Clara Peeters, la pionera de los bodegones que pintó alcachofas, en el Museo del Prado

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Por David Casas.

El hispanista estadounidense Jonathan Brown definió al pintor de bodegones como aquel que como primera meta antes de trazar una pintura “busca el detalle, las gotas de agua, los pétalos de las flores”.
Porque esta temática pictórica ha sido desde la Edad Moderna una de las más recurrentes para muchos artistas, bien en sus comienzos, bien como una especialización a lo largo de su carrera, a pesar de no ser uno de los temas más populares, por detrás de los retratos o de construcciones figurativas más amplias.

Estos días el Museo del Prado trata de destacar el bodegón en toda su esencia, como captador de realidades y mapa documental de la alimentación que se seguía en los diferentes estamentos de la sociedad europea, sobre todo, de los siglos XVI y XVII. Y no lo hace con cualquier creador, sino que ha escogido a una pintora, la primera en protagonizar una exposición en una de sus salas.

Se trata de Clara Peeters, pionera en el campo de la naturaleza muerta, una de las iniciadoras de esta temática en los Países Bajos y una de las pocas mujeres que se dedicaron a la pintura en Europa en la Edad Moderna.

Esta exhibición, coorganizada junto con el Museo Real de Bellas Artes de Amberes (Bélgica), de donde es originaria la artista, reúne las 15 mejores obras de la escasa producción conocida de Peeters, que se encuentra en torno a las 40. En la exposición, que se muestra hasta el 19 de febrero, se presentan al visitante cuadros de esta pintora flamenca que popularizó el uso del autorretrato escondido en los bodegones que muchos otros artistas emularían. Bodegones que ofrecen una información detallada y precisa sobre la vajilla que se utilizaba en los Países Bajos, desde platos de porcelana blanca y azul (tipo kraak) procedentes de escogido a una pintora, la primera en protagonizar una exposición en una de sus salas.

En la exposición, que se muestra hasta el 19 de febrero del próximo año, se presentan al visitante cuadros de esta pintora flamenca que popularizó el uso del autorretrato escondido en los bodegones que muchos otros artistas emularían. Bodegones que ofrecen una información detallada y precisa sobre la vajilla que se utilizaba en los Países Bajos, desde platos de porcelana blanca y azul (tipo kraak) procedentes de China hasta copas doradas típicas de Núremberg y de otras ciudades alemanas.  También contaban qué alimentos se consumían como dulces y confitería hecha con almendras, higos, pasas, frutas escarchadas, barquillos, panecillos, galletas y mazapanes, además de pescados, aves, quesos, pescados, frutas y verduras.

Una de las más destacadas dentro de las hortalizas es la alcachofa, que aparece en varias de sus obras y que se muestra sin apenas modificar, previa a su elaboración culinaria, como suelen hacer en la actualidad los modernos pintores de bodegón, los fotógrafos de comida o food stylists. Los dos más destacados son Bodegón con pescado, vela, alcachofas, cangrejos y gambas y Bodegón con arenque, cerezas, alcachofa, jarra y plato de porcelana con mantequilla, óleos sobre tabla de 1611 y 1612, respectivamente.

Esta verdura, prácticamente desconocida hasta la segunda mitad del siglo XVI, se consideraba afrodisiaca y Peeters la mostró en flor, abierta con sus tonalidades rosadas, rojas o púrpuras, y cortada. “Las alcachofas tomaron importancia en el arte rápidamente tanto dentro como fuera de los cuadros. De hecho, en el segundo caso, al gran Caravaggio se le conoció un curioso altercado protagonizado por él en el que lanzó a la cara de un camarero un plato con alcauciles cocidos y muy calientes”, explica Antonio Galindo, presidente de la Asociación Alcachofa de España.

A pesar de que este alimento tan singular adquirió gran popularidad en el mundo del arte de los Países Bajos, gracias al trabajo de Peeters y de otros coetáneos como Osías Beert (Bodegón con alcachofas), algunos artistas españoles también lo incluyeron en sus bodegones al ser una verdura con elevada producción en nuestro país (el segundo en su cultivo, después de Italia).

Entre los más destacados se encuentra el madrileño de origen flamenco Juan van der Hamen, uno de los principales pintores de naturalezas muertas de la corte española del siglo XVII. En 1627 firmó su Bodegón con alcachofas, flores y recipientes de vidrio en óleo sobre lienzo y en él dispuso los elementos ‘protagonistas’ en varios planos. Otro contemporáneo, procedente de Granada, fue Blas de Ledesma, que compuso su Bodegón de espárragos, alcachofas, limones y cerezas, el cual se encuentra hoy en el Bowes Museum, de Barnard Castle (Reino Unido). A su gusto por representar alcachofas en sus cuadros su suma hoy el de otros artistas actuales como Javier Ibarrondo o Mª Cecilia Gilabert.

Imagen: Bodegón con pescado, vela y alcachofas. Clara Peeters. Colecciones del Museo del Prado. © Museo Nacional del Prado. 

El arte de Clara Peeters
Museo del Prado
Hasta el 19.02.2017

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