Joan Antoni Martín Piñol presentó su obra ‘Una pizza para el dragón’ en FestiLIJ3C
«Cuando los niños llegan a la adolescencia tienen un montón de estímulos en los que repartir su ocio que antes por edad no tenían. Pero el libro siempre te está esperando a que vuelvas»
Joan Antoni Martín Piñol (Barcelona, 1979), además de escritor de literatura infantil y juvenil, es guionista, monologuista, director, profesor de guion y columnista en El País. Fue galardonado con el premio Joaquim Ruyra por la novela Sentinels y con el premio Ramon Muntaner 2015 por Pizzaboy. En esta ocasión presentará su última obra Una pizza para el dragón. Crónicas de Pizzania, una divertida y emocionante fantasía medieval que nos sitúa hace muchos siglos en un reino mágico, cuando un vecino, con la ayuda de una niña valiente, abre la primera pizzería, un éxito hasta que un dragón amenaza con devorar todas las pizzas.
P. Los estudios realizados en España dicen que los más pequeños leen, cada vez más. ¿Qué crees que encuentran en los libros?
R. Lo que hemos encontrado siempre: felicidad, compañía, entretenimiento, puertas a otros mundos.
P. Pero llega un momento en el que se apartan de la lectura… ¿tienes idea de por qué?
R. Las personas nos movemos por fases y modas. Cuando los niños llegan a la adolescencia tienen un montón de estímulos en los que repartir su ocio que antes por edad no tenían. Algo tan concreto como llevar siempre un móvil encima te distrae y te dispersa del tiempo de lectura de los libros en papel. Pero el libro siempre te está esperando a que vuelvas.
P. ¿Cuál es el papel de los padres en todo esto?
R. Los padres pueden ayudar mucho a fomentar la lectura, yendo a la librería o a la biblioteca en familia, regalando libros continuamente, etc. Si hay libros cerca, tarde o temprano alguno acaba enganchando a los lectores.
P. ¿Qué es para ti la literatura infantil y juvenil?
R. Mi casa, con jardines enormes a los que puedo invitar a lectores de muchos países para que vengan a pasárselo bien.
P. Este tipo de literatura siempre ha existido, pero algunos lamentan que ahora esté mucho más diferenciada de la literatura sin etiquetas, y que al leer libros pensados para su edad accedan mucho más tarde a la gran literatura…
R. Un buen libro de LIJ es gran literatura. Se publica muchísimo y hay que ordenar y catalogar muchísimos libros cada año. Las etiquetas son una gran referencia para mucha gente, no una celda de la que no puedes escapar. Quizá el problema está en según qué prescriptores que se asustan por las etiquetas.
P. ¿Qué importancia tienen los festivales como FestiLIJ3C?
R. Son un espacio increíble para conectar autores y lectores. Cuando yo era pequeño (tengo 45 años) era casi imposible encontrarte con escritores a los que admiraras (o incluso a los que detestaras). Que ahora sea tan fácil pasar un rato con tu autor de cabecera o conocer a nuevos autores es algo fascinante que tendría que apoyarse más por parte de todo el mundo.
P. ¿Qué es lo que más te gusta del contacto con los lectores?
R. Poder conversar con gente con buen criterio y sentido del humor, contestar sus preguntas insólitas y asombrarme con su creatividad desbordante.
P. ¿Alguna anécdota que puedas compartir?
R. Hace años, la directora de un pequeño colegio de Almadén reunió a muchos colegios de la zona y fletaron autobuses de todas partes para montar un acto literario conmigo. Uno de los profesores había pintado carteles gigantes replicando las portadas de mis libros. Cuando entré en la sala, había centenares de niños felices aplaudiendo. He dado un montón de charlas con mucho público, pero ese día me sentí mejor que Messi.
P. ¿Un libro que no dejas de recomendar?
R. Las brujas, de Roald Dahl. No solo es una novela divertidísima, escalofriante y nada paternalista, sino que es uno de los libros que me hizo escritor.