La montaña del infierno
La montaña del infierno

La montaña del infierno de Marisol Ortiz de Zárate. Ilustraciones de Marina Suarez. Editorial Bambú, 2021. 147 x 210 mm., 216 pp.,8,70 €, (+ 12 años).

Por José R. Cortés Criado.

“Los cuentos existen para ser contados. Un cuento que no se cuenta, que no se escribe, que no se lee, se muere, se olvida, desaparece. Los libros están para vivir, no para morir”. Marisol Ortiz de Zárate: La montaña del infierno.

Un verano dos hermanas viajan a Tenerife. La mayor, Marimbo, ha ganado el campeonato de ajedrez de su universidad y debe participar en la final del concurso nacional, que se celebra en Santa Cruz. La pequeña, Enana, la acompaña. La narradora de casi todo el libro es la hermana pequeña, aunque la mayor también tiene su espacio.

La pequeña quiere ser escritora y lleva consigo su bloc para tomar notas. La mayor se burla de la pequeña y…, como ocurre con todos los hermanos, tienen sus más y sus menos, pero se quieren mucho.

Al llegar a la isla todo son novedades, no solo por el habla y el paisaje, también porque conocen, en una librería, a un señor mayor que dice ser un descendiente de los primitivos habitantes de la isla, conocedor de miles de historias y leyendas insulares y defensor de los libros.

Pero ahí no queda eso, a los libreros no les cae muy bien el hombre, ni a otras personas. Las niñas se quedan intrigadas por sus palabras y deciden visitarlo en la residencia donde vive para conocer más la sociedad de los guanches.

En esas andaban cuando el señor es raptado. Ante su asombro nadie lo echa en falta, él pidió permiso para impartir una conferencia sobre el pasado canario y se suponía que volvería después de un fin de semana fuera.

Las dos hermanas no están muy convencidas, y menos, cuando le dan una nota que les dejó en recepción. Ahí le daba pistas sobre su paradero. Ellas sospechan que está secuestrado y acuden al primer lugar donde la nota los lleva.

Se pasan el tiempo investigado, cual dos agudas detectives y descubren el problema. Un señor quiere hacer desaparecer los libros con las leyendas canarias y crear con ellas una serie de videojuegos. Ese es su negocio. Pretende que nadie lea y todos compren sus productos multimedia.

A lo largo de las páginas se mezclan leyendas de las islas, con alguna referencia a estrategias de ajedrez, relaciones personales, visitas a algunos lugares de interés turístico e investigaciones detectivescas.

Un ameno libro, se lee rápidamente y te atrapa por sus referencias a los guanches y por su parte de intriga que mantiene a las dos hermanas en vilo casi toda la novela.

 

 

 

 

 

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