Non stop de Tomi Ungerer. Kalandraka, 2019.  Chema Heras Varela (traducción). 56 pp., 30 x 21 cm., 18.00 e.

Por Anabel Sáiz Ripoll.

 

Non stop es ya un clásico de la literatura infantil. Escrito e ilustrado por Tomi Ungerer en sus últimos años, Non stop muestra la preocupación del autor ante un mundo cada vez más deshumanizado y maltratado. En Non stop  todo el mundo se ha ido a la luna porque en la Tierra es imposible vivir a causa de la contaminación, de la guerra y de tantas otras lacras. El asfalto lo invade todo y hace que sea difícil poder vivir. Solo Vasco, un personaje ataviado como un cartero, se mantiene fiel a sí mismo y, gracias a su sombra que lo guía, es capaz de sortear obstáculos y de ayudar a otros seres tan solitarios como él mismo. Consigue salvar a un bebé, Poco, y eso le da la fuerza necesaria para sortear todo tipo de catástrofes y desastres humanos, vertidos de petróleo, ciudades arruinadas, terremotos y, sobre todo, soledad. De alguna manera, Vasco se salva y logra hacer de Poco una persona instruida y de vivir en paz.

La paz, exactamente, ese es el gran objetivo de Tomi Ungerer que ve peligrar a cada momento. De ahí que escriba este relato, cuyo título ya nos advierte de que no hay retorno, no hay vuelta atrás. Ahora bien, pese al tono apologético y duro de la historia, no parece que la intención sea crear desazón ni amargura, más bien señalar la puerta a la esperanza en los personajes de Poco y Vasco.

El relato va destinado a los primeros lectores y es una apuesta lúcida por un mundo mejor, pero, para ello, tiene que mostrar no los claros, sino los oscuros, la dureza de la humanidad, el racismo, la intolerancia, la falta de respeto por la naturaleza, las ciudades deshumanizadas… Frente a esto está la paz, la vida, la amistad y la esperanza. Un buen legado, sin ninguna duda. El mejor.

Ni qué decir tiene que las ilustraciones, duras y enérgicas, plantean toda la impotencia del ser humano, en este caso de Vasco, y de su fuerza cuando tiene un objetivo en la vida, cuidar de un niño; entonces Vasco es capaz de superar sus propias limitaciones y creer en el futuro.

 

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