’33” y una Eternidad’, la novela de M. A. Olaya
Si te gustan las novelas que te dejan pegado a sus páginas, 33” y una Eternidad es justo lo que necesitas. Desde el primer momento, M.A. Olaya te sumerge en un futuro invernal y calculado, en un pasado desconcertante, donde una fórmula matemática puede cambiar los designios de la vida. Sí, suena a ciencia ficción con mayúsculas, pero tranquilo: no vas a necesitar un doctorado para disfrutar de la aventura. Aquí no hay tecnicismos aburridos, ni rollos incomprensibles, solo hay una historia que engancha como pocas y que además te hace pensar.
Los protagonistas, Matt y una chica misteriosa, no son los típicos héroes. No. Ni mucho menos. Son, más bien, dos personajes que, a pesar de sus errores, terminas queriéndolos porque los entiendes, cada uno a su manera. Él está roto, afectado por una culpa existencial que lo atormenta cada día que pasa. Ella marcada, por un pasado inconfesable y por una desdicha que nunca se fue. A su alrededor pululan otros personajes que, créeme, no son de relleno. Todos tienen una razón para estar ahí, aportando un ingrediente a la trama, que, al final, logra encajar este rompecabezas de intriga, decisiones y, sí, unas cuantas explosiones emocionales (y no solo metafóricas). El amor y el sexo también se dan cita en esta aventura.
¿Y el escenario? Aquí es donde Olaya realmente se luce. Los lugares fríos, los lugares calientes, los lugares distantes o cercanos, paisajes que cortan la respiración, y ese aire seco y constante de “algo malo está a punto de pasar” te mantienen alerta. No hay ni un momento de tregua. Cada página te empuja a la siguiente, con descripciones que son tan precisas como visuales, y un ritmo que nunca, pero nunca, decae. Si te gustan los thrillers que no te sueltan ni para tomar un átomo de oxígeno, has dado con el libro perfecto.
Ahora bien, lo mejor de 33” y una Eternidad no es solo el suspense o la acción (que los tiene a raudales), o una relación de amor y unos cuantos encuentros sexuales. Lo importante en la novela son las preguntas que deja en tu cabeza. ¿Qué es en realidad el progreso? ¿Qué ética debe ser empleada en la consecución del conocimiento? ¿Se puede desafiar a la propia naturaleza? La ciencia aquí no es un simple decorado, es la base de dilemas morales y reflexiones que, aunque no quieras, te van a acompañar después de cerrar el libro. Es el tipo de historia que te entretiene pero que también te sacude un poco por dentro.
En definitiva, 33” y una Eternidad no es solo un debut prometedor, es una novela que demuestra que M.A. Olaya lleva casi treinta años fabricando historias. 33” y una Eternidad es una trama inteligente, hilvanada, nutrida, con personajes que sienten y sufren. Y un ritmo que no deja ni un hueco para el aburrimiento. Si buscas un relato que sea emocionante, humano y que además te haga pensar, deja de buscar. Lo has encontrado.