Novedad: ‘Una filosofía de la resistencia’ de Carlos Javier González Serrano
Uno de las novedades que llegan a las librerías esta semana Una filosofía de la resistencia, el primer ensayo divulgativo de Carlos Javier González Serrano.
Carlos Javier González Serrano es profesor de filosofía, psicología y literatura en un instituto de Madrid, gran comunicador, involucrado en numerosos proyectos culturales, divulgador en medios y director Científico del Café Observatorio Social de la Fundación «La Caixa».
Vivimos en una sociedad en la que la tecnología tiene cada vez más protagonismo, donde impera el ruido permanente, la hiperestimulación constante y una violenta rapidez. Un mundo en el que la silenciosa dominación de nuestras emociones gobierna todos los ámbitos de la vida. Ante este escenario, el presente libro propone una filosofía de la resistencia que nos permita cultivar el cuidado de la atención, plantar cara a esa emotiocracia (la dictadura de las emociones propia de la sociedad de consumo), y que nos empuje a desarrollar con compromiso una nueva manera de desear con el fin de ser más conscientes y responsablemente libres frente a los malestares contemporáneos. Pensar y actuar: una revolución intelectual que pasa por dejar de observar la realidad como sujetos pasivos para tomarla en nuestras manos como agentes activos y poder pensarla, sí, pero, sobre todo, transformarla.
«Bajo una capa de ocio, se nos ofrecen a cada instante múltiples ocupaciones que nos mantienen — voluntariamente— idiotizados. En la voraz dinámica del consumismo, quienes primero acaban consumidos (y tristes, y polarizados, pero en apariencia libres) somos nosotros. En este libro no se llama a la rebelión, pero sí a una revolución intelectual y cívica que recoge el esfuerzo por constituirnos como sujetos autónomos mediante el ejercicio comprometido del pensamiento y una reeducación de nuestro deseo. En el llamamiento y la valentía de forjar un juicio propio y una voluntad emancipada consiste la resistencia que propongo en este libro.
Saber por qué y qué estamos soportando, y a qué precio, es a lo que hoy la filosofía, si lo es de veras, es decir, si no renuncia a su vertiente práctica, ha de dedicar sus esfuerzos. A una vigorosa e incólume resistencia intelectual. En ello consiste la esencial naturaleza del asombro filosófico, en crear una grieta que resquebraje nuestra monolítica visión de la realidad para cerciorarnos de que los esquemas ideológicos sobre los que estamos alzando los cimientos de la vida contemporánea han confeccionado una prisión emocional asumida con placer en la que ni siquiera sabemos que estamos atrapados, al modo de ratas skinnerianas cuya única posibilidad es responder y reaccionar a unos estímulos dados.
La única posibilidad de plantar cara a la interesada parcialidad, a cualquier ciego dogmatismo y a toda desidia es resistir con una cabeza bien formada y con un corazón firme. Desde el aula. Con y junto a ellos. Que no son el futuro. Que son nuestro presente y, por tanto, nuestra única posibilidad de acabar con la cómoda sedación individual y social en la que hoy nos hemos enfangado.»