En 2013, la directora Belén Funes participó en un proyecto rodado en la cárcel de Barcelona donde los reclusos eran los actores. Allí descubrió la historia de un preso y su hija, obligada a vivir en un centro de menores y luego buscarse la vida por sí sola al cumplir la mayoría de edad, porque su padre cumplía condena y, en el exterior, no había nadie para ocuparse de ella. Un terrible relato que le sirvió como argumento de su primer cortometraje Sara a la fuga y para su primera película La hija de un ladrón.
Una película que se sumerge en estas complicadas relaciones entre padre e hija y como les afectan. Además señala los problemas de la crisis económica que afecta a las clases más humildes de los barrios obreros. En el reparto Eduard Fernández y su hija Greta Fernández que trabajan por primera vez juntos en esta película premiada en el Festival de San Sebastián, que también cuenta con el actor Àlex Monner, entre otros.
Desde pequeña, Sara ha tenido que aprender a valerse por sí sola. Con 22 años y un bebé, sueña con tener una vida normal y formar una familia junto al padre del pequeño y su hermano. Todo se complica cuando aparece Manuel, su progenitor, que tras años de ausencia y una larga estancia en la cárcel, ha decidido enmendar sus errores del pasado y retomar el contacto. Sara sabe que Manuel es el gran obstáculo para alcanzar su objetivo, de manera que tomará la difícil decisión de alejarlo de ellos.
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