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De niño me llamó la atención una serie de dibujos animados en la que la humanidad era juzgada por unos seres llegados del espacio, que sopesaban la posibilidad de exterminarla a causa de nuestros múltiples crímenes. Años después, cuando me enfrento a las noticias que suelen traer los periódicos y demás medios de comunicación, me pregunto qué pasaría en el caso de que este proceso judicial pasara de la pantalla a la realidad.
Nuestra defensa parece una utopía, y más después de los recientes atentados terroristas de París. El planeta que habitamos ha sido testigo de atrocidades de todo tipo, que hemos causado y sufrido los hombres y, por nuestro empeño, otras muchas especies. Millones de personas pasan hambre mientras otras coleccionan el dinero; otras tantas pierden la vida por culpa de guerras injustas y crueles, al tiempo que las autoridades políticas y sus instituciones engañan a las personas que les depositamos nuestra confianza. Por tanto, si en el hipotético juicio a la humanidad se utilizaran como pruebas la maldad que acabo de resumir, nuestro castigo sería merecido e inevitable.
Sin embargo, hay noticias que casi no aparecen en los medios de comunicación pero merecen el mismo o un mayor espacio. Basta pensar en París: mientras la información se centraba en la crueldad de las matanzas, los ciudadanos daban lo mejor de sí en favor de las víctimas: personas que ofrecían sus casas, donantes de sangre, homenajes… Si los extraterrestres lo tuvieran en cuenta, su veredicto no estaría tan claro.
Es innegable que somos imperfectos, y no solo me refiero a los villanos, pues todos cometemos grandes errores y provocamos tremendas injusticias. Es paradójico, pero muchas veces nos comportamos como seres inhumanos. Pero merece tener en cuenta los actos deliberados a favor del bien, que en muchas ocasiones permanecen en lo secreto.
El peso de cada lado de la balanza está sujeto a la opinión de cada individuo. Yo ya tengo mi veredicto: la humanidad merece ser indultada.
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