Escrita en 1833, esta obra está considerada como el drama de la juventud liberal francesa enfrentada a la gerontocracia de la restauración borbónica. Impregnada de un pesimismo irónico, pero llena de una poesía profunda y conmovedora, cuenta la historia de Lorenzo de Médici, un joven de 19 años que intenta liberar su ciudad de la tiranía de su primo Alejandro. Para atraerlo finge compartir los vicios y desenfrenos de su primo, con el fin de asesinarlo, pero al final acabará tan corrupto y oportunista como Alejandro. Espectáculo en francés con subtítulos en castellano.
«Ocho actores, un texto breve sobre el que imagino muchas ráfagas de secuencias visuales, bailadas, que el texto describe como Lorenzo danzando como un loco, saltando como un gorrión de piedra en piedra o con imágenes barrocas, carnavalescas de duque travestido en monja. Será de un Lorenzaccio más duro y oscuro que la imagen que nos hemos podido hacer a través del Romanticismo clásico. Lorenzo cristaliza nuestras tensiones: deseos angelicales, salvavidas de la humanidad, y al mismo tiempo dandi sarcástico, cínico, socarrón, descuidado y hastiado. Visión que espero no sea desesperadamente nihilista, sino una mirada en la distancia, alejada; distancia anunciada por Lorenzo: «Lo que vos decís es perfectamente verdadero y perfectamente falso, como todo en el mundo»», nos explica su directora Catherine Marnas.
Versión original en francés con subtítulos en castellano.
Duración del espectáculo: 2 horas y 20 minutos
Más información en teatroclasico.mcu.es/2015/09/09/lorenzaccio/
[embedyt] http://www.youtube.com/watch?v=_h7IsZyNfJk[/embedyt]
Una ovejita de Julia Montoro –Una ovejita, dos ovejitas, tres ovejitas… cien ovejitas… trescientas veinte…
Imagina por un momento estar en un pequeño pueblo donde todos se conocen y donde…
Los hijos del Justo es la ópera prima del escritor andaluz Fran Ortega, una novela…
En Enérgicos tonos ocres y otros relatos, Carlos A. Alarcón Castellanos se revela como un maestro…
Se acerca el verano y no solo nos podemos divertir refrescándonos en la piscina o…
La importancia de llamarse Ernesto, uno de los más corrosivos retratos sobre la hipocresía social,…