Terra última
Terra última

Terra última de Noah J. Stern. Ilustraciones de Raoul Deleo. Editorial Anaya, 2021. Cartoné, 275 x 375 mm., 80 pp., 25,99 € (+ 10 años)

Por José R. Cortés Criado.

“Pero, de repente, resultó que algo se nos había pasado por alto, algo que ningún atlas reflejaba. Nada más y nada menos que un continente entero.» Noah J. Stern: Terra Ultima.

 

Espectacular álbum de gran tamaño y muy cuidada edición para mostrarnos un nuevo continente descubierto en nuestro planeta. Su descubridor no quiere dar muchas pistas sobre su localización para evitar aglomeraciones de seres humanos que alterarán su ecosistema.

El autor del libro, Noah J. Stern, nos avisa de que todo la información presentada está extraída de los apuntes del descubridor, Raoul Deleo, persona algo caótica y poco concisa que quiere mostrarnos la parte más amable de tan extraordinario continente.

La selección de los textos y el preámbulo son suficientes para meternos en ese maravilloso lugar descripto y animarnos a conocer más de esos espacios y esos animales que tienen algunas semejanzas con los que conocemos.

Los apuntes, los bocetos, la reproducción de fotografías, portadas de revistas o páginas de periódicos, así como las citas de periodistas, científicos e investigadores dan credibilidad a la trama y la presentan como real.

Las láminas que muestran el mundo animal son maravillosas. Los lectores son atraídos por tales seres con unas formas y un colorido desconocidos, con tanta fuerza que dedican un buen tiempo observar los pequeños detalles de cada uno de ellos.

Esa mezcla de formas nos recuerda otros animales existentes en la parte de la Tierra que todos conocemos, ya sea por su semejanza al cuello de las jirafas, las alas de las mariposas o a la trompa de los elefantes.

También llaman la atención los nombres en latín y en castellano de cada animal, que encierran muchos significados: pulposo rubicundo, herrerillo mariposa, elefénix, libélula leporina o ranarabajo de borde dorado.

Si interesante es el texto, sorprendentes son los dibujos, con ese aire de trabajo de campo y documento científico de antes del invento de la fotografía. La delicadeza de los trazos, la suavidad de las tonalidades, la precisión de los detalles, la fuerza de sus miradas y dulzura de sus expresiones hacen que le tomemos cariño a esos raros seres.

 

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