Entrevista a Horacio Convertini: “La literatura tiene que contar una buena historia”
“La violencia integra la condición humana desde que el hombre es hombre”.
Por Carmen F. Etreros.
Lluviosa mañana de marzo en la que charlamos tomando un humeante té en el centro de Madrid con el escritor argentino Horacio Convertini, que ha venido a España a presentar su nueva novela New Pompey (Editorial del Nuevo Extremo). Periodista argentino, editor jefe de la revista dominical Viva de Clarin, en la actualidad es una de las voces más potentes de la nueva literatura negra argentina. Además ha recibido numerosos premios como el Internacional de Novela Negra y Policial Azabache y el Memorial Silverio Cañadas 2013 que se otorga en la Semana Negra de Gijón.
P. ¿De dónde surge la historia de NEW POMPEY? ¿Cuál fue el germen de la novela?
R. En principio quería escribir una novela con algún anclaje en la adolescencia, un poco al estilo de Cuenta conmigo, la historia corta de Stephen King. Finalmente utilicé elementos de mi propia vida, escenarios de mi adolescencia y personajes deformados por lo literario. En esta novela me involucré personalmente ya que hay personajes y escenas de la adolescencia de Cali, el protagonista que se parecen mucho a momentos de la mía propia. Aparece el rechazo que produce la condición homosexual en la adolescencia apenas esbozada de Cali en su familia y en su grupo de amigos. Un ámbito en el que dominaba el machismo y en el que ser varón y guerrero era una condición que no se negociaba.
P. ¿Se trata estrictamente de una novela negra, policiaca?
R. No sé si es una novela blanca llena de gotitas negras o una novela negra que se diluye en un color gris. El peso está puesto, o así lo he intentado, en los conflictos existenciales de los personajes y en el escenario social y político.
P. ¿Dónde se desarrolla lo novela?
R. Se desarrolla en un barrio del sur de Buenos Aires que se llama Nueva Pompella, muy pegado a un riachuelo, un río contaminado que abraza a la ciudad y desemboca en el Río de la Plata. Se trata de un barrio obrero, fabril, con mucha presencia tanguera. Luego el barrio fue mutando de la misma forma que lo hizo Argentina: las fábricas fueron cerrando, la gente se fue quedando sin trabajo y sus hijos ya comienzan a ver otra Argentina en la que no hay tanto trabajo y donde aparece el delito y la droga.
P. ¿Cómo nace Cali, el narrador protagonista de la novela?
R. El protagonista es un alter ego mío, la casa es la casa en la que yo me críe. La novela comienza cuando Cali con 40 años vuelve a la casa tras la muerte de su madre y tras haberse peleado con la pareja con la que convivía. Vuelve al barrio en el que le expulsaron por ser “maricón” y lo hace porque no tiene otra alternativa y allí se encuentra con un fantasma de la adolescencia “El chino”. Este personaje le propone un plan absurdo que es robar la caja fuerte del club al que iban cuando eran chiquillos, en la que hay 300.000 dólares fruto de la corrupción. Eso dispara todos sus recuerdos de la infancia y lo que pasó en su infancia y adolescencia en ese barrio.
P. ¿Cuál era tu intención con esta novela?
R. No estoy muy seguro de que la actitud al escribir una escribir una novela sea alguna intención. Sería como asimilar la novela a una fábula que busca una moraleja. Yo solo quería contar una historia que estuviera impregnada de momentos personales, más allá de que no soy homosexual. No quería dejar un mensaje ni nada por el estilo. La literatura tiene que contar una buena historia con las herramientas que tiene delante. Hay que plantear preguntas y sembrar algún tipo de inquietud en el alma del lector.
P. ¿Qué significó para ti La soledad del mal que fue Premio Internacional de Novela Negra y Policial Azabache y del Memorial Silverio Cañada 2013 de la Semana Negra de Gijón?
R. Esa novela fue fundamental. La tengo mucho cariño ya que me abrió muchas puertas como el mundo de la novela negra y conocer a la gente de la Semana Negra. Me permitió vincularme a un mundo literario que yo solo conocía por sus bordes. Yo era un escritor relativamente nuevo y con ella me llegó el espaldarazo, los dos premios y buenas críticas. Creo que es la más negra de mis novelas y luego me he ido destiñendo con el paso del tiempo.
España ha sido muy generosa porque había muchos premios antes de la crisis y yo enviaba mis cuentos que iban siendo premiados o no con jurados tan importante como Jorge Edwards, Pilar Reyes o Víctor de la Concha. Eso me animaba mucho y como un boxeador iba creciendo mi autoestima según iba ganando premios con mis relatos.
P. También escribes novelas infantiles y juveniles, ¿las has escrito antes o después de las novelas negras?
R. Las he escrito simultáneamente y luego han salido antes o después según los avatares de la vida editorial. En ellas he intentado reflejar la solidaridad, la tolerancia al otro, la amistad. Como son para niños hay una búsqueda de lo políticamente correcto. En Argentina publiqué varios libros para niños como La leyenda de los invencibles que fue finalista el Barco de Vapor, gané el premio Sigmar con Terror en Diablo Perdido y la novela negra para adolescentes El misterio de los mutilados quedó también finalista del premio de la Fundación CuatroGatos y se ha publicado en Argentina y México.
P. ¿Recuerdas por qué comenzaste a escribir novela negra?
R. Yo no tenía ni idea de que estaba escribiendo novela negra. Yo la tenía en la computadora y la iba a desguazar, no estaba seguro si merecía la publicación o el desguace. Incluso a un personaje había comenzado a sacarlo de la novela para otra historia. Pero aparecieron las bases del premio Azabache y yo no tenía la menor idea de si entraba dentro del espíritu del premio. Fue la última oportunidad que le di al texto que volví a retomar, cambié algunos capítulos. Una amiga llevó el original y lo entregó y tres o cuatro meses después me contaron que había ganado el premio y salió publicada en Argentina. Y viendo que el género no solo son novelas de detectives que buscan criminales y que ha ampliado sus fronteras seguí por ese camino. En mis novelas hay muchos personajes sórdidos y violentos y en esa búsqueda el eje pasa muchas veces por la novela negra. Pero yo no pienso cuando escribo en un género concreto, no quiero atarme a ningún tipo de convención. Luego el tiempo si se adapta a algunos de los anaqueles de las librerías
P. ¿Qué opinas del exceso de violencia en las novelas negras?
R. La violencia integra la condición humana desde que el hombre es hombre. Hace poco se encontraron los vestigios de la primera masacre: hombres mujeres y niños asesinados de la manera más violenta posible. Si la violencia está en nosotros no veo porque la literatura no la va a reflejar. El problema es cómo lo cuentas, si te regodeas en el espanto o lo bordeas o profundizas sin crudeza visual. Creo además que ver con una retroalimentación del cine y la televisión que apuestan por la mirada literal que te puede mostrar incluso como vuelan los pedazos de un cuerpo destrozado. La literatura negra que leo no va por ahí.
P. ¿Cuáles son tus planes de futuro como escritor?
R. Sería una maravilla que me pudiese dedicar a la literatura pero no es un plan sensato. La literatura es una eficaz fábrica de pobres sobretodo en el renglón de los escritores. Mi plan es ir avanzando, expandir mi literatura y ningún plan de atarme a ninguna moda. Seguir andando como hasta ahora a mi aire y después ya veremos.