La rama seca del cerezo
La rama seca del cerezo

La rama seca del cerezo de Rafael Salmerón. Editorial Anaya, 2021. 150 x 215 mm., 176 pp., 12 €, (+ 12 años).

Por José R. Cortés Criado.

“Vivir. Tal vez no resulte tan difícil, Tal vez sola haya que mirar adelante. Quizás se trate de ir llenando poco a poco los segundos, cargándolos de pequeños actos.” Rafael Salmerón: La rama seca del cerezo.

Interesantísima novela juvenil que te sumerge en una cultura muy distinta de la nuestra y nos deja un poso de tranquilidad después de conocer los devaneos, temores, miedos, odios, culpabilidades y sinsabores de los protagonistas.

Rafael Salmerón sabe llevarnos muy bien por la trama. Comienza en Hiroshima en el año 1945, cuando cae la bomba atómica sobre la población, para continuar en la misma ciudad en la actualidad.

Hay saltos en el tiempo y personajes que nos sorprenden porque los hechos se interrelacionan y, el escritor, va dando la información poco a poco, para que el lector, suavemente, vaya tejiendo la red de relaciones personales que nos conducen a un final tranquilizador.

Hay tres personajes claves. El mayor, el señor Utada, es un superviviente a la bomba fatídica, pero que vive bajo la culpa de no haberse despedido de su mejor amigo, con el que discutió momentos antes de la hecatombe que lo borró de la superficie terrestre. Lleva más de setenta años arrastrando una culpa que no le deja vivir.

Una joven de diecisiete años, Sakura, que también sufrió las consecuencias de la bomba. Nació con su mano derecha deforme e inerte. Sus padres se sienten estigmatizados por ello; ella lo asume como un defecto enorme, intenta ocultarlo a todos y es motivo de las burlas de sus compañeros de instituto. Lo único que hace bien es dibujar. No le ve sentido a su existencia, tiene un sentido de culpa que le amarga su vida.

Un niño de siete años, Tetsuo, que vive provisionalmente con sus abuelos, porque su padre está al frente de una central nuclear en Fukushima y debe controlar una fuga de radiaciones. Teme que su padre no vuelva más a casa y con su temor se enfrenta a la vida.

Cuando estos tres personajes se cruzan hay una eclosión en sus vidas respectivas. Cada uno asume sus miedos, sus culpas, sus vergüenzas y rompe los temores que le amargan la existencia. Cuando deciden aceptarse como son la vida les sonríe, ya nada volverá a ser como antes.

Después de la lectura nos queda un buen sabor de boca, nada empalagoso, donde la amistad, la culpabilidad, la aceptación de nosotros, el saber perdonar a los demás y a uno mismo nos muestra que no somos perfectos, pero que debemos aprender vivir como somos y, sobre todo, que a todos nos ocurre lo mismo.

Excelente novela que recibió el XVIII Premio Anaya Infantil y Juvenil 2021 que acerca a los jóvenes una historia creíble donde verse reflejado con unos problemas que son comunes a un sector de la población de cualquier lugar del mundo.

 

2 pensamientos sobre “‘La rama seca del cerezo’ de Rafael Salmerón

  1. Literariamente es malo. Recoge un montón de recursos muy utilizados en otras obras mejor escritas, y las descripciones son acartonadas, vacías, aburridas. En cuanto al fondo, ese es otro cantar. Se nota que el autor tiene un desconocimiento profundo de la discapacidad. Hace unas descripciones de la misma absolutamente negativas, inexactas, carentes de rigor, basadas en un pensamiento obsceno del autor, fruto de alguna profunda frustración pasada. Las descripciones que hace de los sentimientos de la protagonista parecen sacadas de películas como El silencio de los corderos, y no contento con ello, aleja del personaje todo sentimiento de humanidad, empatía y cariño hacia los demás y sobre todo hacia sí misma. Sinceramente no sé qué busca la persona que ha vomitado toda esta sarta de pensamientos retorcidos sobre el papel. Me apena que de su corazón y mente «afloren» semejantes disparates sobre la discapacidad. Podría entender que semejante bazofia se leyera en una red social, pero en un libro, que además ha sido premiado… Le invito a que antes de escribir tanta «mierda», se informe, mejor dicho, que se acerque al mundo de la discapacidad/diversidad con una visión menos «novelística y ofensiva» y descubrirá que detrás de los ojos de muchos lectores hay personas, que, a pesar de no ser «físicamente perfectas», albergan sentimientos de amor, amistad, y sobre todo, mucha ilusión por la vida.
    Los relatos pueden estar bien, o en este caso, mal escritos, pero también pueden ser hirientes, ofensivos y carentes de todo rigor. Una novela admite todo, pero cuando hiere y ofende a alguien que puede sentirse identificado con un personaje, del que sólo se dicen abributos negativos, se convierte en en una peligrosa arma de exclusión.
    «Enhorabuena» por su libro, sobre todo sabiendo que le queda un gran filón de discapacidades con las que cebarse en sus próximos panfletos.
    Mi mujer y yo, como padres de un niño discapacitado y adoptado sabiendo de antemano su discapacidad, sentimos un absoluto rechazo y repugnancia hacia lo que el autor llama «novela».

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