Relato

 

Año nuevo de Esther Delgado. Ganadora de la XVII edición www.excelencialiteraria.com

Las cosas cambiaron a partir de la noche del 31 de diciembre. Hasta entonces tenía poca ilusión por la vida. Pero soñé que iban a ocurrirme muchas cosas buenas en adelante.

Desde que comenzó el curso me levantaba a las siete para ir al instituto, pero no había día en el que no me arrepintiera de estar despierta. Y es que en clase no atendía a lo que explicaban los profesores y me costaba aprobar las asignaturas. Además, ninguna materia despertaba mi interés.

Si ya tuve problemas en primaria, sospeché que esta nueva etapa (la secundaria) acabaría por hundirme en una depresión. Por otra parte, estoy en un nuevo centro y todavía, a esas alturas, no había hecho un solo amigo entre mis compañeros.

Dese que comenzó el curso, la jornada comienza a las ocho de la mañana y no vuelvo a casa hasta las ocho de la tarde. Aunque las clases finalizan a las tres de la tarde, mis padres me inscribieron a cuatro horas de refuerzo en las asignaturas en las que voy más floja.

Mi madre es arquitecta, pero hacía más de un año que no recibía ningún proyecto. Mi padre era reponedor y cajero en un supermercado, con lo que apenas llegábamos a fin de mes. Pero nuestra situación empezó a cambiar cuando me anunciaron que iba a tener un hermanito. Lo triste es que pensé: <<Vaya, otra boca que alimentar. Y habrá que cuidarlo; ¡lo que me faltaba!…>>.

Mamá no perdía la esperanza en recibir algún trabajo, pues la Arquitectura es su pasión desde que firmó su primer proyecto, hace quince años. Mi padre, al calibrar la nueva situación, decidió presentarse a una convocatoria de empleo en un colegio, ya que estudió Magisterio, aunque nunca había ejercido como profesor.

El cinco de enero nació mi hermana. La primera vez le acaricié el rostro, suave y angelical, me devolvió un dulce arrumaco. Aquella sencilla expresión facial me despertó una nueva ilusión. De pronto quise esforzarme en los estudios y me empeñé en cambiar mi destino. Desde entonces, ella alumbra mi vida.

Poco después mamá recibió su primer encargo. También papá consiguió una plaza como maestro. Y una vez recibí los primeros aprobados, me entraron ganas de conocer mejor a mis compañeros de clase.

La llegada de este nuevo año ha servido para cambiar nuestro destino. Nuestro hogar se ha llenado de alegría.

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