Steve Smallman, autor de ‘La ovejita que vino a cenar’ participó en el FestiLIJ3C
«Creo que la censura es peligrosa, pero también es fundamental proteger a los niños de los aspectos más oscuros de la humanidad»
Steve Smallman (Inglaterra, 1959) inició su trayectoria como ilustrador de libros infantiles hace más de tres décadas y, poco después, amplió su labor como autor. A lo largo de su carrera, ha ilustrado tantos libros que ha perdido la cuenta. En sus inicios, se centró principalmente en publicaciones educativas, pero hoy en día es más reconocido como autor que como ilustrador. Además, ha colaborado en programas de televisión para niños e imparte talleres de ilustración en diversas escuelas.
P. Los estudios realizados en España dicen que los más pequeños leen, cada vez más. ¿Qué crees que encuentran en los libros?
R. Creo que un libro te permite perderte en un mundo nuevo, conocer a personas que de otro modo jamás encontrarías y descubrir animales que nunca has visto. Es una aventura y puedes vivirla desde tu casa.
P. Pero llega un momento en el que se apartan de la lectura… ¿tienes idea de por qué?
R. A partir de los diez años, o en el momento en que obtienen un teléfono, la atención de los niños gira en torno a una pantalla, y a veces pierden el hábito de la lectura. Sin embargo, muchos regresan a los libros si han sido lectores en el pasado, la pasión por la lectura sigue latente en ellos. Solo es cuestión de encontrar el libro adecuado para que vuelvan a sumergirse en ese mundo.
P. ¿Cuál es el papel de los padres en todo esto?
R. Creo que la lectura se transmite mejor a través del ejemplo. Compartir libros con tus hijos desde que son pequeños y seguir haciéndolo a medida que crecen, no necesariamente sentándose a leerles en voz alta, simplemente hablándoles sobre lo interesante de un buen libro compartiendo tu entusiasmo, puede ser muy inspirador para ellos.
P. ¿Qué es para ti la literatura infantil y juvenil?
R. Me encantan los niños, son muy abiertos, y aún no han sido influenciados por el mundo. Tuve cuatro hijos y ahora tengo un nieto, y pasar tiempo con ellos es como redescubrir el mundo a través de sus ojos, una experiencia maravillosa y emocionante. A medida que envejecemos, a menudo perdemos esa perspectiva, así que hago un esfuerzo consciente por aprovechar cada momento.
P. Este tipo de literatura siempre ha existido, pero algunos lamentan que ahora esté mucho más diferenciada de la literatura sin etiquetas, y que al leer libros pensados para su edad accedan mucho más tarde a la gran literatura…
R. Creo que los libros ilustrados deberían considerarse aptos para todos, de cero a cien años. Estos libros cuentan historias en pocas páginas y con pocas palabras, pero logran transmitir una gran emoción y narrativa, son mucho más inmediatos.
Algunos niños pueden necesitar más tiempo para aprender a leer, mientras que otros, incluso a los cinco años, ya son capaces de disfrutar de libros de capítulos por sí solos. Por eso, no considero que las etiquetas sean útiles. Si conoces al niño y entiendes sus capacidades e intereses, lo mejor es permitirle leer lo que realmente disfrute.
P. También hay quien critica que las ediciones recientes de clásicos de la literatura infantil y juvenil tengan menos texto o hayan sido simplificadas. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
R. Nunca estuve completamente seguro al respecto, pero mi nieta Matilda acaba de leer una versión simplificada de los libros de Jane Austen, la autora de Orgullo y prejuicio, y le encanta. De hecho, ahora quiere ver las películas y, más adelante, leer las obras completas. Creo que estas versiones permiten a los niños disfrutar de grandes historias y acceder a relatos maravillosos. Sin duda, creo que es algo positivo.
P. Hay países como EEUU donde la censura de libros alcanza cifras récord. No es un fenómeno que afecte solo a la LIJ, pero también se censuras libros para niños y adolescentes. ¿Qué piensas sobre esa tendencia? ¿Hay temas tabú?
R. Creo que la censura es peligrosa, pero también es fundamental proteger a los niños de los aspectos más oscuros de la humanidad. Hay situaciones que no querrías que un niño pequeño viera, como noticias sobre guerras, o imágenes de otros niños siendo heridos. Permitirles acceder a eso a través de la literatura no es mejor, de hecho, su imaginación podría hacer que sea aún peor. Sin embargo, es muy arriesgado empezar a censurar todo, ya que los niños necesitan conocer ciertos temas y no son tontos, van a descubrir la realidad.
Si podemos abordar estos temas de manera sencilla y comprensible para ellos, creo que es una buena idea. Honestamente, no creo que haya muchos temas tabú, quizás algunos, como el abuso infantil, que se podrían tratar de manera sensible. Por ejemplo, podrías contar una historia sobre un conejo que no quiere hablar con nadie por algo que le sucedió, sin especificar el abuso, y cómo sus amigos le ayudan a volver a ser él mismo, sin necesidad de detallar lo que ocurrió. Hay ciertos temas delicados, pero se pueden tratar de manera apropiada en libros para niños.
P. ¿Qué importancia tienen los festivales como FestiLIJ3C?
R. Creo que los encuentros entre autores, ilustradores y el público son realmente importantes. Ofrecen a los niños la oportunidad de conectar con quienes crean sus libros, y son igualmente valiosos para los autores e ilustradores, quienes pueden conocer a las personas que disfrutan de su trabajo. Es gratificante sentir que hay quienes quieren verte y escucharte, y te reafirma en que estás haciendo un gran trabajo.
Cuantos más festivales haya, mejor para la cultura de la lectura, fomentando la práctica de leer con los hijos y ayudando a que los niños se conviertan en lectores entusiastas. He observado que en España existen muchas comunidades culturales que se apoyan mutuamente, lo cual es fantástico. En el Reino Unido también ocurre, aunque no en la misma medida.
Por eso, me encanta venir aquí, puedo conocer a otros autores y artistas, salir a cenar juntos, bromear, reír y aprender. Es por todo esto que creo que estos encuentros son tan importantes.
P. ¿Qué es lo que más te gusta del contacto con los lectores? ¿Alguna anécdota que puedas compartir?
R. Es muy bonito conocer a los niños. Hoy, una señora me vio al llegar y se acercó con sus dos hijos, de diez y once años, y el libro La ovejita que vino a cenar para que se los firmara. Más tarde, volvió para mostrarme una foto de ella leyendo ese libro a su hijo mayor cuando tenía un año, y me habló de lo significativo que ha sido para ellos. Es verdaderamente encantador.
Escribes libros y los lanzas al mundo, pero no sabes quién los está leyendo, si alguien los disfruta o si dejan huella. Por eso, es muy alentador escuchar a las personas decir que es su libro favorito, que lo adoran.
P. ¿Tu héroe o una heroína de ficción favorito?
R. Esa es una pregunta complicada. Me gustan los héroes improbables, no Superman o Batman, sino algún pequeño ratoncito o algo así, alguien pequeño y no muy fuerte, pero que realmente pueda marcar la diferencia, sin duda, los mejores héroes.
P. ¿Un libro que no dejas de recomendar?
R. Hay un libro titulado La promesa del renacuajo, escrito por Jeanne Willis, que narra la historia de un renacuajo y una oruga que se enamoran y se prometen «nunca cambiar». Está muy bien escrito, cualquier obra de Jeanne Willis es excelente.
P. ¿Una serie o una saga que destaques?
R. Me encantan los libros de Jill Murphy, especialmente la serie La peor bruja, que leí con mi hija cuando era pequeña y nos divirtió mucho.
P. Tu exitosa serie de libros, que comenzó con La ovejita que vino a cenar, ha cautivado a los más pequeños. ¿Cómo surgió la idea para crear esta saga?
R. Tenía hijos adolescentes que ya no querían hacer las cosas que hacen los niños pequeños, como saltar en charcos, dar de comer a los patos o pescar renacuajos, mientras que yo todavía deseaba hacerlo, porque en mi mente sigo teniendo cinco años. Me di cuenta de que tendría que esperar a tener nietos para revivir esas experiencias. Quería escribir un libro sobre la conexión entre una persona mayor y una persona joven, pero en lugar de optar por un abuelo y un bebé, que sería un enfoque un poco predecible, decidí crear dos animales que normalmente no se llevarían bien. Así fue como surgieron un viejo lobo y una ovejita, y de ahí nació la historia.
P. El último en unirse a la cena ha sido el elefante. ¿Puedes desvelarnos si próximamente habrá una nueva incorporación? Si es así, ¿quién será?
R. No sé si se me permite decirlo, pero he escrito al menos dos libros, y en el próximo, quizás, habrá más ovejas. Eso es todo lo que puedo adelantar. Puedo mencionar que habrá una ovejita abuela que se encontrará en problemas… pero no puedo revelar más.