Por José R. Cortés Criado.
Laurent Mauvignier escribe sobre el fútbol, sobre su irresistible poder sobre una masa enorme de hombres y mujeres que se transmutan ante un acontecimiento futbolístico en personas muy distintas a las conocidas socialmente, sobre la capacidad de crear sensaciones de poder y gloria en fanáticos convictos que viven por y para seguir a sus ídolos deportivos, sobre su poder de destrucción y sobre la capacidad de transformar las vidas de las personas tras sufrir una tragedia.
La obra se inspira en los sucesos acaecidos en Bruselas el 25 de mayo de 1985 en el estadio de Heysel, cuando una hora antes de iniciarse el encuentro entre la Juventus y el Liverpool, unos doscientos hinchas británicos acorralaron a los aficionados italianos. Como consecuencia del enfrentamiento fallecieron treinta y nueve personas aplastadas y más de seiscientas resultaron heridas.
A partir de estos datos, el escritor francés imagina la vida en una familia de clase obrera de Liverpool, en la que el padre y sus dos hijos mayores viven para el fútbol, defender al equipo de su ciudad y consumir cervezas.
Los dos hermanos mayores y el benjamín de la casa acuden a Bruselas para presenciar el encuentro y toman parte en el conflicto, aunque no desean recordarlo y justifican lo sucedido como forma de mitigar su vergüenza y de vivir con normalidad aunque sea imposible para el pequeño.
Otros protagonistas son dos jóvenes, uno francés y otro italiano que acuden a Bruselas y consiguen, de manera poco honrosa, unas entradas para el gran partido. Allí conocen una pareja de italianos en viaje de novios que ven truncada su vida en común y otros bruselenses que se sienten abrumados por los execrables acontecimientos.
De los sobrevivientes de la tragedia, sus formas de enfrentarse al problema, los cambios sufridos como consecuencias del luctuoso suceso, y su vida futura trata el escritor francés, que de forma ágil lleva al lector a la tragedia, a las vidas de sus protagonistas en el momento en que sucede la masacre y tres años después cuando se celebra el juicio.
La narración salta de lugar, de familia, de personajes, de perspectiva narradora y de reflexiones personales sobre lo sucedido, mostrando un corolario perfecto de reflexiones, acontecimientos, dolor, sentimientos y pocos deseos de vivir cuando se pierde la perspectiva de futuro.
Buena novela, sin desperdicio, sobre la autodestrucción y el dolor en nuestra sociedad. Ojalá la temática no se repita en la vida real, aunque la violencia no abandona los campos de fútbol de cualquier categoría.
El lector sigue con interés esa evolución desde la alegría por disfrutar de un encuentro tan trascendental hasta el horror y el terror que viven algunos personajes.
Una novela de magistral ritmo que no dejará diferente a nadie.
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