Entrevista a Juan Francisco Ferrándiz por ‘El juicio del agua’

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Juan Francisco Ferrándiz
Juan Francisco Ferrándiz

“He puesto mi energía en lograr captar el interés; el lector dirá si lo he logrado”.

Esta semana hemos tenido la oportunidad de charlar con el escritor que Juan Francisco Ferrándiz, el autor de La tierra maldita, que acaba de publicar su nueva novela El juicio del agua (Grijalbo). Una increíble novela histórica ambientada en la Barcelona del siglo XII en la que promete un cóctel de  acción, aventuras, traiciones, misterio y amor.

P. Cómo surgió la idea del El juicio del agua?

R. El primer chispazo apareció cuando me documentaba para mi anterior novela La tierra maldita, ambientada en la Barcelona del siglo IX. En los siglos siguientes la situación de los payeses y siervos de aquel territorio empeoró mucho. Los abusos y la violencia se acrecentaron mientras que la justicia sufrió un profundo deterioro. Sin embargo, a finales del siglo XII se produce un cambio y eso me intrigó. Busqué y descubrí que la razón fue la llegada de una nueva manera de hacer Justicia y con ella un verdadero renacimiento (aún tímido, pero valioso).

Como soy jurista de formación me zambullí de cabeza en aquel hecho tan poco conocido. Cuando completé el mapa de lo ocurrido, fascinado, deseé contarlo a los lectores en forma de novela épica, pues es una victoria de la humanidad que jamás ha tenido hueco en la ficción y muy poco en los libros de historia.

El juicio del agua cuenta cómo nacieron nuestras libertades individuales.

P. La novela comienza con un principio un tanto impactante, ¿qué es una ordalía?

R. Era una manera antiquísima de decidir un conflicto. Podía ser un duelo con armas o pruebas en las que se confiaba a Dios el resultado, por ejemplo sostener un hierro al rojo vivo, sumergir a dos niños en agua para ver cuál se hundía, etc.

A todos nos vienen imágenes de estas pruebas cuando la Inquisición interrogaba brujas, pero en realidad tales pruebas vienen recogidas en muchas legislaciones civiles medievales, por ejemplo en el fuero de Jaca o los Usatges de Barcelona. Respondían a la manera de entender la vida y el destino. En un ambiente de violencia y guerra la suerte individual está en manos de Dios, esa idea pasó a la Justicia; no importaba la verdad de los hechos, sino la elección de Dios, que era inapelable.

Eso es lo que nuestro protagonista lucha por cambiar, ofreciendo una Justicia basada en pruebas, basada en la verdad.

P. ¿Por qué has ambientado la novela en la Edad Media, en la Barcelona del siglo XII?

R, Barcelona fue hasta ese momento una ciudad con un comercio discreto en comparación con otras urbes como Génova o Pisa. Las causas de su “despertar” se cuentan en El juicio del agua. Era un buen ejemplo, pero algo similar sucedió en muchas ciudades de los reinos Hispanos.

En Barcelona se aprecia muy bien cómo la recuperación del viejo derecho romano traído por los estudiantes, fue uno de los motores de su expansión, pues aportó seguridad y una nueva manera de aplicar las leyes. La llegada de principios como “La Justicia es dar a cada uno lo suyo” o “nadie está por encima de la ley”, impulsaron la prosperidad de todas las ciudades.

Pero no olvidemos que detrás de cualquier hecho hay historias personales. En ellas se inspira la historia de Robert de Tramontana.

P. ¿Has tenido que documentarte mucho para escribir la novela?

Sí, pero me importa más elegir bien qué datos añadir, pues el gran peligro de la novela histórica es que sea poca novela y mucha historia. Debe primar la vida de los personajes, su historia, sus sentimientos y emociones. Eso es el motor de una novela. Luego se redondea con la descripción y los datos históricos, que nos sitúan y nos muestran la verdadera dimensión de las acciones de los personajes.

Para esta novela he tenido también que estudiar leyes de entonces, pero sólo para mostrar cuestiones universales, dilemas humanos, y ver cómo fueron superados. Quiero que sea una novela para cualquier tipo de lector.

El juicio del agua
El juicio del agua

P. El juicio del agua es otra novela histórica. ¿Por qué has elegido este género como el preferido para la mayoría de tus obras?

R, Es un género en el que me siento cómodo y creo que no es malo profundizar en una temática si con ello puedes mejorar y ofrecer una mejor experiencia lectora. Nunca descarto otros géneros y como lector leo de todo, pues en cualquier temática encuentro propuestas interesantes.

Más que el género, lo que busco es que el tema sea original. A todos nos gusta que nos sorprendan, por eso me decidí con El juicio del agua, pues gira en torno a un hecho del que no se ha escrito ficción.

P. ¿Cuál crees que el secreto de una novela para conquistar al lector? ¿Y tu novela?

Creo que tiene que ser viva y sobre todo que desde el principio marque el ritmo. Hoy en día estamos acostumbrados a estímulos continuos y aunque la literatura sea una actividad clamada y que nos brinda cierta serenidad, nos atrapan las historias vertiginosas, con giros, sorpresas y algunos ingredientes clásicos, como el romance.

En mi caso, suelo añadir a la novela elementos de thriller, de literatura de viajes y ciertas dosis de misterio. La novela se divide en capítulos cortos y los escenarios se suceden como en una serie. Además la trama se mezcla con hechos y personajes históricos. He puesto mi energía en lograr captar el interés; el lector dirá si lo he logrado.

P. ¿Cuáles son tus planes de tu futuro? ¿Estás pensando en una nueva novela?

R, En este momento aún me muevo en el plano de las ideas, viendo cómo brotan, sugieren y la mayoría languidecen. A veces tengo la sensación de que la historia está ya en algún lugar y solo falta encontrarla, pero, ¿dónde? Leo, observo (diría también que viajo, aunque ahora por desgracia no), y reflexiono en busca de esa nueva historia que pueda ser original y atractiva, primero para mí y luego, espero, para los lectores.

 

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