Entrevista a Elena Martínez Blanco, fundadora y directora del Festival Internacional de Literatura Infantil y Juvenil de Tres Cantos, FestiLIJ3C
«Si los adultos dejasen a los niños elegir sus lecturas,
habría muchos más lectores felices»
Lectora, escritora, profesora de lengua y literatura, agente literaria, lectora editorial, gestora cultural y librera, Elena Martínez Blanco (Madrid, 1978) es demás la fundadora del Festival Internacional de literatura Infantil y Juvenil de Tres Cantos, FestiLIJ3C, que celebrará su séptima edición del 25 del 27 de octubre de 2024, y del FestiLIJ Aridane, en La Palma, que en 2025 celebrará su cuarta edición. Es autora de Aventuras y desventuras de Mari Loli Baker en el ciberespacio, Bajo el paraguas azul, Los gusanos de seda, Serendipias y La dulce Sirena, una poesía ilustrada publicada por SM este mismo año.
P. ¿De dónde nace tu pasión por la literatura infantil y juvenil?
R. De mi infancia y adolescencia. Viví muchos cambios de casa y muchos nuevos comienzos y lo que nunca me abandonó fue la literatura, encontraba un refugio entre las páginas de los libros en los momentos difíciles. Cuando me convertí en profesora, intenté transmitirles a mis alumnos ese sentimiento de pertenencia que transmite la literatura y que encontrasen en ella una opción de ocio igual de interesante que las pantallas.
P. Eres librera, tienes dos establecimientos en Tres Cantos, ¿no era lío suficiente? ¿Por qué decidiste organizar un festival de literatura infantil y juvenil?
R. La primera edición del FestiLIJ la organicé siendo profesora, con mis alumnos, y las últimas seis ediciones ya como librera. Es mucho trabajo porque se necesitan muchos meses para cuadrar todo, pero el resultado es tan satisfactorio que todo el trabajo merece la pena.
P. ¿Con qué apoyos privados e institucionales cuentas para ponerlo en pie?
R. En esta edición contamos con una subvención de la Comunidad de Madrid y hemos creado un gofundme en el que la gente puede donar para ayudar a sufragar los costes. Varios comercios nos han patrocinado económicamente también dentro de su capacidad, como Petit Smarts, la editorial Itsumustuan Editores, la editorial Emonautas y el restaurante Boreal.
P. Las instituciones públicas, ¿trabajan de manera adecuada, apoyan la literatura infantil y juvenil?
R. No se trabajaba muy bien la literatura en general, pero si ya hablamos de la infantil y juvenil es la gran abandonada porque, al igual que por la prensa, suele ser considerada la hermana menor, la que no es “seria”. Y en el fondo en la más importante, la que siembra la semilla de la curiosidad y crea grandes lectores. Suelen acordarse de su existencia el Día del libro, en Ferias y demás, pero el resto del año somos los grandes olvidados.
Por ejemplo, existe un programa del Ministerio de Cultura de visitas de autores a centros de secundaria, muy complicado de gestionar por parte de los IES porque no les dejan elegir a los autores. Algo así no existe para los centros de primaria, y sería fundamental que se llevase a cabo.
Yo propondría a la Comunidad de Madrid la creación de un censo de autores de literatura infantil y juvenil madrileños y una Oficina del autor que gestionase estas visitas a los centros educativos. Y se puede llevar a cabo a nivel nacional también, ampliando lo ya existente en secundaria.
P. ¿Cuáles son los criterios de selección de los autores invitados?
R. La mayoría de los autores invitados son seleccionados por los niños que acuden a los clubes de lectura de la librería Serendipias, los libros que leen les dan ganas de conocer a quién los ha escrito. También saben que tengo muchos amigos escritores y me dicen “¿Y no podrías traer a tal o cual?” Y siempre lo intento.
P. ¿Leen los niños más que los adultos? ¿Por qué?
R. Sin duda. Por mucho que se diga que los niños no leen, leen muchísimo más. Para empezar, tienen las lecturas obligatorias de los centros educativos, pero además existe cada vez más el fenómeno fan en la LIJ, los niños y adolescentes siguen a sus autores a presentaciones, ferias, eventos, y eso crea un ambiente muy propicio para la lectura que los adultos no tienen.
P. Los estudios indican que hay un momento en el que aparcan los libros para dedicarse a otras actividades… ¿cómo luchar contra ese abandono?
R. Lo primero que hay que hacer es crear un hábito lector desde que son pequeños, para que, cuando llegue ese temido momento, sepan que siempre pueden volver a la lectura por diversión. También animaría a los centros educativos a proporcionar ofertas de lecturas “no obligatorias”, que les dejen elegir por lo menos uno o dos libros al año, que no les obliguen a hacer fichas de lectura, hay mil maneras de comprobar si un alumno ha leído el libro, era una de mis grandes peleas como profesora con mis jefes de departamento.
P. Una librería dedicada a los más pequeños es más que una librería, ¿verdad?
R. Sí, es casi como un vivero, un jardín botánico. Es un lugar en el que animamos a los más pequeños a amar las letras, las palabras, descubrir que un libro es una forma de ocio interesante y divertida. Como cualquier planta, hay que cuidar a esos lectores, proporcionándoles los mejores libros, los que les llaman especialmente. Cada niño es diferente y el mismo libro no vale para todos.
P. ¿Qué les dirías a quienes aseguran que los libros de infantil y juvenil no son literatura?
R. Que vayan a una librería especializada en infantil y juvenil y se dejen recomendar un buen libro. La mayoría de personas que critica este tipo de literatura no la lee desde que eran pequeños. Muchas grandes obras clásicas hoy son consideradas infantiles y juveniles y nadie osaría decir que no son buena literatura.
P. Por si algo faltara, organizas un FestiLIJ en La Palma. ¿Qué te llevó hasta allí?
R. Me llevó la amistad con Manuel, el librero de la librería Estudiante de Los Llanos de Aridane. Acudía como voluntario al mío todos los años, y cuando me invitó como autora a su Feria del libro, concertó una entrevista con la Concejala de Cultura de entonces para hablar sobre la posibilidad de llevarlo a la isla. Luego llegó el volcán, y el festival se convirtió en una manera de ayudar con donativos de libros y alegrando con las visitas de los autores a todos esos niños y maestros que habían perdido sus casas.
P. ¿Hay más festivales parecidos en España?
R. Con la característica especial del nuestro en el que los niños forman parte activa de la organización y las entrevistas de los autores no hay ninguno. Sí hay otros que tratan la LIJ de forma muy respetuosa, y es algo genial, cuantos más existan, más reconocimiento tendrá este tipo de literatura.
P. ¿Me equivoco si digo que el público infantil y juvenil es el más entregado de todos? ¿Cómo es su relación con los autores?
R. Efectivamente, solo hay que ver las filas de firmas en la Feria del libro de Madrid, por ejemplo, para saber que siguen a sus autores favoritos contra viento y marea. Las redes sociales también facilitan mucho el acceso directo a ellos, algo impensable cuando nosotras éramos pequeñas.
P. Por cierto, tu también eres autora.
R. Sí, escribo principalmente para niños y adolescentes. Mi último libro, La dulce sirena, publicado por SM, es un poema ilustrado y con letra mayúscula para primerísimos lectores. Tengo también novelas para adolescentes, como Bajo el paraguas azul y Serendipias.
P. ¿Qué es lo más bonito que has vivido en FestiLIJ?
R. Sin duda la grandísima ovación que se llevó Juan Muñoz al recoger el premio honorífico Torre del Agua. No recuerdo cuánto duró, pero fue impresionante. Poder contar con él en el festival fue un verdadero lujo.
P. ¿Qué has aprendido en estos años?
R. Que los niños saben perfectamente lo que quieren leer y si los adultos les dejasen a ellos elegir, habría muchos más lectores felices.
P. A tenor de la experiencia acumulada, ¿qué esperas de la edición 2024?
R. Espero que, como cada año, los niños y niñas de mi ciudad acudan y disfruten de sus autores y autoras favoritos. Tenemos preparado un programa espectacular que esperamos agrade a todos.