De Esther Castells. Ganadora de la III edición www.excelencialiteraria.com

 

Logística. Siempre me ha gustado esa palabra. Implica planificación, orden, control. Ya sea para elaborar un calendario, planear un viaje u organizar una fiesta, precisas de herramientas para llevar a cabo tus proyectos. Pero a veces la logística falla. A veces, y en más de una ocasión, los planes fallan. Como volutas de humo gris  o cúmulos esparcidos por el viento, se desvanecen o truncan, sin dejar rastro. Como si nunca hubiesen existido. ¿Para qué sirve, entonces, la logística? No puede aplicarse, desde luego, al terreno de las emociones.

Cuando te enamoras, ninguna logística es lo suficientemente poderosa como para mantener las situaciones bajo control. Tu corazón es la base de operaciones y eres un soldado solitario, que combate en un frente desconocido. Tu percepción de las cosas se halla alterada, en ocasiones como consecuencia de unas expectativas demasiado elevadas. De lo que ves, o crees ver en la otra persona.

¿Qué puedes hacer cuando una ilusión se desvanece, como un fantasma? ¿Qué hacer cuando eres víctima de un sentimiento no correspondido? ¿Qué hacer cuando te sientes acompañada y, sin quererlo, vuelves a sentirte sola?

La soledad no es mala en sí  misma. Es incluso necesaria. Precisamos de periodos de introspección y reflexión, y para ello, es necesaria la soledad. Para conocerse mejor a uno mismo, y, por ende, aprender a conocer a los demás. Es un viaje interior que nos acompaña durante diferentes etapas de la vida. El problema surge cuando esa soledad proviene de la ausencia de una persona. La pieza del puzle que falta.  El vacío que deja.

Esther Castells

No siempre el dique puede sostener la presa. En algún momento te ves obligado  a enfrentarte a tus sentimientos, a gestionarlos de la mejor manera posible.  En ese preciso instante no vale la logística. Tan sólo el coraje y la convicción de que se sobrevive a las pérdidas. Un día menos siempre será un día más. El día gris se tornará soleado de nuevo, y mañana será otro día. Volverás a sentirte vivo. Volverás a ser feliz. Y esta vez, será diferente.

 

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