Francisco Bescós nos presenta ‘La Ronda’, una novela negra de ritmo vertiginoso

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Francisco Bescós
Francisco Bescós

El premiado escritor nos presenta su quinto libro, La Ronda, una novela negra ambientada en Madrid, cargada de giros y con unos personajes que no dejarán indiferente a ningún lector.

Francisco Bescós, es un publicista y escritor español con unos cuantos libros ya a su espalda. Este Asturiano, publicó su primer libro en 2014, El baile de los penitentes, un noir con la Semana Santa de fondo, y siguió con El costado derecho, y El porqué del color rojo, para luego publicar su libro más personal, Las manos cerradas, donde habla de cómo es ser padre de una niña con parálisis cerebral, con un objetivo, “mostrar un ejemplo sin ser ejemplar”, relatando así su vida con Paulina, su hija.

Ahora, regresa a las librerías con La Ronda una novela negra ambientada en Madrid, que cortará la respiración del lector, a la vez que conseguirá que se una a su “equipo” para investigar qué es lo que está pasando en la capital y sus alrededores.

Bescós se acerca a los lectores de Top Cultural, para hablarnos de su libro:

P. ¿Cómo surge la idea de La Ronda?

R. El chispazo de un “casi accidente” que sufrí en la M-30 con mi Vespa. La ayuda que recibí en ese momento me llevó a preguntarme cómo funcionan este tipo de sistemas que hacen que una ciudad como Madrid funcione. Pero toda la concepción posterior surge de observar el Madrid de mi rutina.

P. ¿Y por qué en Madrid?

R. En realidad es que no tenía nada más a mano para escribir una nueva novela negra. Mis primeros noirs están ubicados en La Rioja, pero llevo ya muchos años sin la posibilidad de moverme de mi ciudad para acumular nueva documentación. En este tiempo he estado llevando a mis hijos de un lado a otro de la ciudad. Un día, mientras circulaba de nuevo por la M-30, pensé: «Bueno, estos son los ingredientes que tenemos y no vamos a conseguir más; aprovechemos al máximo esta oportunidad».

P. ¿Cuál es tu lugar favorito de los que se incluyen en la novela?

R. Hay muchos. En La Ronda muestro un Madrid muy cotidiano, diría que casi inédito para la narrativa. Me ha encantado recorrer escenarios como la estación de mercancías de Abroñigal, el Centro de Control de Túneles de Calle 30, las obras del antiguo Vicente Calderón, la colonia del Manzanares, el mirador de Entrevías…

P. ¿Cuánto tiempo te ha llevado escribirlo?

R. A menudo me hacen esa pregunta, pero, lo siento, es imposible contabilizar el tiempo de trabajo de una novela. Esto es así porque hay una gran fase previa a poner la primera letra, que es una labor exclusivamente mental, pero que también es escritura. Y porque la redacción no suele ser regular: puedo tardar tres años en un libro escribiendo una hora al día o puedo tardar un año escribiendo ocho horas diarias.

P. Ya has escrito más libros, cuéntanos un poco de ellos.

R. Se puede decir que lo mío es la novela negra, pero no lo único. De mis cuatro libros anteriores, dos son de lo que se llama género negro rural: El baile de los penitentes (Almuzara 2014) y El porqué del color rojo (Salto de Página 2018). Corresponden a la misma serie, protagonizada por la teniente de la Guardia Civil Lucía Utrera, alias la Grande. Esta serie me ha valido varios premios: el Ciudad de Carmona, el Pata Negra de la Universidad de Salamanca, el Novelpol, el Cartagena Negra y el Villanoir Rural. Luego tengo El costado derecho (Salto de Página 2016), que es un thriller cómico muy querido por mí. Y, por último, te hablaré del más difícil: Las manos cerradas (Sílex, 2020). No es una novela, sino un ensayo autobiográfico en el que cuento la experiencia de ser padre de una niña con parálisis cerebral.

P. Si solo pudieses quedarte con uno de ellos… ¿Cuál sería? ¿por qué?

R. Evidentemente, con Las manos cerradas. No tengo complejos en definirme como escritor de libros de evasión, pero con Las manos cerradas las circunstancias de la vida me obligaron a asumir otro papel. Uno más comprometido. En él cuento una realidad desconocida, y de una forma muy distinta a cómo está contado el relato de la discapacidad en los canales oficiales. Creo que es el libro más necesario que he escrito, y me gustaría que lo leyera mucha más gente.

Las manos cerradas
Las manos cerradas

P. La Ronda es algo nuevo, diferente. ¿te apetecía darle un giro a tu carrera como escritor?

R. No, La Ronda es una continuación natural de mi carrera como escritor de novela negra. Un perfeccionamiento, si lo quieres ver así. He conseguido hacerla mejor que mis novelas anteriores, más dinámica, más divertida, más adictiva y más sorprendente. Esta evolución obedece a que siempre estoy preocupado por la elevada cantidad de novelas negras que se publican cada año, lo que provoca la necesidad de hacer algo diferente, para lo cual hay que pensar y esforzarse mucho. Pero no es un giro a mi carrera de escritor, es un paso adelante. Un verdadero giro fue Las manos cerradas, pero una vez que ya he cumplido con ese compromiso no creo que vuelva a separarme de la narrativa de evasión, que es lo que mejor se me da y lo que más disfruto.

P. ¿De qué temática/género te gustaría escribir?

R. De todas y todos. No hay un género que me dé pereza. Ahora, mientras decido que noir escribo a continuación, estoy trabajando en una novela infantil. Tenía muchas ganas porque mis hijos ya están en la edad de leer y tengo acceso a lo que les gusta. Es un reto. Pero también tengo en mente una novela histórica, y siempre he escrito muchos relatos de ciencia ficción, fantasía, terror.

P. ¿Qué género crees que no escribirías nunca? ¿Por qué?

R. No me negaría a escribir ningún género. Creo que la novela romántica se me daría bastante mal, pero me encantaría escribirla igualmente. ¿Por qué no?

P. ¿Qué es lo que más te gusta de tu faceta como escritor? ¿Y la que menos?

R. Lo que más me gusta de ser escritor es escribir. Me refiero al acto mismo de escribir. El momento en que te cuentas a ti mismo una historia que va derramándose gota a gota en la pantalla del ordenador. Es un arrebato, una borrachera deliciosa. Lo que menos me gusta es la incertidumbre. ¿Qué pasará con esto que escribo? ¿Quién lo va a querer leer? ¿Quién me lo ha pedido? ¿Para qué lo hago? ¿De qué le sirve a mi familia?

P. ¿Cómo valoras las reseñas y críticas sobre tu(s) libros?

R. Hay que tenerlas en cuenta. Todas tienen peso.

P. ¿Te gustaría ver La Ronda en pantalla?

R. Y espero que a los lectores también.

 

Para terminar, dos preguntas que hago siempre:

 

P. Dale un consejo a todo aquel que le gustaría perseguir su sueño de ser escritor/a.

R. Que disfrute del acto de escribir, sin pensar en el éxito o en el fracaso de lo que escribe. El placer de escribir es un premio en sí mismo. Es lo único que nada ni nadie te va a arrebatar. Que deje que la literatura rebose en sus manuscritos, en sus estados de redes sociales, en sus whatsapps o en sus listas de la compra. Que viva con la grafomanía como compañera. Que cultive una voz, como marca personal, y la utilice para todo.

P. Recomiéndanos un libro (que no sea ninguno de los tuyos)

R. 1280 almas de Jim Thompson. Este año estoy recomendando éste.

 

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