El club de los mentirosos

El club de los mentirosos de Daniel Nesquens. Ilustraciones de Iratxe López de Munáin. Editorial SM, 2020. 128 pp., 8,70 € , (+ 6 años).

Por José R. Cortés Criado.

“Hay veces que me invento cosas que no son verdad. Soy el fundador y presidente ejecutivo del club de los mentirosos.” Daniel Nesquens: El club de los mentirosos.

Cadillac llega a su nuevo colegio pasadas las Navidades. Es un chico diferente al resto, por su forma de vestir, por su vida errática, ha vivido en muchas ciudades; por su desparpajo y, sobre todo, porque se presenta ante sus compañeros como un gran mentiroso.

 

Y nada más llegar a clase, se fija en un compañero, Marcelo, que es quien nos cuenta el paso por el colegio de tan singular personaje. Este, sin comerlo ni beberlo, es designado como vicepresidente por Cadillac, nada más entrar en clase, cuando explica quién es y que su club es muy selecto y que no permite entrar a cualquiera.

Desde ese momento, a Marcelo le cambian las cosas, por lo pronto debe demostrar que es un buen mentiroso para ser digno de tal cargo. Y lo demuestra, rápidamente inventa sobre la marcha y continúa la historia urdida por Cadillac. Parece que se conocen de siempre y tiene los mismos intereses.

Las historias disparatadas que hilvanan entre ambos son muy ingeniosas, ya sea hablando de los ratones que habitan en el colegio, las medallas que ganaron sus respectivas madres, de cuando Cadillac se hizo invisible, de cuando le habló de su colección de agujeros secretos…

La amistad que surge entre ambos es grande. Marcelo se pregunta quiénes serán los padres de su amigo, a qué se dedicarán, dónde vivirán e, incluso, le plantea a sus padres las dudas sobre su nuevo amigo.

La fantasía, la imaginación, el arte de contar historias y las ganas de disfrutar de todos los momentos del día forman parte de estos dos niños, buenos y soñadores; uno con más picardía que otro, con menos apego a su lugar de residencia, con un espíritu de supervivencia a los desplazamientos familiares… pero ambos con un sentido de la amistad bastante sano.

El sabor que deja esta lectura es muy agradable. Todos tenemos en el recuerdo algún compañero que, aunque pasó un corto periodo de tiempo con nosotros, nos dejo una huella permanente en nuestro recuerdos infantiles. Eso es lo que prevalece en el pequeño Marcelo.

Hay en las páginas un guiño a la continuidad y la existencia de niños “mentirosos” que saben inventar sucesos maravillosos, cuando ambos amigos casi son golpeados por un balón de fútbol y su dueño, Superrafa, de primero, en vez de disculparse, les cuenta que huía de un dragón  de dos cabezas, que es muy valiente y que si tienen problemas con algún tigre que lo llamen que es cazador. Ambos se quedan sorprendido de que halla otro alumno digno de pertenecer al club de los mentirosos.

El libro gustará a los pequeños lectores, ya que toda amistad  tiene una historia detrás y, a veces, viene cargada de imaginación y fantasía, como ocurre en este caso. Se lee sin descanso dada la agilidad de la trama.

El volumen está ilustrado con mucha gracia e ingenio por Iratxe López de Munáin, que nos muestra a los personajes de la historia y refleja algunas de las escenas inventadas por tan singulares amigos. Los trazos suaves de los dibujos reflejan la realidad con mucho colorido.

 

 

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