libro, a modo de encargo incluso para después de su muerte”.

Carmen Hernández-Pinzón ha podido, por fin, cumplir la promesa que le hizo a su padre, y la
publicación de ‘Marga’ es también “el agradecimiento a todo lo bueno que me dio. Trabajar, cada día junto a él fue una lección magistral en la vida y en el amor. Todo lo que soy y sé se lo debo a él”.
Aunque esta historia ha sido parcialmente conocida, la publicación de ‘Marga’ nos descubre nuevas
facetas de Juan Ramón, “vivencias que marcaron y mucho al matrimonio, ya que, como el mismo poeta expresó, ‘la muerte de Marga ha descompuesto mi vida’. Ellos la tuvieron siempre presente, y su recuerdo les acompañó en todas las casas que habitaron”, recuerda la sobrina del poeta.

“Fue una experiencia terrible que tuvo gran repercusión en sus vidas. Zenobia y Juan Ramón eran
personas de gran sensibilidad, y más tratándose de la pérdida de una vida, la desaparición de una
persona tan joven y tan querida por ellos”, explica.

Carmen Hernández-Pinzón ha realizado un cuidadoso trabajo de recuperación, investigación y puesta en valor de todos los documentos existentes a la relación de Marga Gil con Juan Ramón. “Cuando mi padre lo dejó en mis manos, nadie lo conocía ni se sabía de su existencia. La familia de Marga tampoco. Él jamás se lo había dejado ver ni leer a nadie. Lo ocurrido después se explica en el prólogo del libro y podrá ser conocido por todos. En ese afán de dar a conocer esta historia y poder llegar a editarlo, se publicaron fragmentos hace unos años en el suplemento cultural de ABC en dos artículos firmados por Blanca Berasategui, y también su sobrina Marga Clark, que en este libro nos acerca con más intensidad a la figura de su tía, publicó algunos fragmentos de este diario en su libro ‘Amarga luz».

Sobre la faceta artística de la propia Marga Gil, destaca Hernández-Pinzón que fue “un ser excepcional y genial. Creo que a partir de este libro se la conocerá mejor como mujer y como artista. Mi obligación, como responsable del legado del poeta, es cumplir sus deseos y tratar de publicar aquellos libros que el Nobel nos dejó y sabiendo que él deseaba hacerlo. No debo extralimitarme y hacer publicaciones diferentes a las preparadas por el poeta. Marga, por su valor como persona y artista, merece que se haga un estudio a fondo de todas sus facetas y sé que su familia lo llevará a cabo. Siempre los he animado a ello, pero mi misión acaba con la publicación de este manuscrito que dejó preparado el poeta. Debo seguir trabajando en otros muchos proyectos que el poeta dejó inéditos a su muerte”.

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