Espacio M125 acoge la exposición ‘Almayso’

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Espacio M125, el espacio con el que Mahou San Miguel celebra pasado, presente y futuro de historias compartidas, enmarca la exposición Almayso con fotografías de uno de los archivos de un único autor más importante que se conservan en Europa. Formado por más de 6.000 originales fotográficos, el fondo refleja la la evolución de la sociedad española de finales del siglo XIX y principios del XX, a través de retratos y escenas costumbristas.

Almayso se engloba dentro de la Sección Oficial de PHotoEspaña 2015, y en ella se pueden observar algunas piezas que revelan las primeras experimentaciones con la edición y el montaje fotográfico. Además y por primera vez, se exponen algunos de los negativos en placas de vidrio en los que se aplicaba la técnica de la platinotipia para revelarlos, una técnica que dejó de usarse en la segunda década del pasado siglo.

Con motivo de su 125 aniversario, Mahou San Miguel quiere compartir las historias y las gentes que contextualizaron el universo Almayso, acrónimo de Alfredo Mahou y Solana (1850-1913), primer director de la primera fábrica de la compañía cervecera y uno de los precursores de la fotografía en nuestro país: a través de sus trabajos, su estudio en el número 29 de la calle Amaniel o la tienda de Mahou y Salvi en la calle Espoz y Mina, de Madrid, que abastecía de materiales a los fotógrafos del momento y que sería la semilla de la Real Sociedad Fotográfica.

Almayso estará abierta al público hasta finales de septiembre en Espacio M125, en la Sala de las Bóvedas del Centro Cultural Conde Duque, de forma gratuita, con horario de visita de martes a jueves de 17.00 a 21.00, y viernes sábados y domingos de 12.00 a 21.00 (lunes cerrado).

Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana, fue testigo de excepción del paso de Madrid y los madrileños a en pleno paso hacia la Modernidad. Pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías, Almayso se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña, ávida por dejarse retratar como sucedía ya en otras capitales europeas.

La primera fábrica de Mahou, en Amaniel 29, era mucho más que un espacio de producción de cerveza. Se convirtió en hervidero de creatividad, intercambio de ideas y de nuevas tendencias. Allí convivían multitud de negocios y actividades además de la fabricación de cerveza. Junto a Almayso, Amaniel 29  ofreció representaciones teatrales y otras opciones de ocio, una botica y un despacho de pinturas y óleos.

Más información en www.mahou.es/125-aniversario

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