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Siete Secretos: ¡Bien por los Siete Secretos! de Enid Blyton. Ilustraciones de Tony Ross. Editorial Juventud, 2015.

 

Por José R. Cortés Criado.

 

 

Otra vez los siete están aburridos porque no tienen ningún caso que resolver, y como hace calor, y en el cobertizo donde se reúnen aún más, deciden construir una plataforma sobre un árbol para poder reunirse en un lugar fresco y lejos de la vista de los vecinos.

Cuando lo han conseguido, llevan de sus casas cojines, galletas, limonadas…, para hacer el lugar habitable y reunirse cómodamente. Lo que no sospechan es que cierto día un joven en compañía de un gatito se acercó a su árbol, no los descubrió porque Scamper, el perro de la pandilla, lo alejó.

A los siete le llamó la atención ese niño sucio y descuidado que llevaba consigo un gatito y comenzaron a elucubrar sobre su origen y destino.

Al día siguiente cuando volvieron al árbol, con su chapa identificativa en el pecho y su consigna aprendida, descubrieron que alguien se había comido las galletas, dudaron entre una ardilla o un niño con un gatito. Esa misma noche dos de los integrantes del grupo volvieron al árbol porque se les olvidó allí un libro y descubrieron al joven con su mascota.

Pronto supieron que su madre estaba en el hospital, que vivía con una hermana de esta, pero que su tío tenía muy malas compañías y lo tenía atemorizado por si descubría los planes de aquellos malhechores.

Con cuatro datos recogidos cuando dormía el joven: un nombre, una reja, una seta roja y poco más, Enid Blyton comienza a desarrollar su intuición por medio de los siete amigos y va hilvanando una estrategia que conduce al descubrimiento de la fechoría que pretenden llevar a cabo su tío y compañía.

Este proceso investigativo es el que atrapa a los lectores, ya que capítulo a capítulo va añadiendo una nueva pista, hasta concluir con el éxito de los niños, que son felicitados por sus padres y hasta por el jefe de policía.

A pesar del tiempo, estas historias de los siete siguen gustando a los pequeños lectores, ávidos de aventuras protagonizados por sus iguales, aunque nos hablen de casas sin rejas, chicos que abandonan sus camas a media noche sin que nadie los eche en falta, padres muy comprensivos, policía amable y atenta con los niños y sus ocurrencias, en fin, con un ambiente muy distinto al de las ciudades de hoy.

Larga vida a los libros de Enid Blyton que han acompañado a más de una generación de lectores.

 

 

 

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