Artículo: ¿Qué estamos haciendo? de Inés Rosique

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¿Qué estamos haciendo?

¿Qué estamos haciendo? de Inés Rosique. Ganadora de la XV edición de Excelencia Literaria www.excelencialiteraria.com

 

Empiezo este artículo sin saber de qué va a tratar. Necesito una excusa para escribir y salir del aburrimiento. Parece increíble: he llegado a un punto en el que no utilizo las excusas para tirarme en la cama sino para salir de ella. Qué pena de tiempos los que vienen: casas sin comida, calles en llamas, jóvenes desesperados en busca de diversión, clases con las sillas vacías… aunque siga habiendo mentes que no se apagan.

Tranquilidad, estabilidad y cierta rutina. Es lo que necesitamos. No soy psicóloga, pero creo que ha llegado el momento de cambiar, de apoyarnos y de sujetarnos los unos a los otros. Por encima de todo, debemos hablar con sinceridad, no callarnos más para, así, canalizar todos los problemas y alegrías que llevamos dentro.

De golpe y sopetón nos hemos encontrado con demasiado tiempo para nosotros mismos. El problema ha dejado de ser cómo salir de casa porque nos hemos cansado de socializar. Buscamos desesperadamente huir de los pensamientos que nos tienen encarcelados. ¿Y si no me hubiese mostrado tan borde en aquel mensaje? ¿Y si cuando nos volvamos a ver no me habla? ¿Y si ahora…? ¿Y si…? ¿Y…? ¿…?… Son preguntas sin respuesta. Mi cabeza se llena, mi cabeza explota. No encuentro tiempos de silencio. No, peor… porque ahora hay demasiado silencio que se convierte en una constante e insoportable ráfaga de gritos internos

De repente podemos regresar, podemos salir otra vez, volver a encontrarnos en la Universidad, pero el ruido no desaparece: persiste. <<Qué te vayas!>>, me dan ganas de gritar. Y lo grito, pero a la persona equivocada. Un amigo menos no es un gran problema. Bueno, sí. Lo es porque me caía bien. Madre mía, ¿qué estoy haciendo?… Todo son pensamientos. Es como la caja de hilos de mi abuela: muchos colores mezclados, liados, hechos nudos. Hay que deshacerlos, desenrollarlos, ponerlos en orden porque cuando un hilo se suelta, hay un problema menos. A partir de ahora, a por el resto.

Y sin quererlo he llegado el final del artículo. Tal vez no haya dejado un mensaje claro, pero estoy segura de que ese mensaje existe y es un llamamiento a los jóvenes: ha llegado la hora de demostrar que el amor es lo más fuerte que nos une, que nos queremos y que nos importamos.

 

 

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