Entrevista a Helle Espensen: «En el siglo XV la gente aceptaba mejor las cosas que hoy en día»

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Esta semana hemos charlado con la escritora Helle Espensen, autora de la novela Calima que nos ha sorprendido por su original estructura en la que alterna las historias de dos mujeres valientes: la de Catalina en el siglo XV y la de Elena en la actualidad. Una oportunidad para conocer una novela brillante en la que se combina la historia, el realismo mágico y el amor por los animales.

P. ¿Cómo nace la historia de tu novela? ¿Te inspiraste en algo que te ocurrió en tu vida o es totalmente inventado?

R. El fenómeno meteorológico calima fue la primera inspiración, y a medida que avanzaba la escritura, se convirtió en una especie de protagonista de la novela. La calima azota a menudo el sur de España, donde vivo, y cuando fue especialmente intensa, en la primavera de 2022, dio vida a la novela.

El cielo naranja era una experiencia casi apocalíptica. Dejé que el barro y el polvo se quedaran, los toqué, los olí, los saboreé y oí sus historias. La magia del fenómeno meteorológico se desplegó en la escritura mientras profundizaba en sus presagios, en los grandes cambios que aventuran y en los milagros.

Seis meses después de que mi madre muriera en 2005, me dio mi primera experiencia de existencia paralela. De repente se puso a mi lado como una niña india de 14 años en el día de su boda. Como joven a punto de casarse, era claramente tímida y, vestida con hermosas túnicas de colores, joyas doradas y una marca de casta en la frente, estaba allí pisándose sus propios pies. Pero yo sabía que era mi madre, igual que ella sabía que yo era su hija. Soñé con esta hermosa experiencia aquella mañana de la primavera de 2022, cuando la calima azotó de verdad nuestra región. Tuve la visión de Elena y Catalina encontrándose en la Alhambra a pesar de los 500 años que las separaban. Fue mágico. Cuando me desperté, escribí inmediatamente los dos primeros capítulos.

Obviamente, las importantes influencias de la infancia en Dinamarca se han unido con todo lo que este increíble país ha supuesto para mi desarrollo como adulta, así que sí, la novela contiene elementos de mi propia vida. Sin embargo, principalmente dejo que Elena y Catalina me muestren quiénes son y qué experimentan, sin interferir.

El pilar de la escritura es mi confianza inquebrantable en los mensajes que recibo. Miles de sesiones no verbales con humanos y animales me han enseñado a confiar en las visiones, imágenes, sonidos, olores y sentimientos que recibo. Nunca los interpreto. Porque si lo hago, mi intelecto interferirá y los distorsionará. Recibo sin asumir ni esperar nada. Observo y traduzco los mensajes al español escrito.

La mayoría de los mensajes se reciben en sueños, pero algunos también vienen a mí cuando estoy despierta, pero en la mente alfa – el estado de soñar despierto. Aquí todos los canales están abiertos sin interferencias del cerebro limitante.

Las voces de los animales son especialmente claras y nítidas en sus comunicados. Mi burro, Lauritz, ha sido una gran inspiración en la creación del burro Sancho en Calima. Le estoy eternamente agradecida por todo lo que me ha enseñado y espero tenerle a mi lado en el viaje hacia mi próxima novela.

P. ¿Por qué decidiste que las protagonistas fueran dos mujeres valientes que nacen en dos épocas tan diferentes como el siglo XV y el XX?

Yo no decidí eso. Lo hicieron ellas mismas. Aquella mañana, me desperté con una parte del argumento de la novela y con el encuentro en la Alhambra, que es un momento de existencia paralela. El encuentro entre Elena y Catalina creó su conexión: un vínculo irrompible tejido por eventos históricos, por grandes secretos y por un profundo anhelo de pertenecer a algo y con alguien.

Simplemente observo y escribo sus historias. Mis sentidos nunca están saciados. Siempre hay algo más que experimentar. No tengo que mirar muy lejos para estimularme. Puedo mirar fácilmente las imágenes interiores que tengo. Esto significa que los personajes de mis escritos tienen un enorme margen de libertad.

P. ¿Te ha resultado complicado escribir en dos tiempos diferentes?

No, pero he aprendido mucho sobre cómo los seres humanos nos relacionamos con la vida y nuestra historia en dos épocas diferentes.

La época en la que cada una de las protagonistas vive marca una gran diferencia en su relación con el legado de sus abuelas. En el siglo XV, la gente aceptaba mejor las cosas que hoy en día, porque había menos influencia exterior. No había coaches que te dijeran cómo vivir.

Mientras Catalina procesa las experiencias y sigue adelante, Elena lucha con y contra las cosas y lleva consigo una frustración profunda. Le cuesta más soltarse y rendirse a la realidad a la que la ha invitado su abuela. Muchos recuerdos activos se incrustan en su tejido, obstruyéndola una y otra vez.

Los recuerdos de Catalina, por otro lado, están guardados en un patrón saludable y pasivo, por lo que no se somete a tanto estrés emocional como hace Elena. Ella actúa mientras Elena reacciona.

Calima
Helle Espensen

P. Hablemos de Catalina, una mujer valiente cuyo destino está marcado por su complejo nacimiento y la compañía inseparable de su burro Sancho… ¿Qué te enamoró de este personaje?

R. Me encanta todo de Catalina y estoy muy agradecida de que haya aparecido en mi libro, en mi vida. Su lealtad y su lucha sin límites por los que le importan son admirables. También lo es la confianza que tiene en sus habilidades. Entiendo sus dudas sobre cómo utilizarlas y, por supuesto, reconozco su inmenso amor por la naturaleza y los animales. Ha sido un gran honor conocerla. Cada vez que me disponía a escribir uno de sus capítulos, estaba deseando estar con ella. Cuando la echo de menos, sueño con ella.

A veces Catalina me acompaña a las montañas por la mañana. Vamos cuando aún está oscuro. Junto con nuestros animales. A veces hablamos de la vida y de nuestras experiencias y opiniones. Otras veces caminamos en silencio.

Así es como llego a conocer a los personajes de mis novelas: pasando tiempo con ellos. Puede llevar mucho tiempo. Otras veces es como encontrarme con un viejo amigo del que ya sé muchas cosas.

En la caminata de hoy, las largas faldas de Catalina se engancharon en un cardo seco, así que tuve que ayudarla a liberar la tela del vestido sin dañar la fina seda hilada con hilos que los gusanos de seda de las moreras creaban en su día en Granada. Después, nos sentamos junto al montículo y vimos salir el sol sobre el mar y dejar que sus rayos cambiaran los colores de las montañas.

Vivir en realidades diferentes es difícil. Lo sé muy bien y comparto este reto con ambas protagonistas. Sin embargo, poco a poco se ha convertido en algo natural para mí y ya no me asusta. En caso de duda, pido ayuda a mi perra Selma, ya fallecida. Ella siempre está ahí. Fue mi compañera de consulta durante muchos años.

P. ¿Y de Elena, la valiente periodista que no se detiene hasta conocer la verdad? ¿Crees que este personaje tiene algún punto en común contigo?

R. Creo que todo lo que escribimos los escritores lleva elementos de nosotros mismos. Las palabras salen de algún lugar de nuestro interior. A veces del subconsciente profundo al que a menudo no tenemos acceso. Tal vez de un alma común que compartimos con todos los demás seres sensibles. Al mismo tiempo, los personajes son ajenos. Personas y animales que voy conociendo a medida que escribo. Es muy emocionante experimentar cómo reaccionan en distintas situaciones: ¿cuándo se decepcionan, se emocionan o se frustran? ¿De dónde vienen sus rasgos de carácter? ¿Cómo desarrollan su personalidad?

Me reconozco más en Catalina, al menos de niña y de adulta, mientras que de joven me reconozco en Elena. Que yo sepa, no tengo genes españoles. Sospecho que el hecho de que no me sintiera cómoda en Dinamarca se debe a un desequilibrio en mi campo morfogenético. Ya de niña me sentía como en casa en España, donde pasábamos las vacaciones de verano, y a los 7 años decidí mudarme una vez aquí. Lo hice con 20 años, sin saber el idioma, sin dinero y sin conocer a nadie en este país, completamente sin enchufes. Fue un comienzo duro, pero unos años maravillosos. Había vuelto a casa. Nunca pensé en marcharme. Tras la muerte de mis padres, no hay nada que me llame a Dinamarca.

Al igual que Elena, luché por encontrar la verdad hasta que finalmente me di cuenta de que nunca hay una única verdad. Observo y reflexiono y soy muy poco manipulable. Mi eslogan siempre ha sido Salvaje y Libre. En destellos, siento que lo soy. Sobre todo, cuando estoy en la seguridad de mi hogar. Puede sonar paradójico, pero es maravilloso sentirse Salvaje y Libre en mi vieja y querida casa.

En los años 80, España era en muchos sentidos salvaje y libre, al menos comparada con Dinamarca, y a mí me encantaba.

En un momento de la novela, Elena sueña que está en una montaña con el viento en el pelo y el rifle Winchester de Pablo sobre el brazo. Podría ser yo. Me siento más cómoda en la naturaleza.

Como Elena, siempre he preferido cocinar en una hoguera que comer en un restaurante con estrellas Michelin. Durante la ola de Ferran Adriá, probé la mayoría de los restaurantes con estrella Michelin de España y la verdad es que me cansé. Puede sonar mimado, y lo era. Era mi trabajo el que me daba estos grandes privilegios. Prefiero disfrutar de un pescado a la plancha junto al mar o de un plato de jamón en una venta.

Reconozco el deseo de Elena de pertenecer a un contexto, pero al mismo tiempo, no funciono bien si se me empuja dentro de cajas y sistemas. Cuando era joven, buscaba mucho los límites. Quería que todo fuera una aventura y me gustaba ir a por todas, sola, así que sí, entonces había muchos elementos de Elena en mí. Ha sido interesante ver cómo Elena se desarrolla como persona a lo largo de su vida.

P. La novela sorprende por la descripción de las costumbres y los espacios del siglo XV, ¿cómo te documentaste para escribir esta novela? ¿Te costó escribir las escenas más desgarradoras como el nacimiento de Catalina, la agresión que sufrió de joven o su secuestro?

R. He visitado y vuelto a visitar muchas veces los lugares descritos en la novela. He hablado con los lugareños sobre su historia y he observado los lugares con detalle, pero cuando escribo, lo hago a través de los ojos de las protagonistas. Ellas me muestran lo que ven.

Por supuesto que he investigado que costumbres, instrumentos, herramientas, etc. existían en el siglo XV, pero me sentí cómoda de que Catalina me mostrara su verdad, porque eso era lo que yo tenía que ayudarla a contar.

He llorado y me he lamentado mucho con las dos protagonistas, y he sentido su felicidad y su emoción. Y sí, el nacimiento de Catalina y Sancho fue duro. Mientras escribía lo que me mostraban, lloraba. Aún lo hago cuando leo el capítulo. Muchos lectores se enamoran de Sancho. Es un animal increíble, y por suerte tengo a mi burro, Lauritz, en el que está basado su carácter.

La agresión que Catalina sufrió cuando era joven se basa en un recuerdo que una burra me mostró durante una sesión hace muchos años. Tuve que tener mucho cuidado de no llorar cuando la burra me reveló su historia, porque ella no tenía que lidiar también con mis emociones. Al describir la experiencia en la historia de Catalina, honro a la burra que la había vivido ella misma.

Los secuestros de Catalina me dejaron sin palabras. No tenía ni idea de lo que iba a pasar. Para mí, como escritora, es una gran responsabilidad escribir las experiencias de las protagonistas. Tengo que ser paciente para que ellas me muestren a su ritmo, tengo que respetar lo que viene sin juzgar ni interferir. Les debo eso como agradecimiento por sus historias.

Cuando releo Calima, recuerdo exactamente dónde estaba, con quién y cómo, mientras escribía ese capítulo, diálogo o frase en concreto. Eso me demuestra lo importante que es la experiencia vital de escribir un libro.

P. ¿Nos podrías contar sin referirte a nada esencial del argumento de la novela cuál es el papel de la Alhambra en Calima?

R. La Alhambra se convirtió en el epicentro de la novela desde el primer momento. Su poderosa historia sirve de telón de fondo al relato.

Hace mucho tiempo, se podía visitar la Alhambra libremente, y yo lo hacía a menudo. Me inspiré para mi trabajo y para mi vida en este entorno mágico. Allí sentía una inmensa calma. Sigo sintiéndola, aunque ahora esté llena de gente y ya no se pueda circular libremente. Cuando estoy allí, me desconecto automáticamente de todo lo demás. En la Alhambra encuentro la conexión más pura con mi fuente interior, y siento que Elena y Catalina también.

P. ¿Cómo ha sido la experiencia de escribir y de que se publicase tu primera novela? ¿Qué cambiarías si pudiesen volver a atrás?

Escribir Calima fue para mí un refugio de paz durante un periodo difícil de mi vida. Puedo escribir en cualquier sitio, y así lo hice. Nunca tengo bloqueo de escritor. Jamás.

Durante el proceso de escritura, sueño con la novela todas las noches, me encuentro con los protagonistas, los animales y otros personajes mientras duermo. Mientras, escribía Calima, recibí la visita de Cristóbal Colón, quien, en una conversación que duró toda una noche, me contó y mostró aspectos de sí mismo y de sus experiencias de los que no había oído hablar antes. Al día siguiente me puse en contacto con un historiador español que ha dedicado toda su carrera a Colón. Varias de las revelaciones de Colón le sorprendieron mucho, pero me animó a ser fiel a lo que Colón me había contado. Básicamente, nadie conoce hoy la verdad definitiva sobre los orígenes de Colón, su personalidad o sus viajes. Sólo podemos basarnos en relatos transmitidos de boca en boca, escritos e interpretados por cada historiador y en documentos cuya autenticidad es dudosa.

Tardé un año en escribir Calima y otro en publicar la novela. Disfruté afinando diálogos, reescribiendo capítulos, incorporando nuevos personajes a la historia hasta dar los últimos toques. Si hubiera sabido todo lo que sé ahora sobre la industria editorial española, lo habría hecho de otra manera, pero no lo sabía, así que ahora veo ese proceso como una valiosa experiencia de aprendizaje.

Recomendaría a todos los escritores en ciernes que buscaran comunidades con otros escritores. Yo ya estaba muy metida en el proceso de publicación cuando me enteré de la existencia de Objetivo Libros, donde compartimos experiencias, nos apoyamos mutuamente y aprendemos un montón de cosas valiosas sobre la vida como escritores.

P. ¿Cuáles son tus planes de futuro como escritora? ¿Estás ya con un nuevo proyecto en marcha?

R. No me asusta soñar a lo grande, y algunos días creo que mis novelas llegarán a muchos lectores de todo el mundo. Otros días tengo mis dudas. Creo que es normal. Ahora mismo, estoy ilusionada con que Calima se publique en danés (en septiembre de 2024) y luego, con la ayuda de un agente literario, espero que la novela se publique en inglés, que es un mercado enorme.

Me ha sorprendido mucho el tiempo que dedico al marketing de Calima y a mover la novela en el mercado español. Trabajo en ella de forma concentrada, viajando a ferias del libro, presentaciones, firmas, etc. Por lo tanto, es difícil encontrar tiempo para escribir mi próxima novela, que me espera desde hace año y medio. Si no me centro, la protagonista de «Las palomas de Paloma» me abandona, y no tiene por qué hacerlo si quiero escribir su historia.

Estoy deseando encontrar la paz necesaria para acogerla de nuevo en mi vida, soñar la novela, levantarme a las 5 de la mañana y tomar notas de los sueños, irme a la montaña con mis perros y dejar que los sueños se manifiesten en forma de frases o capítulos enteros, y luego sentarme en la terraza, mi fábrica de novelas, y dejar que mis dedos bailen sobre el teclado mientras me asombro y maravillo de las direcciones que toma la historia. Sólo entonces soy 100% sincera con el narrador de mi corazón.

España y todos sus seres sensibles han influido mucho en mi vida y, por tanto, también en mi forma de escribir. Aquí hay una infinidad de temas en los que inspirarse y sobre los que escribir. Mucha diversidad, colorido y salvajismo que despiertan mi imaginación.

Para más información sobre Helle Espensen y sus novelas: www.helleespensenbooks.com

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